Baches, cortes, huecos, registros abiertos, mal tapados o por
debajo del nivel de las calles. Avenidas y calzadas que se asfaltan
y días después se vuelven a "romper" por roturas en las redes
soterradas y las vías secundarias.
Recurrente panorama que no solo provoca malestar en la
ciudadanía, sino que facilita la ocurrencia de accidentes; "pues
esas irregularidades ocasionan desperfectos en la dirección de los
vehículos", según comentó el teniente coronel Mario Ríos Labrada,
jefe de Departamento y Dirección de la División de Tránsito.
Dado el exceso de instituciones encargadas de este asunto, la
solución del problema de las calles parece pasar, también, por la
necesaria integración que en estos días tanto se demanda en los más
disímiles ámbitos de nuestra vida económica y social.
En tal sentido, la vicepresidenta del Instituto de Planificación
Física (IPF), Belkys Serrano Tejerizo, señaló que muchos organismos
actúan verticalmente y no trabajan con la responsabilidad y
coordinación necesarias en el tema.
El caso de La Habana es quizás el más complejo, no solo porque
allí radica el mayor número de vías, sino porque es donde único
están presentes las redes soterradas del gas manufacturado,
electricidad, telecomunicaciones, acueducto y alcantarillado.
Son el Grupo de Inversión Vial de La Habana y el Centro
Provincial de Vialidad —inversores de diferentes organismos— los
encargados de rectorar los trabajos en las calles. Sobre los hombros
de esas entidades recae la responsabilidad de garantizar la
rehabilitación vial, aunque para hacer esos trabajos dependen del
que no hace o hace mal el trabajo con el soterrado, según
confirmaron a Granma Carolina Rodríguez Santos y María
Caridad Álvarez Quintero, máximas responsables de estas
dependencias, del Poder Popular Provincial y el Ministerio del
Transporte, respectivamente.
Ambas especialistas coincidieron en que todos los
responsabilizados con las líneas subterráneas no trabajan de igual
manera, a pesar de que para hacer cortes en las vías, ellos se
comprometen a devolverlas a su estado original —es decir,
arreglarlas— en cumplimiento de lo estipulado en la Ley 109: Código
de Seguridad Vial.
Rodríguez Santos es la jefa del Grupo de Inversión Vial de La
Habana o Redes Técnicas, una entidad desde donde se planifica la
rehabilitación, bacheo, pavimentación y asfaltado de más de 4 000
calles, incluidas las llamadas vías secundarias —del barrio— las más
afectadas, "pues menos gente las ve".
Uno de los principales problemas que enfrenta esa entidad es
justamente el llamado "rompecabezas de las calles", donde entran "en
juego" los ministerios de Informática y las Comunicaciones,
Industria Básica y Transporte, así como el Instituto Nacional de
Recursos Hidráulicos y el Poder Popular. Demasiadas fichas, en busca
de las cuales fue este diario para tratar de comprender cuándo, en
el tema de la calidad de la reparación vial, "saldremos del bache".
Los principales problemas son de coordinación con la ejecución y
culminación de los trabajos de algunos organismos. "A pesar de que
esas entidades terminan con relativa rapidez y calidad sus labores
en las redes, no hacen lo mismo en las vías, las cuales demoran en
tapar o arreglar, y si lo hacen; no quedan con la calidad
necesaria". Otro inconveniente que identificó Rodríguez Santos es
que a veces cuando se asfaltan calles los registros (tapas) de las
redes, quedan muy por debajo de las vías, erigiéndose en peligrosos
desniveles que las entidades del soterrado no recrecen.
Pero lo peor es que a pesar de las molestias que ello pueda
ocasionar este tema queda en tierra de nadie, pues todos "se lavan
las manos". Unos dicen que es responsabilidad de los encargados del
propio registro y estos a su vez que ello es tarea de quien sube las
vías. Estos son los puntos de vista de cada entidad responsable:
Francisco Montadas, director de la Unidad Empresarial de Base (UEB)
Soterrado de la Empresa Eléctrica de La Habana, confirmó que los
problemas no son de coordinación con Redes Técnicas —encargada de
hacerlo— sino en la propia ejecución de las entidades implicadas.
Noel León Fernández, director de la UEB Redes en la Empresa de
Gas Manufacturado (EGM), admitió que esa entidad aún tiene 94 baches
pendientes, y en estos momentos tramitan nuevos permisos de corte.
En cuanto al asunto de los registros indicó que en el 2012 se sigue
la política de nivelar todos aquellos que se encuentren ubicados en
calles asfaltadas. Al explicar el atraso en casi un centenar de
cortes, Mayra Elena Tassé, directora de la Empresa, manifestó que
ellos dependen de la entrega de recursos, y presentan problemas con
los suministros de materiales, pues aunque la asignación existe, la
complicación es hacerla efectiva.
Hugo González Rojas, responsable del Grupo Especializado Redes
Soterradas de ETECSA, contradictoriamente opinó que existían grietas
en los trabajos de coordinación, cuando precisamente es este uno de
los organismos más reticentes a la nivelación de los registros, bajo
el amparo del Decreto-Ley Número 177, de diciembre de 1992, donde se
identifica al que levanta los niveles de la calle como responsable
de elevar los registros, "por eso no les toca hacer ese trabajo".
De igual manera, se proyectó Alejandro Vilanova, director de
explotación de Aguas de La Habana, quien puntualizó que el nivel de
los registros no es problema que les concierna. "Si Viales (Redes
Técnicas) eleva el nivel de la vía, que hagan lo mismo con los
registros. Nuestra entidad posee ocho brigadas para el mantenimiento
y drenaje; si se pone a resolver registros entonces, no nos alcanzan
los trabajadores".
No obstante, ellos tienen pendientes cerca de 2 000 cortes en
vías secundarias, por lo que es de prever que los atrasos en la
solución de las vías continuarán.
En otro orden, al preguntar si el propio departamento de Redes
Técnicas cuenta también con algún mecanismo que certifique la
calidad de las obras terminadas por parte de este y el resto de los
ejecutores del sistema soterrado, la jefa de esa entidad, Carolina
Rodríguez Santos, respondió que esa tarea les compete a los
inversionistas municipales, que coordinan de manera simultánea con
más de 20 organismos para el arreglo, bacheo y trabajo en los
puentes, así como la pavimentación y planes de asfalto, "pero para
todo eso no cuentan con los recursos necesarios; medios de
transporte ni de comunicación".
Algunos particulares, dijo, también tienen su responsabilidad,
pues, aunque en menor medida, ellos también rompen calles sin
autorización, y por supuesto, al no contar con los equipos y
materiales necesarios ni quien brinde el servicio, tampoco las
reparan. Al respecto, la Dirección de Inspección y Prevención del
Gobierno controla estas indisciplinas sociales, pero aún de manera
insuficiente.