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Varios heridos por nuevos enfrentamientos en ciudad libanesa Trípoli

BEIRUT.— Explosiones de obuses de mortero y granadas sacudieron nuevamente hoy la ciudad norteña de Trípoli, donde los enfrentamientos entre sunnitas y chiitas alawitas provocaron esta noche un número impreciso de heridos.

El canal televisivo MTV reportó que un obús impactó en un área entre el barrio de Al-Berraniyyeh y el Complejo Hariri, mientras decenas de personas quedaron lesionadas por la deflagración de una granada de mano cerca de la mezquita Al-Nasseri, en la céntrica calle Siria.

Asimismo, el canal Al-Manar TV, afín al partido de la resistencia Hizbulah, informó de detonaciones de lanzagranadas RPG en Al-Saydeh, en el barrio de Jabal Mohsen habitado por la minoría alawita, la misma a la que pertenece el presidente sirio, Bashar Al-Assad.

El repunte de la violencia se produjo horas después de la masiva concentración de habitantes de esa localidad portuaria en la plaza Abdel Hamid Karami para asistir a las plegarias musulmanas del viernes, en cuyo sermón se apeló a la paz y al desbloqueo de carreteras.

Al menos nueve personas, incluido un niño, murieron y más de 70 resultaron heridas desde que el sábado pasado estallaron los choques por el arresto del ciudadano libanés Shadi Al-Mawlawi que intentaba infiltrar armas en Siria para apoyar a opositores a Al-Assad.

Un comentarista del canal nacional LBC indicó que Al-Mawlawi ha admitido en interrogatorios durante su detención que estaba comprando armas con cuatro mil dólares suministrados por un ciudadano catarí de apellido Attieh para enviarlas a los insurgentes sirios.

Los sunnitas libaneses, que habitan el barrio de Bab Al-Tebbaneh y alientan las revueltas sirias contra el gobierno de Damasco, son acusados por los alawitas (una secta derivada del chiismo) de introducir mercenarios y arsenales para desestabilizar aún más la situación en el vecino país. El diputado Mohammad Raad, del bloque de Leales a la Resistencia (de Hizbulah), afirmó hoy que los sucesos violentos en aquella ciudad "advierten de las peligrosas consecuencias para todo el Líbano, no sólo para el norte", y apeló a la moderación y la contención de todos.

Por su parte, el presidente libanés, Michel Sleiman, manifestó este viernes su alivio por las medidas que las fuerzas de seguridad impusieron en la conflictiva urbe para preservar la tranquilidad y la estabilidad, según reportó la agencia estatal de noticias NNA.

Igualmente, el primer ministro Najib Mikati, quien es oriundo de la aludida ciudad portuaria, consideró que "llegó el momento para que todos los grupos discutan el futuro de Trípoli en aras de proteger al Líbano", al tiempo que elogió el establecimiento de puestos de control, informó PL.

 

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