Una opinión sobre el béisbol

La ecuación es simple: a mayor cantera, mejor selección

Sobre el programa de perfeccionamiento y nuestra propuesta de una estructura de Serie Nacional

OSCAR SÁNCHEZ SERRA
oscar.ss@granma.cip.cu

Foto: Ricardo López HeviaOtra vez la pelota nos convoca. Cientos de miles de opiniones se han levantado a partir de la celebración de un programa de reuniones en cada una de las provincias, sobre el tema de cómo sería la próxima Serie Nacional.

Calificaciones de esos encuentros ruedan por doquier, pues tratan nada menos que el tema de la estructura del principal evento del calendario deportivo de casa. Y si algo es cierto, cuando se habla de béisbol en nuestro país resulta muy difícil, muchas veces casi imposible, poner de acuerdo a más de dos. Pero justamente ahí radica la fortaleza del béisbol, en la sabiduría popular, en tener la posibilidad de nutrirse de un gran cúmulo de propuestas.

Esa es la razón por la cual saludamos tales encuentros, pues el acervo del que hablamos es protagonista de los análisis y de las propuestas de calendario de la Serie. Impresiona y es un privilegio ver y escuchar, por ejemplo, en la capital, a Odrisamer Despaigne, a Carlos Tabares, Javier Méndez, Oscar Valdés, proponer modelos de competencia, fundamentándolos a partir de sus criterios, con la ventaja de que son los que sufren, sienten y le toman el pulso al terreno, lo mismo bajo el sol o la lluvia. O a Albizu, el de la Peña del Cerro, con la pasión que solo pueden expresar los aficionados, cuando de verdad les corren por las venas bolas y strikes. Y ni qué decir de nosotros, los periodistas, opinando como si fuéramos verdaderos sluggers.

Bienvenido este modo de actuar, pero ojo, su lunar, su talón de Aquiles, es llegar a septiembre sin una definición de un torneo, que por demás, es el más importante, no solo ya en lo deportivo, sino en el orden social, que demanda importantes gestiones de aseguramiento y que en su radio de incidencias toca a muchas esferas de la economía y los servicios en todo el país.

PARA LLEGAR AL TECHO SE NECESITA...

La idea de los encuentros forma parte de un programa llamado de Perfeccionamiento del béisbol en el país, que busca elevar el techo de la pelota. Bienvenida también esta línea de trabajo, pues una de las expresiones más importantes escuchadas en estas reuniones es que ninguna estructura de la Serie Nacional, por sí sola, aunque sea muy buena, va a elevar la calidad.

Tanto en el béisbol, como en el resto de los deportes, ese atributo tiene que ser la consecuencia de un sistema que favorezca la participación en las estructuras de base. En el caso de nuestro principal evento, es cierto, demanda esfuerzos, recursos, pero sobre todo de una propuesta desde los municipios que sea capaz de articular en un sistema a todas las esferas de la sociedad en torno a lo que más nos gusta: la pelota.

No pretendo ser recurrente, pero vuelvo a la idea de un equipo en cada escuela, porque para llegar al techo no solo se necesita una escalera grande, sino muchas chiquitas, entendidas como los campeonatos de corta y larga duración en los territorios, en cuyas jornadas veremos juntos al futuro jonronero, o al ingeniero o mecánico, que no siguió en el béisbol o en cualquier otro deporte, pero que con su concurso ayudó a forjar una medalla. La ecuación es simple: a mayor cantera, mejor selección.

LA PROPUESTA DE ESTRUCTURA DE GRANMA

Como también a la prensa le dieron la posibilidad de expresar su propuesta, aquí les va la estructura que este diario planteó, la cual tiene las siguientes premisas.

Primero: No creemos que esta sea la Serie en la que se asuma el cambio como resultado del perfeccionamiento, pues a él tendríamos que agregarle otro asunto a tener en cuenta, el de la parada obligatoria para la preparación y participación en el Tercer Clásico Mundial, algo que ocurre cada cuatro años. Segundo: Sí creemos, sin embargo, que la venidera campaña, la 52, sea la que marque el inicio del perfeccionamiento a nivel del principal espectáculo. Tercero: tanto en la Serie Nacional, como en cualquier escalón, lo importante es tener para todos una considerable cantidad de partidos, pero que a la vez contengan la necesaria e imprescindible motivación, que cada desafío cueste, que el lugar alcanzado represente, para que todos los días se salga al terreno a darlo todo. Cuarto: Que la estructura tenga la posibilidad de perdurar en el tiempo.

Dicho esto, les presentamos el proyecto.

Que la 52 Serie Nacional (2012-2013), sea el primer paso de esta propuesta, la cual sería aplicada en la 53. ¿Cómo? Fijaría en el Congresillo Técnico que los equipos que finalicen entre los ocho primeros lugares, sean los que abran la 53 Serie Nacional en la primera división y los ubicados del 9 al 16 o del 9 al 17, según la cantidad de equipos que se aprueben, lo hagan en la segunda división.

Esto incentivaría en la 52 temporada cubana a todos los equipos, ya no solo a buscar uno de los tres primeros lugares, también el ocho cuenta.

En la 53, si se decidiera jugar con 16 selecciones, cada división desarrollaría un calendario regular de 84 partidos, enfrentándose a cada adversario en doce ocasiones. Si la decisión es mantener las 17 escuadras, la segunda división tendría nueve conjuntos con 96 encuentros, también con 12 juegos frente a cada oponente.

Cumplidos los calendarios regulares, los cuatro punteros de la primera división estarían envueltos en dos series playoff, el 1 contra el 4, y el 2 ante el 3, los ganadores disputarían el título de campeón de Cuba y los perdedores serían terceros y cuartos, según el balance de ganados y perdidos.

Habría también playoff del cinco al ocho (5 vs. 8, y 6 vs. 7), los vencedores se mantendrían en la primera división y los perdedores bajarían a la segunda.

Mientras tanto, en la segunda división, los juegos luego del calendario regular, involucrarían a los que queden del 9 al 12 (9 vs. 12, y 10 vs. 11), con triunfadores ganando subir a la primera división y los derrotados quedándose en la segunda.

Tendríamos Serie por el título, por ascenso y por el descenso o el derecho de mantenerse jugando en el primer segmento. La calidad estaría convocada, independientemente de la división, pues sería halada por la motivación de buscar el primer escalón de nuestro béisbol.

Algo esencial, todos los jugadores serían elegibles para selecciones nacionales y deberían crearse las condiciones para que ambas sean divulgadas por todos los medios de comunicación, además de garantizarles a las dos las mismas condiciones en cuanto a aseguramiento.

Sin embargo, creemos que, como una motivación adicional, la cual nos serviría para alejarnos de un falso y perjudicial igualitarismo, debe fijarse una remuneración especial para aquellos jugadores cuyos equipos alcancen la primera división. No se trata de profesionalismo ni mucho menos, ni distanciarnos de nuestros principios éticos y revolucionarios, sino de aplicar el concepto socialista de cada cual según su capacidad, a cada cual según su trabajo. Es decir, recibir en correspondencia con su aporte, con sus resultados.

Por supuesto, esa propuesta lleva un estudio de las autoridades deportivas, de tener la visión de que esa inversión es recuperable, mientras mejor sea el espectáculo, mientras convoque a la afición a acudir a los estadios, a los servicios (estatales y no estatales). La pelota nuestra, la revolucionaria, tiene tanta calidad que también puede y debe generar ingresos, no para enriquecer a nadie, sino para contribuir y poderse hasta costear sus propios gastos. Debe caminar al mismo ritmo de las actualizaciones del modelo económico que construimos, con la misma proyección de nuestra economía, que no dejará de ser socialista.

 

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