Alternativas a la sequía

Para seguir sembrando donde la lluvia brilla por su ausencia y el riego no existe

Pastor Batista Valdés

JOBABO, Las Tunas.— La silueta de hombres y mujeres plantando yuca y otros cultivos, manguera o vasija en mano, vuelve a hacerse cotidiana en el cada vez más agreste agro tunero.

Foto del autorEstos jobabenses no esperan por la nube para sembrar y regar la tierra.

Sembrar con pipa (así se le conoce aquí a esa práctica) es una de las alternativas que han tenido que aplicar campesinos y productores estatales en los ocho municipios del territorio, desde hace años, para no permanecer con los brazos cruzados y buscar producciones en medio de prolongados periodos de sequía.

Para Las Tunas esa modalidad adquiere un carácter estratégico y prácticamente obligatorio si se tiene en cuenta que la provincia está marcada por uno de los regímenes de lluvia más desfavorables en todo el archipiélago, mientras solo un 10% del balance de área en la agricultura está bajo riego.

Ese empuje humano ha sido fundamental para que hoy el territorio cuente, en general, con unas 110 caballerías sembradas de yuca, área que debe elevarse a más de 300, según afirma el ingeniero Alexis Velázquez, delegado del Ministerio de la Agricultura en Las Tunas.

Aunque la siembra mediante pipas o cisternas no siempre asegura altos niveles de supervivencia o elevados rendimientos, en opinión de productores y especialistas la cosecha siempre permite acopiar determinados volúmenes que ayudan a enfrentar mejor las necesidades de la población.

Como norma, ese tipo de siembra se sustenta en el empleo de bueyes, vehículos de tracción animal, fuentes de agua cercanas al área de siembra y aplicación de materia orgánica (también de forma manual), con el consiguiente beneficio para los suelos y el medio ambiente.

 

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