LAS
TUNAS.— La presencia del Ballet de Camagüey, a más de veinte años de
su última actuación aquí, vuelve a convertir al Teatro Tunas en
vértice para la confluencia entre el pueblo cubano y lo mejor de su
cultura.
La compañía, segunda de su tipo en el país, abre así cálido
espacio durante cuatro jornadas, hasta el domingo, al alternar dos
magníficas propuestas de programas concierto que incluyen clásicos
de esa agrupación, tales como Saerpil, y conocidas obras del
repertorio internacional nunca antes bailadas aquí, entre las que
sobresale el segundo acto de El lago de los cisnes.
Con no menos virtuosismo, el elenco dirigido por Regina Balaguer
Sánchez inserta los pas de deux Esmeralda, Diana
y Acteón, y otras propuestas al estilo de Majísimo,
Muñecos y Desequilibrio.