Las
autoridades filipinas han elevado a 60 el número de muertos causados
por las inundaciones que remiten lentamente en Manila y otras
provincias del norte del archipiélago tras dejar casi 2 millones y
medio de afectados.
La provincia más afectada es la de la capital, con 26 víctimas
mortales, la mayoría ahogadas, aunque también hubo personas que
murieron por desprendimientos de tierra, electrocuciones, y ataques
cardíacos, según el Centro Nacional de Prevención de Desastres.
Las 34 muertes restantes se produjeron en las provincias de
Pangasinan, Pampanga, Bulacan, Bataan, Zambales, Batangas, Rizal,
Quezon, Laguna y Romblon, casi todas por ahogamiento, mientras que
siete personas han sido dadas por desaparecidas.
En la capital filipina, las inundaciones han remitido casi por
completo debido a la ausencia de precipitaciones en las últimas 24
horas, al tiempo soleado, a los trabajos de los equipos de limpieza
y de decenas de voluntarios, que redoblan esfuerzos para quitar de
las calles toneladas de basura que fueron arrastradas por la riada.
Las autoridades han cancelado la alerta por inundaciones después
de que la presa de la Mesa, principal abastecedora de agua a Manila,
volviera a niveles normales tras superar durante dos días el nivel
de desborde.
En las provincias cercanas, el agua también retrocede, aunque de
forma más lenta, especialmente en la provincia de Pampanga, al norte
de la capital, donde decenas de municipios siguen anegados por la
rotura de un dique.
Según los últimos datos gubernamentales, 95 localidades siguen
sufriendo inundaciones severas en todo el archipiélago.
(Tomado de El Mundo.es)