Despertar con los
ojos en la Plaza
ANETT RÍOS JÁUREGUI
Cuando los vecinos
llegan al punto de concentración en la cuadra; cuando se divierten
unos con otros (alguien tiene cara de sueño, alguien se presenta
por primera vez en short para desfilar); cuando se camina hacia la
Plaza como si se fuera a una fiesta... Estas pequeñas cosas,
quizás indiferentes para otros, son las que más complacen a
Osvaldo Rodríguez al amanecer de cada 1º de Mayo.
Osvaldo y Dulce ya no pueden ir juntos al desfile, ahora cada uno lo disfruta y defiende de distinta manera.
Ese camino se disfruta
mucho, comenta sobre la corta distancia que separa a su casa de la
Plaza de la Revolución. Osvaldo, presidente del Comité en la
cuadra desde hace más de una década, reconoce que es complejo
lograr que la gente salga temprano para el desfile debido al breve
trayecto que hay de un punto a otro. De todas formas, asegura, allí
siempre nos encontramos todos después.
Su familia nunca ha
faltado a un 1º de Mayo. Recuerda cuando su hijo Osvaldito era
niño y tenía que cargarlo en hombros: se pasaba todo el tiempo
preguntándome: ¿y dónde está Fidel? Casi me volvía loco. La
salud a Dulce María Nerey, su esposa, ya no le permite unirse al
desfile. Eso la mortifica. Pero ella también tiene su 1º de Mayo,
porque Dulce se queda cuidando la cuadra durante las horas que los
vecinos dejan las casas vacías, y toda la atención se concentra en
la marcha.
En la Plaza, mientras
transcurre esta entrevista, los obreros colocan las banderas
típicas y realizan pruebas eléctricas y de sonido. Este sábado en
la madrugada, como es habitual, Osvaldo despertará con la música
de los altavoces y el trajín de los ómnibus que vienen desde lejos
y parquean en la cuadra.
Él piensa siempre en el
asombro de las delegaciones extranjeras al observar el mar de pueblo
que rodea la Plaza. Maravilla, eso maravilla, afirma, porque es algo
que en sus países no podrían ver. También lo entusiasma el
ambiente único del día, las cosas increíbles que se ven en la
multitud (lo mismo un habanero en silla de ruedas, que un niño de
meses con sus padres) y siempre la gente con alegría, siempre la
gente unida.
Hablamos sobre un mal
recuerdo: las congregaciones de ese día en los tiempos de la
tiranía, las palizas para dispersar, su hermano y él a escape de
la represión. Hablamos sobre la evocación más conmovedora que le
trae esta fecha: año 1959, la expresión grandiosa de unidad que
ofreció el pueblo al triunfo de la Revolución.
Hablamos del 2004.
Despertar el sábado con los ojos puestos en la torre de la Plaza,
que sobresale tras los edificios del barrio; sus expectativas de que
asista un millón de cubanos al desfile en la capital; su esperanza
de alcanzar junto a la familia un puesto cerca del Teatro Nacional,
posición privilegiada, y desde allí presenciar el gran
espectáculo de Mayo.
· Ante
la imagen de Martí el espacio será pequeño
· ¡A la Plaza de todos los cubanos!
· Todos
inocentes
· Cada
cubano un General Antonio
·
El familión de Luis Morales
· Al ritmo de la Charanga Latina en el 1ro. de Mayo |