ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
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En su primera Olimpiada, Erislandy Álvarez aseguró plata y va por más. Foto: Ricardo López Hevia

PARÍS.–Erislandy Álvarez, en los 63,5 kilogramos, se convirtió en el primer finalista del boxeo y de la delegación cubana, mérito que mereció también Arlen López en los 80, pero la decisión de los jueces, al menos controvertida, lo privó de lo que se ganó en el ring. La jornada cerró con una Daily Cooper que corrió como nunca lo había hecho.

Álvarez salió decidido a instalarse en la disputa de la corona. No le dio tregua al georgiano Lasha Guruli, a quien le boxeó en las tres distancias, golpeó con efectividad, y apenas recibió, por su buen manejo de los elementos defensivos.

El vikingo mejora en cada salida al encerado, y la de ayer fue una disertación. «Me he preparado muy bien; el hecho de tener un grupo de peleas en pos de la clasificación me permitió no perder el ritmo de combate», dijo.

Ante la pregunta de si le preocupa el nuevo duelo que sostendrá con el francés Sofiane Oumiha, tricampeón mundial (2017, 2021 y 2023) y subtitular olímpico de Río de Janeiro-2016, un ídolo en todo el territorio galo, respondió: «en lo único en que estoy concentrado es en hacer bien mi pelea».

Explicó que «aquel combate, en la final de Taskent-2023 fue uno, y el del próximo miércoles ya es otro. Estoy muy motivado, él tiene mucha calidad, pero yo he crecido. Solo pienso en el triunfo».

 

LOS JUECES VIERON PERDER A ARLEN, PERO FRANCIA NO

Aunque la objetividad siempre es un reto para el periodista, a veces la pasión, porque también somos de carne y huesos, se nos va por delante del razonamiento. Tuve muchas dudas en el combate anterior, en el que Arlen López se ganó el pase a semifinales.

Honestamente, no estaba seguro de su victoria, pero me alegré cuando le levantaron el brazo. Ayer fue todo lo contrario, lo vi vencer al ucraniano Oleksandr Khyzhniak, campeón mundial en 2017 y plata bajo los cinco aros en Tokio-2020, en el primer y tercer asaltos.

En el cotejo anterior, evidentemente yo era el equivocado, pues mis colegas, aquí y en Cuba, tenían un criterio muy diferente. Eso hizo que me preguntara si, otra vez, estaba desacertado en mi juicio en la porfía semifinal. Pero la gran mayoría de mis compañeros, la afición y los colegas conocidos de otras regiones coincidieron con mis puntos de vista.

El primero, en que tirar más no quiere decir que dé más; así le pasó al ucraniano, un verdadero vendaval con sus brazos hacia adelante, pero sin impactar en el rostro o el abdomen del guantanamero. Este se defendió bien, no rehuyó el combate y sí penetró en la anatomía de su rival.

La segunda tesis pasa por lo controvertido de los árbitros. Si vieron ganar a Arlen el primer round, por 4-1, cómo entender que hayan apreciado su derrota en el tercero, que fue su mejor manga. No solo dio más, sino que fue contundente y convincente.

Está claro que no sacó la ventaja de Erislandy, pero debieron levantarle el brazo. También hay que decir que el del Guaso ya no es el mismo, pero su inteligencia y recursos en el cuadrilátero le dieron ese extra de campeón.

Se va de los Juegos con tres premios, dos de oro y uno de bronce que brilla como los otros dos.

 

COOPER VINO A PARÍS A HACER SU MEJOR MARCA

Daily Cooper es lo mejor del atletismo cubano en lo que va de estos Juegos Olímpicos. Ella llegó a esta ciudad a hacer lo que nunca había hecho, y lo logró dos veces, en la clasificatoria y en semifinales.

«Estoy muy contenta, es mi primera experiencia a este nivel, mi primera vez frente a las mejores del mundo, que es impresionante verlas a tu lado, sentirles la respiración. Y también me voy con lo aprendido en esta carrera».

–¿Qué aprendiste?

–Hay que saber correr para ganar.

Mi colega de Jit, Eyleen Ríos, una especialista en este deporte, le comentó que se aprende corriendo.

Ella asintió, y nos narró que «para bajar de dos minutos corrí sola, por la línea dos y nada. Lo logré compitiendo. Ahora, es cierto, salí por fuera a buscar la punta, pero lo hice desde muy temprano, casi 300 metros por el carril dos. Con más experiencia, porque me sentía para bajar de 1:58,00, lo hubiera hecho más avanzada la carrera, sin perder el ritmo de las punteras, y estoy segura de que hubiera mejorado el tercer escaño».

Aun así, dijo sentirse feliz por su nuevo tope de 1:58,39, y con la voz tomada por la emoción envió un mensaje: «Quiero decirle a mi pueblo que vine a dar lo mejor de mí, y por muy poco no llegamos a la final. Pero llegaremos, tengo 21 años, hay tiempo».

Su compañera, la más experimentada Rose Mary Almanza, no pudo entrar a la final, tras un heat que hizo una primera vuelta en 57,47, exigente para el segundo recorrido. Sin embargo, ella se mantuvo en la pelea hasta faltar 150, cuando entregó su segundo puesto, para finalmente llegar quinta.

Reynaldo Espinosa no rebasó tampoco la semifinal de cien metros. «Yo también estoy feliz, devolví la velocidad al escenario olímpico, entre los mejores 16. Claro que es tremendo pararse al lado de esos monstruos. Sí, salí bien, pero hay que seguir corriendo y trabajando duro, para estar a este nivel».

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