Despertar con los ojos en la Plaza

ANETT RÍOS JÁUREGUI

Cuando los vecinos llegan al punto de concentración en la cuadra; cuando se divierten unos con otros (alguien tiene cara de sueño, alguien se presenta por primera vez en short para desfilar); cuando se camina hacia la Plaza como si se fuera a una fiesta... Estas pequeñas cosas, quizás indiferentes para otros, son las que más complacen a Osvaldo Rodríguez al amanecer de cada 1º de Mayo.

Foto: RAFAEL TORRES Osvaldo y Dulce ya no pueden ir juntos al desfile, ahora cada uno lo disfruta y defiende de distinta manera.

Ese camino se disfruta mucho, comenta sobre la corta distancia que separa a su casa de la Plaza de la Revolución. Osvaldo, presidente del Comité en la cuadra desde hace más de una década, reconoce que es complejo lograr que la gente salga temprano para el desfile debido al breve trayecto que hay de un punto a otro. De todas formas, asegura, allí siempre nos encontramos todos después.

Su familia nunca ha faltado a un 1º de Mayo. Recuerda cuando su hijo Osvaldito era niño y tenía que cargarlo en hombros: se pasaba todo el tiempo preguntándome: ¿y dónde está Fidel? Casi me volvía loco. La salud a Dulce María Nerey, su esposa, ya no le permite unirse al desfile. Eso la mortifica. Pero ella también tiene su 1º de Mayo, porque Dulce se queda cuidando la cuadra durante las horas que los vecinos dejan las casas vacías, y toda la atención se concentra en la marcha.

En la Plaza, mientras transcurre esta entrevista, los obreros colocan las banderas típicas y realizan pruebas eléctricas y de sonido. Este sábado en la madrugada, como es habitual, Osvaldo despertará con la música de los altavoces y el trajín de los ómnibus que vienen desde lejos y parquean en la cuadra.

Él piensa siempre en el asombro de las delegaciones extranjeras al observar el mar de pueblo que rodea la Plaza. Maravilla, eso maravilla, afirma, porque es algo que en sus países no podrían ver. También lo entusiasma el ambiente único del día, las cosas increíbles que se ven en la multitud (lo mismo un habanero en silla de ruedas, que un niño de meses con sus padres) y siempre la gente con alegría, siempre la gente unida.

Hablamos sobre un mal recuerdo: las congregaciones de ese día en los tiempos de la tiranía, las palizas para dispersar, su hermano y él a escape de la represión. Hablamos sobre la evocación más conmovedora que le trae esta fecha: año 1959, la expresión grandiosa de unidad que ofreció el pueblo al triunfo de la Revolución.

Hablamos del 2004. Despertar el sábado con los ojos puestos en la torre de la Plaza, que sobresale tras los edificios del barrio; sus expectativas de que asista un millón de cubanos al desfile en la capital; su esperanza de alcanzar junto a la familia un puesto cerca del Teatro Nacional, posición privilegiada, y desde allí presenciar el gran espectáculo de Mayo.

· Ante la imagen de Martí el espacio será pequeño
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¡A la Plaza de todos los cubanos!
· Todos inocentes
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Cada cubano un General Antonio
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El familión de Luis Morales
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Al ritmo de la Charanga Latina en el 1ro. de Mayo

 

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