Patrimonio Cultural de la Nación

Al fin, el son

Pedro de la Hoz
pedro.hg@granma.cip.cu

SANTIAGO DE CUBA.— El son fue proclamado Patrimonio Cultural de la Nación en acto que hizo justicia a sus orígenes, su desarrollo y su presencia tutelar en múltiples aristas de la identidad cubana.

La lectura de la resolución que formalizó lo que todos esperaban —a cargo de Orlando Vistel, presidente del Instituto Cubano de la Música— marcó el punto culminante de la velada inaugural del Festival Matamoros Son 2012, que tuvo lugar en el teatro Heredia de esta ciudad.

Justo cuando se proclamaban los ya sabidos valores que fundamentan el carácter patrimonial del complejo músico-danzario más representativo del ser nacional, la orquesta de Adalberto Álvarez entregaba a un auditorio menguado pero entusiasta los dones de un repertorio que ha articulado la tradición con los nuevos desarrollos del género.

En una maratónica jornada mostraron sus credenciales los septetos Turquino y Santiaguero, baluartes de la impronta sonera que caracteriza a la urbe oriental; el maestro Luis Carbonell tocó hondas sensibilidades al decir, con su estilo irrepetible, los versos de Nicolás Guillén y una estampa de Félix B. Caignet; y Yaíma Sáez trajo el aire fresco de las nuevas generaciones emergentes que respetan y renuevan el son.

La prueba mayor de que el son es patrimonio vivo estuvo en el fervor con que los santiagueros bailaron y cantaron hasta bien avanzada la madrugada en diversos espacios de la ciudad.

 

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