Serguéi Sokolov, entrañable amigo de Cuba

LETICIA MARTÍNEZ HERNÁNDEZ Y YAIMA PUIG MENESES

El pasado 31 de agosto, a la edad de 101 años, murió Serguéi L. Sokolov, el mariscal de la URSS más longevo en la historia del último siglo, que consagró su vida al desarrollo de la capacidad defensiva de las Fuerzas Armadas de su país. Amigo entrañable de Cuba, Sokolov brindó siempre, desde los altos cargos de dirección militar que ocupó, su apoyo incondicional a nuestra Revolución.

El primero de enero de 1993 el Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, saluda al mariscal Sokolov, de visita en Cuba.

Como "amigo fiel y solidario, militar honrado y sencillo", lo calificó el General de Ejército Raúl Castro Ruz —con quien mantuvo una profunda amistad durante muchos años—, al condecorarlo en el 2006, en nombre del pueblo cubano, con la Orden "Carlos Manuel de Céspedes", uno de los más importantes reconocimientos que otorga la República de Cuba. También fue merecedor de la Orden "Playa Girón" y las medallas XX y XXX Aniversario de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, entre otras distinciones.

Serguéi L. Sokolov visitó en varias oportunidades la Isla lo que le permitió conocer de cerca nuestra realidad e intercambiar con oficiales y combatientes de las FAR.

Acompañados por Raúl y Vilma, de izquierda a derecha aparecen el mariscal Serguéi L. Sokolov junto a su esposa María; y el mariscal Dmitri Yazov y su compañera Enma. Durante la Crisis de Octubre de 1962, Yazov fue jefe de un regimiento soviético de infantería motorizada en Holguín, y en 1987 sustituyó como Ministro de Defensa a Sokolov. (Foto tomada el 2 de febrero de 1997 durante una visita de ambos a Cuba).

Su prestigio estuvo avalado por la participación en la Segunda Guerra Mundial, su fidelidad a la nación y entrega a la defensa de la Patria. Entre las innumerables condecoraciones recibidas a lo largo de su vida, destaca la de "Héroe de la Unión Soviética", que le fue concedida en 1980.

Con un historial interminable, Sokolov, tanquista de profesión, fue nombrado Ministro de Defensa de la antigua Unión Soviética en el año 1984, donde se desempeñó hasta 1987. Luego, ocupó diversos cargos, entre ellos el de Asesor del Ministro de Defensa. Fue además, miembro del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), del Comité Central y del Buró Político, así como diputado del Soviet Supremo (máximo órgano legislativo).

Durante el acto por el aniversario 40 de la creación del Ejército Central el 14 de abril del 2001, de izquierda a derecha, los generales de Cuerpo de Ejército Álvaro López Miera, jefe del Estado Mayor General, y Joaquín Quinta Solás, entonces jefe del Ejército Central; el Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez, el mariscal de la URSS Serguéi L. Sokolov, el General de Ejército Raúl Castro Ruz, los comandantes de la Revolución Juan Almeida Bosque y Guillermo García Frías, así como Jaime Crombet, en aquel momento vicepresidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Al cumplir cien años fue honrado por el entonces Presidente ruso Dmitri Medvédev, con la Orden "Alexandr Nevsky", otorgada principalmente a oficiales del Ejército Rojo que se habían destacado por actos de gran valentía y firme liderazgo.

A la ceremonia fúnebre, que reunió a cientos de personas, el Presidente Vladimir Putin envió una ofrenda floral en señal de respeto hacia un hombre que consagró su vida a la nación. En la solemne despedida, realizada el pasado 3 de septiembre, entre otros dirigentes del país estuvieron Nikolai Patrushev, secretario del Consejo Nacional de Seguridad y Anatoli Serdiukov, titular de Defensa, quien en una ocasión calificó a Sokolov como un "verdadero patriota, valiente soldado y talentoso jefe", así como "un brillante ejemplo de fidelidad al juramento y al deber militar en las mejores tradiciones del cuerpo de oficiales de la Patria".

Dentro de las múltiples ofrendas florales llegadas hasta los funerales del legendario Mariscal de la URSS estuvo también la del General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, como muestra de la estrecha relación que existió entre Sokolov y Cuba.

Durante 75 años de su heroica vida, Serguéi L. Sokolov, estuvo acompañado por María Samoilovna quien falleció tres días antes que él y fue despedida con honores junto a su esposo. A esta mujer también la unieron profundos sentimientos de hermandad hacia Cuba, tierra que los dos consideraban su segunda Patria.

 

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