Una verdad que ya nadie con sentido común pondría en duda estuvo entre las primeras ideas, este domingo, compartidas desde La Habana por el Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, durante la XXV Cumbre de la Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), realizada en formato virtual y dedicada al centenario de Fidel.
Como parte de un foro que estuvo moderado desde el Palacio de Miraflores, en Caracas, por el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba dijo: «América Latina y el Caribe, ese maravilloso y diverso mundo al que martianamente llamamos Nuestra América, encara hoy amenazas que no tienen precedentes en las últimas décadas».
El dignatario denunció que «la Doctrina Monroe salió del closet. Ya no se esconden los apetitos imperiales. Muy por el contrario, se exhiben sin pudor, como hace más de un siglo, mediante la diplomacia de las cañoneras».
«Como en el pasado neocolonial, el imperialismo cree que tiene el poder para imponerse por la fuerza sobre la independencia y el derecho a la libre determinación de las naciones del hemisferio. Asume, sin moderación, autoridad y prerrogativas que no tiene, para amenazar con el uso de la fuerza todo lo que habita en lo que irrespetuosamente denomina su “patio trasero”».
Díaz-Canel enunció que «las renovadas pretensiones colonialistas de la Doctrina Monroe, se muestran constantemente en los anuncios y en las acciones amenazantes contra Venezuela, como preludio de lo que supondría una agresión tan irresponsable como riesgosa, un nuevo corolario, heredero del desprestigiado y derrotado corolario Roosevelt -y ahora tenemos el corolario Trump-».
El dignatario fue enfático con sus hermanos, en la idea de que «la política del gran garrote y la diplomacia de las cañoneras, con su criminal prontuario de agresiones y atropellos contra los pueblos, es el pasado de la región. No podemos permitir que sea el futuro».
«La nueva Estrategia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos -alertó-, del pasado mes de noviembre, incorpora un enfoque aún más agresivo y ofensivo a esa vetusta pero muy peligrosa doctrina».
La antesala de esas reflexiones -y el comienzo de la intervención de Díaz-Canel en la XXV Cumbre- fue «un mensaje de apoyo y solidaridad a las naciones del área que, como Cuba, fueron dañadas por el huracán Melissa y que, aún hoy, enfrentan los estragos de tan colosal y destructivo fenómeno meteorológico».
«El cambio climático -aseveró el Jefe de Estado- no es fruto de una teoría de la conspiración, ni tampoco forma parte de un plan de la izquierda para generar estados de opinión, como algunos tratan de mostrar. El cambio climático es una realidad y los ejemplos en la región y alrededor del mundo así lo demuestran. El tiempo que le queda a los pueblos y naciones para alcanzar el punto de no retorno es cada vez menor y, por tanto, si se continúa por el camino del consumismo irracional, definitivamente, la especie humana está condenada a perecer».
«SOMOS ESTADOS SOBERANOS»
«América Latina y el Caribe no es patio trasero, ni siquiera delantero, de nadie. Nosotros somos Estados soberanos», afirmó el Presidente Díaz-Canel Bermúdez, quien además enunció que «los recursos y riquezas naturales de nuestras naciones pertenecen a nuestros pueblos, como patrimonio inalienable que ningún otro país, por poderoso que sea, tiene derecho a reclamar o ambicionar».
«Solo cada nación tiene las prerrogativas de disponer sobre esas riquezas, en la manera que entienda conforme a sus derechos soberanos, con debido respeto y consideración al equilibrio natural y ecológico del planeta, libre de injerencias y pretensiones hegemónicas de cualquier otro país».
«El despliegue naval ostensible, exagerado e injustificado de las fuerzas navales de los Estados Unidos en el mar Caribe y la deliberada amenaza de agresión militar contra la nación bolivariana, revelan un propósito hegemónico y criminal que debe poner en alerta a todos los pueblos y gobiernos del continente. Es un peligro que se debe denunciar de la forma más resuelta y, desde Cuba, hoy aquí en esta cumbre del ALBA, lo condenamos en los términos más firmes y categóricos».

DENUNCIA DE LAS VERDADERAS INTENCIONES IMPERIALES
La XXV Cumbre de la Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), fue este domingo en la tarde escenario para denunciar -como hizo el Presidente Díaz-Canel- «el reciente asalto e incautación de un buque petrolero por parte de fuerzas militares de los Estados Unidos, que demuestra de manera irrefutable las verdaderas intenciones de este despliegue». «Condenamos enérgicamente este vil acto de piratería y robo de los recursos del pueblo venezolano, que constituye una grave violación del Derecho Internacional, contraviene los principios de la libertad de navegación y del libre comercio, y perjudica no solo a Venezuela, sino a la comunidad internacional en su conjunto».
«Estamos -enfatizó el Jefe de Estado- ante los nuevos corsarios y piratas del Caribe».
El mandatario fue explícito en que «el gobierno estadounidense debe saber que nadie cree en los falsos pretextos que esgrime para amenazar a Venezuela. Su declarada guerra, dijo, contra el narcotráfico, el aparatoso despliegue de naves militares, los ataques a embarcaciones y los asesinatos indiscriminados que se han cometido, no buscan poner freno a la entrada ilegal y mucho menos al consumo de narcóticos en los Estados Unidos». Díaz-Canel Bermúdez declaró que a los imperialistas no les importa que su simulacro deje al descubierto las intenciones expansionistas; las deje a la vista de todos. Confían -reflexionó- en que esa guerra «podrá provocar temor o debilidad entre los líderes políticos, entre las fuerzas populares y los gobernantes de la región».
«Cometeríamos un error y traicionaríamos más de 200 años de lucha por la independencia de Nuestra América, si los gobiernos latinoamericanos y caribeños cejamos en el deber de enfrentar con firmeza la pretensión hegemónica recién declarada por el gobierno de los Estados Unidos», recalcó; y dijo a los hermanos en el foro:
«Ratificamos el firme compromiso con la “Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz”, aprobada en enero de 2014, durante la II Cumbre de la CELAC en La Habana. Su defensa constituye hoy una premisa de la más alta prioridad y una obligación ante nuestros pueblos».
«Reiteramos la importancia del diálogo respetuoso y civilizado para la resolución pacífica de conflictos, controversias y diferencias. Condenamos el uso o amenaza del uso de la fuerza para la consecución de intereses, en contravención de la Carta de las Naciones Unidas y del Derecho Internacional».
«Reiteramos, una vez más, el más firme respaldo a la Revolución Bolivariana y Chavista y al compañero presidente, nuestro hermano Nicolás Maduro Moros, empeñado en defender, al precio de cualquier sacrificio, la heroica historia de la hermana República Bolivariana de Venezuela, que nos ha dado sobrados ejemplos de gallardía, resistencia y victoria ante las adversidades, en líderes de la talla de Simón Bolívar, Antonio José de Sucre y Hugo Chávez Frías».
LA UNIDAD POR ENCIMA DE TODO
El Presidente cubano, al hacer referencia a un asunto tan cardinal para el destino de Nuestra América como la unidad, reflexionó: «La verdadera integración latinoamericana y caribeña será en extremo difícil, si se siguen aceptando las exclusiones arbitrarias y la censura en los foros multilaterales, como ha sucedido en las últimas Cumbres de las Américas, incluyendo el más reciente intento malogrado de celebrar este evento hemisférico este diciembre».
El Jefe de Estado argumentó que «la decisión de excluir a Venezuela, Nicaragua y Cuba respondió claramente a las directrices del gobierno de los Estados Unidos».
«Lamentablemente -razonó el mandatario-, algunos países de la región se plegaron, dando la espalda a la virtud, la dignidad y el respeto entre los pueblos».
«Las exclusiones van contra la esencia del multilateralismo y contra el principio de la igualdad soberana de los Estados y el Derecho Internacional, al valerse del chantaje, la intimidación, la amenaza y el uso de la fuerza como métodos de coerción contra países independientes y soberanos».
El Presidente de la Mayor de las Antillas recordó que «el imperialismo y las oligarquías nacionales de los países de la región apuestan por el gastado recurso de “divide y vencerás”. Intentan así, promover el enfrentamiento y los conflictos entre naciones del continente y sabotear, en consecuencia, los esfuerzos por el fortalecimiento y consolidación de los mecanismos de concertación regionales independientes y genuinos entre nuestros países».
«Se proponen, asimismo, destruir o impedir el surgimiento de gobiernos soberanos que implementen políticas sociales y puedan convertirse en adversarios naturales del capitalismo global y depredador, y de la hegemonía estadounidense, pues ello se erigiría en el principal obstáculo para la apropiación de los recursos naturales de las naciones por parte de las grandes transnacionales al servicio del capital».
Díaz-Canel Bermúdez denunció que «los Estados Unidos, en su afán por destruir a los gobiernos progresistas de la región, y haciendo acto de su prepotencia, se inmiscuye de manera abierta en los procesos electorales para tratar de imponer a candidatos de derecha afines a sus apetencias imperiales».
Eso lo demuestra, dijo, el reciente proceso electoral en Honduras, muestra fehaciente de la injerencia desvergonzada del imperio para impedir que el pueblo hondureño pudiera elegir a su gobierno de manera libre y soberana.
«Otra expresión de estos modos de hacer -argumentó el dignatario-, es la aplicación de medidas coercitivas unilaterales contra países que no se alinean con los intereses de los Estados Unidos y el Occidente geopolítico. Tales acciones no solo causan un daño directo y deliberado a la soberanía e independencia de los Estados, sino que también quebrantan el principio de no intervención en los asuntos internos y obstaculizan los esfuerzos de estos países por promover el legítimo desarrollo de sus pueblos».
«Reclamamos aquí el cese inmediato y sin condicionamientos de todas estas medidas, una demanda que ha sido históricamente respaldada por la comunidad internacional, como se ha reflejado en las resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas y del Consejo de Derechos Humanos, así como en múltiples Declaraciones del Movimiento de Países No Alineados, del Grupo de los 77 y China, y del Grupo de Amigos en Defensa de la Carta de las Naciones Unidas».
UN BLOQUEO EXTREMO CONTRA LA VIDA DE CUBA
Cuando Nicolás Maduro Moros dio la palabra al Presidente Díaz-Canel Bermúdez -la primera otorgada en la XXV Cumbre-, lo llamó «hermano Presidente de la Cuba de la resistencia, la rebeldía y el amor». A la Isla estoica dedicó el mandatario cubano una parte de su intervención. A propósito, dijo:
«Como ustedes conocen, Cuba ha vivido durante más de 60 años bajo un férreo y brutal bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno de Estados Unidos, el más severo y prolongado sistema de medidas coercitivas unilaterales que se haya impuesto jamás a una nación».
«Los efectos del bloqueo -recordó Díaz-Canel- impactan en todos los ámbitos de la sociedad; ninguna familia cubana se libra de ellos. La escasez de alimentos y medicinas, los cortes de electricidad, las dificultades para obtener combustibles en el mercado internacional y la imposibilidad de realizar reparaciones y mantenimiento a la infraestructura electroenergética, son solo algunas de las complejas realidades que enfrentamos las cubanas y los cubanos».
«Desde 2019, el bloqueo contra Cuba ha alcanzado niveles extremos, volviéndose cada vez más cruel e inhumano. Las consecuencias se han intensificado con la inclusión arbitraria de Cuba en la espuria lista unilateral del Departamento de Estado sobre supuestos países que patrocinan el terrorismo».
El Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba enunció que, tras concluir su reciente visita al país y presenciar de primera mano la realidad del pueblo cubano, la Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre el impacto negativo de las medidas coercitivas unilaterales en el disfrute de los derechos humanos, llamó al gobierno de Estados Unidos a levantar o suspender todas las medidas coercitivas unilaterales aplicadas contra Cuba.
«Agradecemos a los países que han apoyado, y continúan haciéndolo, el reclamo porque se ponga fin al genocida bloqueo contra Cuba», resaltó el mandatario. E hizo hincapié: «El pueblo cubano, heredero del legado de nuestros héroes y mártires, y fiel a las enseñanzas de Fidel y Raúl, ha dado incontables ejemplos de resistencia y de voluntad de lucha para hacer frente a las maniobras imperiales y defender la independencia y soberanía de la Patria».
LAS ESENCIAS DEL ALBA, Y EL LEGADO DE FIDEL
«En un contexto tan adverso y peligroso resulta primordial, para labrar los caminos propios, recordar e inspirarnos en las figuras fundadoras del ALBA», expresó el Presidente Díaz-Canel Bermúdez; y añadió:
«Como decía Maduro, hoy se cumplen 21 años del nacimiento de esta Alianza, de la mano del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz y del Comandante Hugo Chávez Frías; dos gigantes, que dedicaron sus vidas a continuar la obra iniciada por Bolívar y Martí, en interés de alcanzar la verdadera integración de los pueblos de Nuestra América».
El mandatario trajo a colación una frase del Comandante Hugo Chávez: «(…) el ALBA es el comienzo, es la aurora de una nueva era, de un nuevo mecanismo de cooperación; es cooperación, no es mercado; no es competencia, es complementariedad, es solidaridad; es colocar al hombre por delante, al ser humano, lo social por delante, no el mercado».
Díaz-Canel Bermúdez dijo que, «en fecha reciente, como expresión de estas convicciones y principios, se cumplieron 20 años desde que, en Mar del Plata, nuestros pueblos enterraron al ALCA, abominación que pretendía subyugar y arrastrar a las naciones a una nueva etapa de colonización».
«Hoy la historia nos convoca a convertirnos, sin demora, en los sepultureros de la agresión militar, política y económica estadounidense que se cierne sobre toda la América Latina y el Caribe, inspirados en ejemplos como el de Hugo Chávez, cuyo legado nos recuerda que, a pesar de circunstancias hostiles, la victoria es posible. Su lucha y compromiso nos guían, como rayo que ilumina la noche más oscura».
«Un día como hoy, recordamos también el papel crucial que desempeñó el Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, para demostrar que la integración es posible e impostergable, a través de mecanismos innovadores como los Tratados de Comercio de los Pueblos y de misiones sociales como “Yo sí puedo” y “Operación Milagro”. Ambos programas, sin igual por su magnitud en el mundo, propiciaron en poco tiempo que millones de personas de la región se alfabetizaran y recuperaran la visión, y contribuyeron al desarrollo espiritual y material de comunidades enteras».
Díaz-Canel Bermúdez expresó que, «lo que ayer representaron estas misiones, hoy nos proponemos hacerlo, en medio de descomunales desafíos, a través de proyectos nuevos para consolidar la Alianza y contribuir al bienestar de los pueblos, sobre la base de la Agenda Estratégica 2030 del ALBA-TCP, que aprobamos en Caracas en 2024».
El Jefe de Estado hizo referencia a ejemplos de alianzas, como AGROALBA, «cuyo objetivo es propiciar inversiones que permitan desarrollar los sectores agrícola, pecuario y avícola, los sistemas productivos, también, en cada uno de nuestros países». Igualmente mencionó el ALBA Azul, «que se propone desarrollar las capacidades pesqueras y acuíferas de los países miembros».
«Ambos -dijo el Presidente cubano- están en fase de implementación en Cuba y estamos comprometidos con su éxito».
A lo anterior -como expresó el mandatario- «se suma el alistamiento del Buque del ALBA, medio que facilitará -y que ya está facilitando- el comercio y la integración entre las naciones, y que ya hemos recibido en puertos cubanos, incluso recientemente, trayendo la generosa ayuda aportada por la hermana Venezuela y el ALBA a las provincias y familias severamente afectadas por el huracán Melissa».
Al «Hermano Maduro», y a los otros hermanos presentes expresó Díaz-Canel Bermúdez: «Nuestra gratitud es infinita»; y entonces dedicó sus palabras al Comandante en Jefe: «Para seguir avanzando en el logro de estos y otros muchos propósitos, tenemos un referente esencial y permanente en Fidel, quien, con su fuerza de voluntad y ejemplo revolucionario, impregnó a esta Alianza, desde su nacimiento, de espíritu antimperialista, defensa férrea de la autodeterminación de los pueblos, y -también como Raúl- de la convicción de que Sí se Puede».
Sobre Fidel, significó el Jefe de Estado: «Su visión no se limitó a lo económico, sino que comprendió la necesidad de librar una verdadera batalla de ideas, de desarrollar un proyecto cultural y educativo que promoviera la unidad en la diversidad y la formación de una conciencia latinoamericana y caribeña».
«Recordar y honrar al Comandante en Jefe en la forja de este modelo de Alianza de nuevo tipo, basada en la solidaridad, la cooperación, la complementariedad y la justicia social, en la víspera del año del Centenario de su natalicio, es un compromiso con su legado y uno de los mayores homenajes que la familia del ALBA le puede rendir a un estadista universal como Fidel».
«Que el ALBA esté reunida hoy, es una demostración de fidelidad a esos principios, a sus fundadores, Fidel y Chávez, y a sus inspiradores, Bolívar y Martí».
«Las apetencias imperialistas de los enemigos no podrán socavar jamás la unidad de los pueblos, no podrán doblegar, con sus amenazas y agresiones, la voluntad de lucha ni la fe en la victoria».
«El ALBA continuará siendo espacio esencial de solidaridad y digna resistencia frente a las campañas desestabilizadoras, las medidas de presión y las más diversas formas de agresión».
«Fieles a las ideas de Bolívar, Martí, Fidel y Chávez, forjadas a lo largo de más de 200 años, seguiremos luchando por un objetivo común: la unidad, la paz, y la soberanía de nuestros pueblos».

SOBRE UNA ALIANZA HERMOSA
El Presidente Nicolás Maduro Moros llevó el hilo del foro virtual, por lo que, en más de un momento, extendió ideas relacionadas con la historia y con el ALBA. Al referirse a esta última, habló de una «Alianza hermosa que hace 21 años nació de dos gigantes inmortales».
A esos gigantes que fueron Fidel y Chávez, el dignatario venezolano los llamó guerreros, Comandantes, ejemplos de resistencia optimista y victoriosa, que pasaron todas las pruebas en todos sus momentos y que nos dejaron el camino para ser transitado por los pueblos.
Nosotros somos la Gran Colombia del siglo XXI, el gran proyecto de emancipación, de liberación. Así afirmó el Presidente bolivariano en relación a los pueblos de Nuestra América; y en un momento de su comparecencia envió saludos «al gigante Raúl», y al pueblo cubano que lleva en sí «esa fuerza maravillosa».
El mandatario recalcó que la XXV Cumbre se estaba desarrollando «en medio de una coyuntura sumamente movida, dinámica, intensa». Y agradeció que «nos toque este momento estelar» para defender Patria, el derecho a la paz, y el derecho al desarrollo.
Esta es una Cumbre, dijo, para seguir coordinando todos los pasos que se conviertan en resultados concretos en los campos de la economía, la Salud, la Educación, la infraestructura, obras públicas, Ciencia y Tecnología.
Maduro recordó misiones como Operación Milagro, y la de Salud que hizo y hace posible la presencia de médicos cubanos en Venezuela: «Cuba no tiene ejércitos para agredir a nadie, como decía Fidel, sino ejército de batas blancas; nosotros somos testigos de eso».
Sobre otros temas habló el mandatario, ahora que la República Bolivariana de Venezuela está siendo blanco de múltiples agresiones imperiales. Ellos, según explicó, han ajustado la misión del Sistema de Defensa Nacional, y para eso han tomado en cuenta hasta la sabiduría de sus antepasados. Maduro hizo referencia a una resistencia popular prolongada, activa y creativa, si se trata del pueblo; e hizo hincapié en una filosofía: sostener en todos los campos una iniciativa permanente.
Sobre la herramienta de integración en Nuestra América, resaltó el arte de combinar la resistencia unida de los pueblos del ALBA con una economía que permita consolidar los derechos sociales de los pueblos. «No esperemos nada sino de nosotros mismos», dijo recordando el legado de los próceres.
Nada nos falta, afirmó; y convocó a todos: «Lo que tengamos, unámoslo, para avanzar juntos en esta hora estelar».
En cuanto a las amenazas imperialistas, afirmó: «Por aquí, por América Latina y el Caribe, el proyecto colonizador no pasará».
VOCES HERMANAS
Otras voces se sumaron al foro: el Presidente de la República de Nicaragua, Daniel Ortega, habló de enfrentar al enemigo con firmeza, con valor; y recordó lo que el Quijote dijera a Sancho sobre los perros: si ladran, es porque caminamos.
Apoyado en ese pasaje clásico, Ortega denunció que el imperialismo busca morder a los pueblos para aterrorizarlos.
El dignatario dedicó un espacio para recordar a ese hermano mayor llamado Fidel. También evocó a Hugo Chávez; y de los dos, dijo que lograron que se diera un salto en lo que es la defensa de los derechos, de la identidad de los pueblos de Nuestra América: «El primer gran paso -valoró- fue la creación del ALBA; y a pesar de todas las amenazas, de todas las sanciones, el ALBA sigue viva, el ALBA sigue caminando».
Mientras más se avance, comentó Daniel Ortega, más morderán los perros. Y sobre el barco robado por el Gobierno de los Estados Unidos a Venezuela, denunció que los perpetradores son ladrones de etiqueta.
«Los imperialistas de la Tierra no tienen amigos», expresó Daniel Ortega, quien denunció los intentos de estrangulamiento imperial contra Venezuela, contra todos esos ciudadanos que son Chávez, que son Bolívar, y que no se amilanan con amenazas de invasión terrestre. «Un pueblo que tiene esa moral y esa fortaleza, siempre vencerá», dijo el dignatario.
Cuando tocó el turno al Primer Ministro Roosevelt Skerrit, de la Mancomunidad de Dominica, este llamó hermanos a sus homólogos; y seguidamente enunció que la Cumbre se celebraba en un momento muy oportuno, cuando la región del Caribe se enfrenta a desafíos sin precedentes.
El dignatario quiso reiterar la firme posición de que el Caribe es una zona de paz; y agregó: «Este es un momento de mostrar solidaridad con cada uno de nosotros, es una prueba que la historia nos está poniendo». Expresó que no son momentos de tener miedo sino de fortalecer la solidaridad y la complementariedad.
En sus palabras no faltó el apoyo a Cuba y Venezuela, y la gratitud hacia Fidel y Chávez. «No estamos aquí -aseguró- para declararle la guerra a nadie».
De Santa Lucía, el Primer Ministro Philip J. Pierre sumó su voz para recordar la vulnerabilidad de los pueblos del Caribe, pero también la capacidad de resiliencia. Y de Antigua y Barbuda, el ministro de Asuntos Exteriores, Comercio y Asuntos de Barbuda, Chet Greene, expresó que el
ALBA es fundamental para estar unidos en propósitos comunes.
«Es un honor y un placer hablarles en esta oportunidad del centenario del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz», dijo Chet Greene.
El ALBA no solo debe mantenerse sino también crecer, comentó desde Granada el ministro de Asuntos Exteriores, Comercio y Desarrollo de Exportaciones, Joseph Andall, quien también habló de los momentos difíciles; e hizo alusión a la posibilidad de nuevas alianzas, especialmente con África y con Asia.
De San Vicente y las Granadinas, el ministro de Asuntos Exteriores, Comercio Exterior, Inversión Extranjera y Asuntos de la Diáspora, Dwight Fitzgerald Bramble, hizo énfasis en la responsabilidad de continuar promoviendo los principios de solidaridad, complementariedad, no intervención en asuntos internos, y respeto a los derechos humanos, entre otros.
DECLARACIÓN POR NUESTRA AMÉRICA
Leída por Nicolás Maduro, la Declaración de la XXV Cumbre de la Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), honra la historia y el legado de Fidel; reafirma el compromiso inquebrantable con la acción y el pensamiento de Chávez, y con todo el heroísmo precedente.
Igualmente el texto condena, en los términos más enérgicos, el declarado propósito del imperio que buscar entronizar la Doctrina Monroe; denuncia la criminal ofensiva contra la República Bolivariana de Venezuela, el criminal bloqueo contra Cuba; y demanda la exclusión de la Mayor de las Antillas de la lista de países que supuestamente apoyan el terrorismo.
La Declaración también se solidariza con la Patria nicaragüense; demanda el cese inmediato de toda amenaza militar contra cualquier país de Nuestra América; expresa el compromiso con la defensa de los derechos de las personas migrantes; reconoce avances en programas como AGROALBA y ALBA AZUL; y celebra el inicio de las operaciones del buque Manuel Gual (Barco del ALBA), como parte de la ejecución de la Agenda Estratégica 2030 del ALBA.
La XXV Cumbre decidió crear, por iniciativa del Presidente Nicolás Maduro, la Misión internacional especial de energía y electricidad en apoyo al pueblo de Cuba. El ministro de Relaciones Exteriores de la República de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla -desde su cuenta en la red social Twitter-, ha expresado que tal decisión «constituye una nueva demostración de la esencia de la Alianza como mecanismo que pone en el centro de su quehacer la solidaridad y la cooperación entre los pueblos hermanos».
Además del Canciller, este domingo se encontraban presentes, desde el Palacio de la Revolución en La Habana, el jefe del Departamento de Relaciones Internacionales del Comité Central del Partido Comunista, Emilio Lozada García; así como otros funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores.















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