Fortalecer la eficiencia y calidad del proceso
inversionista
Yaima Puig Meneses
Mayoritariamente la realidad actual del proceso
inversionista cubano se caracteriza por interminables retoques y
reparaciones, incumplimientos de las fechas de entrega y costos
excesivos, lo que se traduce en la casi totalidad de las obras; en
que una vez terminadas, los gastos por operación, reparación o
sustitución superan los costos iniciales. Es esta una carga
insostenible para la economía nacional que obstaculiza la agilidad y
calidad de muchas inversiones.
Ante
tales circunstancias, los participantes en la Comisión de Asuntos
Económicos del X Congreso del Sindicato Nacional de Trabajadores de
la Construcción —en representación de los constructores cubanos—, y
dirigidos por Carlos de Dios Oquendo, secretario general del
Sindicato Nacional de ese sector, discutieron ayer que es posible
perfeccionar métodos y estilos de trabajo, solo que para ello es
necesario que comiencen a trabajar más unidos los diferentes
factores que intervienen en el desarrollo del proceso, lo mismo
inversionistas, proyectistas, constructores, suministradores, que
operadores turísticos.
Pero las soluciones no pueden ser tomadas al
azar: "Hay que establecer un régimen de organización y control sobre
lo que se está haciendo en el proceso constructivo, de manera tal
que no haya espacio para el desaprovechamiento de potencialidades,
el desvío de los recursos, la falta de control de la calidad en la
ejecución, o que no se garanticen los aseguramientos en el momento
necesario, para que las obras tengan un real avance físico acorde
con el presupuesto que les corresponde", destacó el Comandante de la
Revolución Ramiro Valdés Menéndez, vicepresidente de los Consejos de
Estado y de Ministros.
"Por eso el debate no puede estar encaminado a
describir los problemas que hoy tenemos, sino a decir lo que estamos
haciendo, lo que se debe acordar en este Congreso y lo que hay que
salir a hacer a partir de esta cita para lograr un giro de 180
grados y combatir minuto a minuto las cosas que estén mal hechas",
enfatizó el también miembro del Buró Político del Partido.
A PIE DE OBRA
Los constructores cubanos, conscientes de la
envergadura de estos retos y los actuales proyectos de inversión que
planifica nuestro país, marcaron pautas con sus intervenciones. Más
allá de reconocer los errores propios y las deficiencias, llamó la
atención la clara exposición por parte de muchos delegados de cómo
solucionar la mayoría de los problemas que hoy subsisten en las
obras.
"Una de las principales direcciones de trabajo
debe estar encaminada a la recuperación del capital humano, desde el
ayudante o el albañil hasta el jefe de obra, porque de la
participación consciente de cada uno de nosotros en el proceso
depende la calidad con que este concluya. Por eso cada cual, desde
su pedacito, debe realizar cada vez mejor las tareas. Muchas veces
ni siquiera el 70% de los materiales está a pie de obra en el
momento necesario, es cierto, pero en la mayoría de las ocasiones
los que tenemos no somos capaces de aprovecharlos racionalmente",
señaló Adolfo La Rosa, maestro de obra de la provincia de Pinar del
Río.
Para lograr hombres dispuestos y combativos se
necesita, en primer lugar, de buenos jefes. "Los directivos no
resolvemos nada con llegarnos hasta las obras y ya, el compromiso
tiene que incluir mucho más para que el obrero se sienta
respaldado", argumentó Miguel Velasco, director de la ECOA # 16 en
Holguín al frente de las obras del trasvase en esta provincia, lugar
donde antes de su llegada persistían serios problemas de
desorganización e indisciplina.
"Cuando el constructor siente que nos
identificamos con sus problemas y que somos capaces de sudar junto a
ellos en cualquier actividad, cualquier proceso fluye con mayor
facilidad y realidad, incluso hasta se identifican con más claridad
los problemas", afirmó.
En ocasiones las deficiencias nacen de grandes
problemas subjetivos y particulares de los hombres. Sucede con la
programación de las obras, por ejemplo. "Ninguna inversión podrá
realizarse con eficiencia si está desorganizada, si no cuenta con
jefes capacitados para dirigir a todos y cada uno de sus
subordinados", señaló Inés Chapman, quien actualmente está al frente
de la rehabilitación del acueducto de Santiago de Cuba, obra en la
cual hasta hace unos meses la falta de previsión y disciplina
estuvieron a punto de poner en riesgo el cumplimiento de lo pactado
para su conclusión.
El irrespeto a la palabra empeñada o a lo
establecido legalmente en los contratos, en ocasiones no tiene nada
que ver con falta de materiales o deficiencias técnicas, pues son
pocos los directivos que utilizan lo establecido en estos documentos
como una herramienta de control y chequeo sistemático de los avances
o retrocesos de la obra.
EL MOVIMIENTO SINDICAL
Los actuales problemas que limitan la
productividad del trabajo, el cumplimiento de los cronogramas de
ejecución y la calidad de las obras, requieren de soluciones
inmediatas y definitivas, pero para ello es necesario, además de las
medidas técnicas y organizativas que se proponga llevar a cabo el
sector de la construcción, que el movimiento sindical asuma mayor
protagonismo en su enfrentamiento.
El objetivo está lejos de concentrarse solo en la
entrega de la obra a un costo mínimo, de forma general debe lograrse
optimizar el resultado económico total de la inversión y para ello
las labores movilizativas y combativas deben ser cada vez más
enérgicas.
¿Qué hace el sindicato a nivel de base, en las
discusiones que tiene que haber todos los días? ¿Están de espalda a
lo que pasa? Y cuando sucede un mal acto, qué hace el trabajador que
está al lado. La mayoría de las acciones o delitos se cometen a ojos
vista, y muy pocos toman partido para enfrentarlas, reflexionaba el
Comandante de la Revolución Ramiro Valdés en una de sus
intervenciones.
"Lo más preocupante es que estos no son problemas
nuevos, los arrastramos hace algunos años, y ante tales sucesos nos
ha faltado protagonismo, exigencia y preparación", reconoció Alberto
Torres, secretario del sindicato en Ciudad de La Habana.
Muestra que parte de los dirigentes sindicales no
ha estado a la altura de las actuales exigencias constructivas del
país, fue necesario sustituir el 47% de ellos en el presente
proceso, y uno de los factores determinantes en tal hecho es que no
fueron capaces de enfrentarse a los problemas en el momento
oportuno, afirmó el Vicepresidente de los Consejos de Estado y de
Ministros.
Ante estos análisis, Salvador Valdés Mesa,
miembro del Buró Político del Partido y secretario general de la
CTC, dijo que "hay que exigir a los responsables. El sindicato tiene
que cumplir con su deber porque la realidad es que en la actualidad
no estamos ejerciendo contrapartida a la negligencia, a la
indisciplina y espacios para ello nos sobran".
Por su parte, Misael Rodríguez, secretario del
sindicato de la construcción en la provincia de Matanzas, confirmó
la certeza de que los diferentes acuerdos y planteamientos
realizados en el marco de esta importante cita no serían letra
muerta para los constructores cubanos, sino experiencia constante
para enfrentar los actuales proyectos inversionistas cada vez con
mayor calidad y eficiencia.
Según palabras de Fidel Figueroa, ministro de la
Construcción, la transparencia y objetividad de las intervenciones
es una buena señal del despertar de nuestros hombres.
Ninguno levantó su mano para pedir lo que el país
no tiene y no puede entregar, sino que a través de sus críticas y
experiencias demostraron que las líneas actuales necesariamente
tienen que estar encaminadas a producir, y cada vez más. El éxito de
estas concepciones deberá expresarse en calidad, cumplimiento de los
presupuestos y entrega de las instalaciones en el tiempo pactado.
Solo así, la experiencia positiva en la edificación de algunas obras
dejará de ser una excepción para convertirse en regla.
Estuvieron presentes, además, el miembro del Buró
Político Misael Enamorado Dager, José Antonio Valeriano, jefe del
departamento de la Industria Básica y las Construcciones del Comité
Central, así como Margarita González, ministra del Trabajo. |