Cuba desarrolla un programa destinado a eliminar de manera
progresiva la importación y uso de los hidroclorofluorocarbonos (HCFC),
sustancias que además de agotar la capa de ozono, son potentes gases
de efecto invernadero.
El doctor en Ciencias Nelson Espinosa, director de la Oficina
Técnica del Ozono (OTOZ), dijo que a corto plazo el plan establece
alcanzar la reducción de un 10 % del consumo de los HCFC en el país
para el primero de enero del 2015, cifra que se irá incrementando
hasta lograr su definitiva erradicación en igual fecha del 2030.
Lo anterior significa un gran reto, pues se trata de compuestos
muy utilizados en la climatización y refrigeración doméstica e
industrial, por tanto implicará la búsqueda de gases refrigerantes
alternativos no perjudiciales al llamado escudo de la vida, la
introducción de nuevas tecnologías y otras acciones.
Recordó que como país firmante y Estado parte del Convenio de
Viena, y del Protocolo de Montreal, Cuba cumple con rigor todos los
compromisos asumidos a fin de disminuir y eliminar en los plazos
establecidos el empleo de sustancias agotadoras de la capa de ozono
(SAO).
Así el país logró erradicar en poco más de tres lustros la compra
y consumo de los clorofluorocarbonos, (CFC) bromuro de metilo,
halones y tetracloruro de carbono, con un aporte significativo a la
salud y el cuidado del medio ambiente, además de fortalecer el marco
legal que posibilite garantizar el cronograma nacional para suprimir
las SAO, y el sistema de licencia de importaciones y exportaciones.
Entre los proyectos ejecutados en la última década, sobresale la
reconversión tecnológica de la planta encargada de producir
inhaladores para asmáticos, los cuales son fabricados ahora con
propelentes ecológicos libres de CFC.