La víspera fueron descubiertos en una camioneta los restos de 14
personas, presuntamente de Coahuila, según informaron las
autoridades estaduales.
Durante la propia jornada se desplegó una fuerte movilización
policíaca en el Tecnológico de Monterrey en ese estado debido a una
balacera que al final se saldo con siete supuestos delincuentes
muertos, de acuerdo con el reporte nocturno del informativo ForoTV.
En un comunicado, la Secretaría de la Defensa Nacional confirmó
que personal militar repelió una agresión armada en la colonia Lomas
Segunda Sección, de San Luis Potosí.
Después de la refriega los soldados decomisaron 13 armas largas,
una pistola, dos lanzagranadas, 112 cargadores, cuatro granadas
calibre 40, cinco granadas de mano, dos vehículos y equipo táctico.
Pero es que similar panorama se extiende por el resto del país y
tal parecen noticias calcadas cuando se leen los periódicos.
Solo el miércoles último el crimen organizado ejecutó a 35
personas, además de las víctimas en San Luis Potosí, se registraron
hechos violentos en los estados de Nuevo León, Chihuahua, Guerrero,
Zacatecas e Hidalgo.
Debido a la violencia, organizaciones no gubernamentales afirman
que la seguridad en México sigue siendo crítica.
El Observatorio Nacional Ciudadano de Seguridad, Justicia y
Legalidad (ONC) informó que la cifra de homicidios totales creció
0,25 por ciento, mientras que la de extorsiones se disparó un 20,41
por ciento entre el último tercio de 2011 y el primero de 2012.
Los datos fueron recabados tomando como base las denuncias
presentadas por ciudadanos en las distintas entidades federativas de
la nación.
El estudio reveló que de enero a abril pasado hubo en México 549
mil 27 denuncias por delitos comunes, de las cuales un 25,74 por
ciento correspondieron a los denominados de alto impacto como los ya
referidos.
Ricardo Sepúlveda, director general del ONC, consideró que es
urgente generar políticas públicas que detengan estos alarmantes
índices.
Recientemente, fue encontrado el cadáver de un empresario de
Nuevo León cuya familia había pagado tres veces por su rescate.
A propósito de este hecho Sandra Pámanes, dirigente estatal del
oficialista Partido Acción Nacional reconoció que la inseguridad no
ha cesado.
No queremos que Nuevo León se convierta en un estado donde la
industria del secuestro se mantenga y no podamos combatirla de
manera frontal por la ineficiencia e incapacidad de las autoridades
locales, expresó.
Hay quienes opinan que la inseguridad no puede ser resuelta con
campañas mediáticas, sino con acciones que vayan al fondo del
problema, mientras los delincuentes siguen actuando en las calles,
dijo.
Esta lucha en contra del crimen organizado no se ha dado, no ha
llegado hasta el punto donde la sociedad pueda sentirse tranquila,
opinó Panamés.
La ola de violencia que azota al país ha cobrado más de 60 mil
vidas desde diciembre de 2006, según cifras de organizaciones
defensoras de los derechos humanos, aunque el Movimiento por la Paz
con Justicia y Dignidad, encabezado por el poeta Javier Sicilia,
eleva el número de muertes a 70 mil.
Para sus seguidores, la raíz del grave problema habría que
buscarla en la existencia de un mercado de droga seguro, Estados
Unidos, que es a la vez el mayor consumidor del mundo, y también
responsable de ser el principal proveedor de armas a los grupos
delincuenciales.
Tal es así que más del 70 por ciento de las armas de fuego que
han sido recuperadas en México en los últimos cinco años fueron
introducidas a México de manera ilegal y compradas por los cárteles
del narcotráfico para combatir a sus rivales y a las autoridades.
El gobierno federal ha pedido a Washington revisar su política
sobre el control de armas y poner fin a la venta de estas a las
organizaciones criminales mexicanas que se abastecen allá.
En febrero de este año, Calderón hizo un fuerte llamado al
gobierno de la Casa Blanca durante la presentación de una valla
instalada en la frontera que expresa: No more weapons! (No más
armas).
México need your help, no more weapons to México (México necesita
tu ayuda, no más armas a México), pronunció el mandatario en su
discurso frente a la valla realizada con restos de armas destruidas
y que fue instalada a 100 metros de territorio estadounidense.
Pero la sangre, aún, sigue corriendo.