Pago de salarios en la construcción
Una brecha por donde se escapa la productividad
YAIMA PUIG MENESES
El resquebrajamiento de la disciplina en la ejecución de muchas
obras, y la falta de exigencia para que los trabajadores cumplan con
las tareas que les corresponden, son aspectos que impiden el avance
exitoso de las construcciones, y provocan, en ocasiones, el pago de
salarios no siempre respaldados por resultados productivos.
En
la actualidad son incalculables las interrupciones en la ejecución
de muchos inmuebles, fundamentalmente provocadas por esas
deficiencias organizativas del trabajo. Incluso existen lugares en
los cuales cuatro hombres realizan la labor de dos, porque la mitad
no tiene qué hacer. Como consecuencia, el salario que correspondería
a dos obreros termina dividido entre cuatro o en el peor de los
casos lo reciben todos casi íntegro, sin penalización alguna,
ocasionando cuantiosos gastos a la economía.
Por otra parte, en muchos lugares las plantillas continúan con
exceso de personal administrativo que recibe un salario sin
prácticamente estar justificada la actividad que realiza.
Las acciones que comienza a desarrollar el Ministerio de la
Construcción (MICONS) para revertir estas y otras deficiencias,
muestran resultados que, de multiplicarse, permitirán a este sector
asumir las misiones del fuerte proceso inversionista productivo que
el país se propone ejecutar "siguiendo la lógica inobjetable de que
no se puede gastar más de lo que se tiene", como ha dicho el
compañero Raúl.
A DESTAJO Y CON OBJETIVIDAD
"Incrementar la productividad, reducir los gastos y costos,
elevar el índice de los niveles de producción así como aumentar el
aprovechamiento de la jornada laboral, son algunos de los propósitos
que se persiguen con el pago por resultado, prioritariamente una de
sus variantes: el pago a destajo que no se aplica consecuentemente
en la totalidad de las obras", explica José Carlos de la Paz,
director de Organización, Trabajo y Salario (OTS) del MICONS.
"Este sistema está encaminado, además, a lograr que los
trabajadores reciban su salario en correspondencia con los
resultados específicos de la actividad que realizan", señala.
En Pinar del Río, por ejemplo, Armando Arencibia, jefe de la
Unidad Empresarial de Base (UEB) # 4 —que actualmente ejecuta un
conjunto de viviendas para médicos internacionalistas y familias
afectadas por los huracanes—, explica que a ellos los motiva mucho
esta forma de pago pues ganan por lo que realmente hacen.
"Cuando la entrada de materiales está acorde con las exigencias
de la obra, el mecanismo funciona y logramos mantener la secuencia;
aquí nadie cobra si no produce, por eso también nos preocupamos por
mantener en óptimas condiciones los equipos y medios de trabajo. El
salario promedio mensual casi siempre supera los 800 pesos",
argumenta Francisco Rivero, integrante de la cuadrilla de montaje de
esta UEB.
Sin embargo, el simple hecho de aplicar el pago a destajo no
garantiza la eficiencia de su implementación; para ello es necesario
además, tener en cuenta una serie de requerimientos sin los cuales
resulta imposible mantener estabilidad en la ejecución.
Lamentablemente no en todas las obras existe una infraestructura
organizativa capaz de garantizar tales requerimientos.
Según afirma Lesbia de la Fé, viceministra que atiende el área de
Recursos Humanos en el MICONS, tendrán que incrementar el rigor en
el proceso, pues muchos directivos ni siquiera aceptan de buena gana
la aplicación de estos conceptos. De incluirse también ellos en este
sistema de pago, ganarían por los resultados finales, algo que
evidentemente no les conviene porque hace más complejas las labores
de dirección. Sin embargo, el proceso de forma general tendría
mayores beneficios, pues los principios organizativos serían más
tomados en cuenta por los jefes, que ahora también sentirían "en su
bolsillo" las consecuencias de las irregularidades.
"Generalizar el destajo como forma de retribución a la mayoría de
los trabajadores directos, conlleva a que los jefes garanticen
condiciones organizativas y de aseguramiento para que los obreros
aprovechen su jornada laboral sin interrupciones o al menos con un
mínimo de ellas. También implica el control preciso de la producción
de cada trabajador o colectivo, así como el cálculo del salario que
le corresponde por la labor realizada", señala la viceministra.
La degeneración de algunas etapas de nuestro proceso constructivo
ha conducido en muchas ocasiones a crear el falso convencimiento —lo
mismo en obreros a pie de obra como de algunos cuadros de
dirección—, de que pueden desaprovechar tiempo y recursos sin que se
dañe el cobro efectivo del salario.
La práctica actual de generalizar —siempre que las condiciones lo
permitan—, el pago a destajo, teniendo en cuenta además, cada
uno de los factores que deben confluir para lograr un adecuado
funcionamiento del proceso, pretende poner freno al "relajo" de que
se gana lo mismo si produce como si no lo hace; de igual forma
procura incrementar la calidad y explotar al máximo las capacidades
productivas.
EL SUBEMPLEO AFECTA MUCHO LA PRODUCTIVIDAD
La disponibilidad de fuerza de trabajo calificada en la
construcción no es un problema resuelto. No obstante, llama la
atención el gran número de personal ocioso en diferentes
actividades, ya sea por falta de contenido de trabajo o por
desorganización del proceso. No creo que alguien pueda ofrecer la
cifra exacta de la cantidad de dinero que mensualmente se destina a
pagos de salario sin respaldos productivos en el área de la
construcción.
Subsisten realidades que llaman la atención al respecto: solo en
personal de protección y seguridad el sector de la construcción
tenía el año pasado más de 12 000 trabajadores en plantilla —más
custodios que albañiles—. Las medidas adoptadas han reducido esta
cifra, pero todavía es insuficiente la disminución de los
indirectos.
"Las acciones han estado encaminadas a detener la pérdida de
fuerza directa y a racionalizar la indirecta para reducir el número
de trabajadores en actividades administrativas. En cuanto a los
obreros indirectos en administración de Grupos, Empresas, Brigadas y
Unidades Básicas, contamos con 16 682 trabajadores —lo que
representa el 15,4% del total— y se pretende acercar al 12%, por lo
cual se declararán no necesarios unos 2 000 en el presente año",
explica De la Paz.
La reducción de personal dedicado a la seguridad y protección, se
ha logrado en industrias, almacenes, obras importantes y talleres.
Incluso, muchos lugares han retomado la realización de la guardia
obrera, con lo cual también vinculan más a los trabajadores en el
cuidado y protección de sus medios.
"Con el traspaso a otro organismo de la función de seguridad y
protección de objetivos económicos y administrativos, salieron del
sector un total de 7 500 trabajadores", agrega.
La reducción de este personal lograda hasta el momento en el
Grupo de Proyectos del MICONS, por ejemplo, ha posibilitado que por
cuestiones de salario el Ministerio haya ahorrado mensualmente, en
lo que ha transcurrido del 2010, unos 48 000 pesos.
GANARLE LA PARTIDA AL FACILISMO
Estos son apenas los primeros pasos, solo el tiempo confirmará la
validez de los mecanismos y medidas que hoy se adoptan. Debe tenerse
en cuenta que para lograr eficiencia en cada nivel productivo, lo
primordial será siempre emplear el sentido común; de modo que los
análisis de factibilidad —para cada obra o entidad específica—, son
muy importantes, pues de lo contrario el "maratón" podría conducir a
un mayor deterioro económico y productivo.
De ahí la necesidad de delimitar claramente las responsabilidades
y exigir a cada quien por la tarea que le corresponde, porque donde
los trabajadores no pueden desplegar su potencial productivo, el
pago por resultado no funciona.
El perfeccionamiento sistemático tiene necesariamente que prever
la bonificación, pero debe tener en cuenta, además, los instrumentos
existentes y aplicarlos con rigor, sin sentimentalismo. No se puede
pagar un salario a quien nada produce. Ninguna economía soporta
semejante caos. |