Una opinión sobre el béisbol
La ecuación es simple: a mayor cantera, mejor
selección
Sobre el programa de perfeccionamiento y
nuestra propuesta de una estructura de Serie Nacional
OSCAR SÁNCHEZ SERRA
oscar.ss@granma.cip.cu
Otra
vez la pelota nos convoca. Cientos de miles de opiniones se han
levantado a partir de la celebración de un programa de reuniones en
cada una de las provincias, sobre el tema de cómo sería la próxima
Serie Nacional.
Calificaciones de esos encuentros ruedan por doquier, pues tratan
nada menos que el tema de la estructura del principal evento del
calendario deportivo de casa. Y si algo es cierto, cuando se habla
de béisbol en nuestro país resulta muy difícil, muchas veces casi
imposible, poner de acuerdo a más de dos. Pero justamente ahí radica
la fortaleza del béisbol, en la sabiduría popular, en tener la
posibilidad de nutrirse de un gran cúmulo de propuestas.
Esa es la razón por la cual saludamos tales encuentros, pues el
acervo del que hablamos es protagonista de los análisis y de las
propuestas de calendario de la Serie. Impresiona y es un privilegio
ver y escuchar, por ejemplo, en la capital, a Odrisamer Despaigne, a
Carlos Tabares, Javier Méndez, Oscar Valdés, proponer modelos de
competencia, fundamentándolos a partir de sus criterios, con la
ventaja de que son los que sufren, sienten y le toman el pulso al
terreno, lo mismo bajo el sol o la lluvia. O a Albizu, el de la Peña
del Cerro, con la pasión que solo pueden expresar los aficionados,
cuando de verdad les corren por las venas bolas y strikes. Y ni qué
decir de nosotros, los periodistas, opinando como si fuéramos
verdaderos sluggers.
Bienvenido este modo de actuar, pero ojo, su lunar, su talón de
Aquiles, es llegar a septiembre sin una definición de un torneo, que
por demás, es el más importante, no solo ya en lo deportivo, sino en
el orden social, que demanda importantes gestiones de aseguramiento
y que en su radio de incidencias toca a muchas esferas de la
economía y los servicios en todo el país.
PARA LLEGAR AL TECHO SE NECESITA...
La idea de los encuentros forma parte de un programa llamado de
Perfeccionamiento del béisbol en el país, que busca elevar el techo
de la pelota. Bienvenida también esta línea de trabajo, pues una de
las expresiones más importantes escuchadas en estas reuniones es que
ninguna estructura de la Serie Nacional, por sí sola, aunque sea muy
buena, va a elevar la calidad.
Tanto en el béisbol, como en el resto de los deportes, ese
atributo tiene que ser la consecuencia de un sistema que favorezca
la participación en las estructuras de base. En el caso de nuestro
principal evento, es cierto, demanda esfuerzos, recursos, pero sobre
todo de una propuesta desde los municipios que sea capaz de
articular en un sistema a todas las esferas de la sociedad en torno
a lo que más nos gusta: la pelota.
No pretendo ser recurrente, pero vuelvo a la idea de un equipo en
cada escuela, porque para llegar al techo no solo se necesita una
escalera grande, sino muchas chiquitas, entendidas como los
campeonatos de corta y larga duración en los territorios, en cuyas
jornadas veremos juntos al futuro jonronero, o al ingeniero o
mecánico, que no siguió en el béisbol o en cualquier otro deporte,
pero que con su concurso ayudó a forjar una medalla. La ecuación es
simple: a mayor cantera, mejor selección.
LA PROPUESTA DE ESTRUCTURA DE GRANMA
Como también a la prensa le dieron la posibilidad de expresar su
propuesta, aquí les va la estructura que este diario planteó, la
cual tiene las siguientes premisas.
Primero: No creemos que esta sea la Serie en la que se asuma
el cambio como resultado del perfeccionamiento, pues a él tendríamos
que agregarle otro asunto a tener en cuenta, el de la parada
obligatoria para la preparación y participación en el Tercer Clásico
Mundial, algo que ocurre cada cuatro años. Segundo: Sí
creemos, sin embargo, que la venidera campaña, la 52, sea la que
marque el inicio del perfeccionamiento a nivel del principal
espectáculo. Tercero: tanto en la Serie Nacional, como en
cualquier escalón, lo importante es tener para todos una
considerable cantidad de partidos, pero que a la vez contengan la
necesaria e imprescindible motivación, que cada desafío cueste, que
el lugar alcanzado represente, para que todos los días se salga al
terreno a darlo todo. Cuarto: Que la estructura tenga la
posibilidad de perdurar en el tiempo.
Dicho esto, les presentamos el proyecto.
Que la 52 Serie Nacional (2012-2013), sea el primer paso de esta
propuesta, la cual sería aplicada en la 53. ¿Cómo? Fijaría en el
Congresillo Técnico que los equipos que finalicen entre los ocho
primeros lugares, sean los que abran la 53 Serie Nacional en la
primera división y los ubicados del 9 al 16 o del 9 al 17, según la
cantidad de equipos que se aprueben, lo hagan en la segunda
división.
Esto incentivaría en la 52 temporada cubana a todos los equipos,
ya no solo a buscar uno de los tres primeros lugares, también el
ocho cuenta.
En la 53, si se decidiera jugar con 16 selecciones, cada división
desarrollaría un calendario regular de 84 partidos, enfrentándose a
cada adversario en doce ocasiones. Si la decisión es mantener las 17
escuadras, la segunda división tendría nueve conjuntos con 96
encuentros, también con 12 juegos frente a cada oponente.
Cumplidos los calendarios regulares, los cuatro punteros de la
primera división estarían envueltos en dos series playoff, el 1
contra el 4, y el 2 ante el 3, los ganadores disputarían el título
de campeón de Cuba y los perdedores serían terceros y cuartos, según
el balance de ganados y perdidos.
Habría también playoff del cinco al ocho (5 vs. 8, y 6 vs. 7),
los vencedores se mantendrían en la primera división y los
perdedores bajarían a la segunda.
Mientras tanto, en la segunda división, los juegos luego del
calendario regular, involucrarían a los que queden del 9 al 12 (9
vs. 12, y 10 vs. 11), con triunfadores ganando subir a la primera
división y los derrotados quedándose en la segunda.
Tendríamos Serie por el título, por ascenso y por el descenso o
el derecho de mantenerse jugando en el primer segmento. La calidad
estaría convocada, independientemente de la división, pues sería
halada por la motivación de buscar el primer escalón de nuestro
béisbol.
Algo esencial, todos los jugadores serían elegibles para
selecciones nacionales y deberían crearse las condiciones para que
ambas sean divulgadas por todos los medios de comunicación, además
de garantizarles a las dos las mismas condiciones en cuanto a
aseguramiento.
Sin embargo, creemos que, como una motivación adicional, la cual
nos serviría para alejarnos de un falso y perjudicial igualitarismo,
debe fijarse una remuneración especial para aquellos jugadores cuyos
equipos alcancen la primera división. No se trata de profesionalismo
ni mucho menos, ni distanciarnos de nuestros principios éticos y
revolucionarios, sino de aplicar el concepto socialista de cada cual
según su capacidad, a cada cual según su trabajo. Es decir, recibir
en correspondencia con su aporte, con sus resultados.
Por supuesto, esa propuesta lleva un estudio de las autoridades
deportivas, de tener la visión de que esa inversión es recuperable,
mientras mejor sea el espectáculo, mientras convoque a la afición a
acudir a los estadios, a los servicios (estatales y no estatales).
La pelota nuestra, la revolucionaria, tiene tanta calidad que
también puede y debe generar ingresos, no para enriquecer a nadie,
sino para contribuir y poderse hasta costear sus propios gastos.
Debe caminar al mismo ritmo de las actualizaciones del modelo
económico que construimos, con la misma proyección de nuestra
economía, que no dejará de ser socialista. |