En tal sentido, el director químico del Instituto Cubano de
Investigaciones de los Derivados de la Caña de Azúcar (ICIDCA),
Alejandro Abril González, precisó que el principal reto de esa
institución y el de sus similares en el país es hacer que los
resultados de estas se reflejen en beneficio de cada una de las 56
fábricas de azúcar y derivados que existen (aun cuando no todas
estén moliendo), así como en las 850 unidades productoras de caña, a
tono con los Lineamientos referidos a la inserción de la ciencia en
la política agroindustrial.
Para lograr tales objetivos, dijo, se necesita hacer efectiva la
cadena investigación-generalización-servicio de valor directo al
productor, una línea sobre la que deben trabajar todas las entidades
del sector, en vinculación directa con el Grupo Azucarero y su base,
algo que ya se empezó a hacer desde algún tiempo, acotó.
La directora de negocios del ICIDCA, Bárbara Rodríguez González
indicó a Granma que esa entidad se enfoca en la
implementación y desarrollo de nuevas tecnologías en el campo del
azúcar y sus derivados, así como también promueve investigaciones
encaminadas a la concreción de una mayor eficiencia industrial.
Entre las principales prioridades investigativas que en estos
momentos tiene la institución identificó el desarrollo de
agroquímicos, el impulso a la eficiencia energética a partir de la
biomasa y el biogás, así como la necesidad de retomar la industria
de la fibra de bagazo y, por consiguiente, elevar las producciones
de tableros de ese material.
Cerca de 200 delegados cubanos y medio centenar de invitados de
casi una decena de países asisten a este encuentro en el que se
discute sobre los retos y perspectivas de la industria azucarera
cubana, el necesario impulso a las producciones cañeras, sus
derivados y la obtención de energía limpia a partir de su
procesamiento.