Por ejemplo, la Tecnología SUMA posibilitó realizar las pruebas
para el diagnóstico precoz del hipotiroidismo congénito a todos los
niños cubanos nacidos a partir de 1986. Hasta el mes de marzo del
presente 2012 se habían estudiado tres millones 381 mil 849
infantes, de los cuales 803 tenían la enfermedad.
Ello posibilitó aplicarles de inmediato el tratamiento médico
indicado y evitar que crecieran con retraso mental severo
(cretinismo). Para tranquilidad de los familiares, pudieron
desarrollar una vida normal e incorporarse plenamente a la sociedad.
Como precisa el doctor Fernández Yero, director fundador del
Centro de Inmunoensayo, Cuba fue el segundo país de América en
disponer de cobertura completa del hipotiroidismo congénito en
recién nacidos, después de Canadá, y primero que los Estados Unidos.
Destacó, además, los resultados del SUMA en el diagnóstico
prenatal de malformaciones congénitas, al propiciar el estudio de
tres millones 784 mil 578 mujeres embarazadas, entre 1982 y marzo
del 2012, detectándose 8 040 deformaciones incompatibles con la
vida.
Lo anterior permitió la interrupción del embarazo, siempre que la
pareja así lo estimó, y representa un aporte significativo al
mantenimiento de la baja tasa de mortalidad infantil del país.
Perteneciente al Polo Científico del Oeste de la capital, la
institución dispone hoy de 33 estuches o kits para la detección de
19 dolencias, que junto a las ya mencionadas, incluyen la Hepatitis
B y C, VIH, Dengue, Enfermedad de Chagas y Lepra, así como la
Hiperplasia Adrenal congénita, la Galactosemia y la Deficiencia de
Biotinidasa.
Si no se tratan de manera oportuna, las tres últimas causan daños
irreparables en la calidad de vida, o pueden provocar la muerte del
bebé en las primeras semanas después del alumbramiento.
Al valorar el trabajo de la institución en estos veinticinco
años, el doctor Fernández Yero afirmó que lo más importante es haber
garantizado la salud de los niños recién nacidos, detectando a
tiempo malformaciones congénitas y padecimientos con riesgo para la
vida, o causantes de retraso mental.
También mencionó los beneficios tributados al Programa de
Certificación de Sangre y sus derivados, lo cual evita el contagio
de enfermedades a través de transfusiones y donaciones.
Hoy, subrayó, el cáncer y las enfermedades crónicas no
transmisibles (constituyen las principales causas de muerte en Cuba)
son el eje principal de las investigaciones del Centro de
Inmunoensayo, en particular lo referido a la búsqueda de nuevos
procedimientos para el diagnóstico temprano de algunas de ellas, a
fin de incrementar las posibilidades de mantenerlas bajo control, y
disminuir de manera notable la mortalidad, con menores costos al
sistema de salud.
Muestra de ello son los glucómetros y sensores desarrollados allí
para medir el nivel de glucosa en sangre, y la prueba dirigida a
conocer el estado de conservación de los vasos sanguíneos (Microalbuminaria),
considerado un importante marcador de riesgo de sufrir insuficiencia
renal, y accidentes cardiovasculares y cerebrovasculares.
Figuran, además, las destinadas a cuantificar el Antígeno
Prostático Específico (PSA), y determinar la presencia de sangre
humana oculta en heces fecales, las cuales podrían contribuir de
manera significativa a la detección precoz de los tumores malignos
de próstata y colon, respectivamente, si son usadas en pesquisas a
gran escala.
Para el reconocido especialista, dirigir el Centro de
Inmunoensayo "le ha dado el privilegio de convertir su sueño
científico en realidad, y la inmensa satisfacción de recibir desde
sus inicios la absoluta confianza y el apoyo de Fidel, el verdadero
artífice de su creación".
Asegura que se podía haber hecho mucho más, sobre todo en la
generalización de los resultados para ponerlos a disposición del
pueblo en cualquier rincón del país, y crecer más en las
exportaciones.
Cada equipo, kits diagnósticos y programa informático creado
aquí, fue logrado con plena soberanía tecnológica, sin depender de
inversión extranjera, ni créditos externos. La productividad de
trabajo supera en 24,5 veces la media nacional.
Este colectivo alcanza la excelencia en su quehacer cotidiano,
concentrado en la investigación, desarrollo, producción, y
comercialización de tecnologías de avanzada.
Confían en aportar nuevos impactos que contribuyan a mejorar los
indicadores de salud de los cubanos. En esencia, se trata de
beneficios sociales imposibles de cuantificar en dinero.