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En Bellas Artes
El arca de Pascal Masi
TONI PIÑERA
Entre
Pascal Masi, la escultura y la ecología existe una conspiración
abierta. Una fusión que transgrede los límites de lo común. Un
tesoro de imágenes volumétricas del conocido escultor francés
emergerá hoy viernes 7 (4:00 p.m.), en una de las salas del edificio
de Arte Universal, del Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana.
Rinoceronte,
una de las piezas del escultor.
En su primera exposición en el continente americano, Masi, cual
Noé en su mítica arca, desembarca aquí con un conjunto de piezas de
pequeño, mediano y gran tamaño en las que retrata con mano firme y
un talento nato, diferentes Animales del planeta, como titula
el conjunto de su muestra, tan íntima e introspectiva, como
reflexiva y poética, integrada por 45 esculturas realizadas en
bronce, hierro y resina, donde se rescatan animales de África y
Europa.
Ante sus creaciones escultóricas, el espectador se conmueve por
tantos enigmas de creación. Como vistos en la noche del tiempo, con
sus costumbres, en su hábitat, los trabajos enfocan animales de
diferentes lugares del mundo, que construye en su mente y luego los
arma sobre diversos materiales.
Masi
en su taller mientras da forma a su fauna.
¿Los animales? En una rápida conversación habanera, Pascal Masi,
quien ha obtenido en su carrera distinciones como el Premio Sandoz
2011, comentó que hay algunas razones que lo acercan a ellos. En
primer lugar, "los animales nunca engañan, eso es lo más importante.
Está también la pose, el movimiento, y la belleza que aportan al
mundo. No puede faltar tampoco el humor, algunos lo despliegan en
todo lo que hacen".
"Trato —explicó— de rendir un homenaje a la belleza del mundo
viviente. Entre las preocupaciones que tengo está, en primer plano,
el respeto a la vida de los animales. Su vida cuenta, y esa es una
preocupación ecológica".
Esta exposición, auspiciada por la institución anfitriona y el
Consulado General de Mónaco en La Habana, forma parte de un
intercambio cultural que ya llevó, en dos ocasiones anteriores, el
arte cubano a ese Principado europeo (una de Mariano Rodríguez y
otra colectiva). Ahora se realiza en Cuba, no por azar,
precisamente, en el aniversario 20 de la Cumbre de Río, para
recordar los postulados de esa reunión, la necesidad de proteger el
medio ambiente y la biodiversidad para que la vida continúe. Algo
que subrayan particularmente, tanto Cuba como la Fundación Albert II,
dirigida por Albert II de Mónaco para una toma de conciencia mundial
frente a estos problemas.
ESCULPIR SENTIMIENTOS
"Todo acto de creación —señaló Masi— es un autorretrato. Uno deja
sobre los materiales mucho de sí. Mi trabajo se acerca al cubismo,
pero un cubismo dulce, aunque refleja que soy estructurado. La
escultura es un arte técnico por muchas razones, yo incursiono mucho
en el bronce y las grandes resinas, material complicado que necesita
equipos también complicados para trabajarla. Adoro la confrontación
permanente entre la fuerza técnica y la creatividad pura, ese
diálogo entre talla, equilibrio y hasta la seguridad de la gente, es
apasionante, y propio del escultor".
¿Los materiales? Sus ojos brillan cuando reflexiona sobre ellos:
"El bronce, la eternidad. Y se entronca con mi deseo de que mi obra
sea un testimonio para el futuro. Quiero que duren miles de años, y
la gente pueda reconocer algunas especies que quizá se extingan de
aquí a un tiempo, como el oso polar, que lo trabajo mucho. Es el
bronce un material noble. La resina, resiste menos".
Sus creaciones liberan una energía mística, los animales tienen
movimiento (panteras, elefantes, pingüinos, osos, rinocerontes,
leones... ), y parecen respirar. Masi va un poco más allá de aquello
que puede ser observado a simple vista, escarba con los
instrumentos, las manos y a veces hasta con todo su cuerpo el
material, buscando, encontrando huellas, para atrapar la vida.
Como toque singular de la muestra, Masi llama la atención sobre
una obra monumental de metal soldado (hierro), que especialmente
creó para la muestra en Cuba: Cigarillours, contracción de
cigarro y oso, como homenaje al puro Habano Entonces surge Cuba en
la conversación. "Allá en Europa tiene una enorme reputación, un
país que cuenta por la historia, la cultura, es prestigioso; en una
palabra, mítico. Por eso quise hacer una exposición grande, bien
pensada, que tuvo diferentes etapas, pues, incluso estuve aquí a
principios de año. Es algo muy importante para mí". |
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