ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: AFP

La historia del Chelsea es la de un club que, en menos de 20 años, ha pasado de ser una institución de mediano nivel a transformarse en una de las potencias europeas que aspira a ganar en cuanto torneo participa.

La segunda década del siglo XXI vio finalmente cómo el máximo anhelo del dueño del club, el ruso Román Abramóvich, se hacía realidad al obtener la Liga de Campeones de Europa (2012). Chelsea ha vivido diez años de éxitos locales e internacionales, a pesar de que no ficharon un mayor número de grandes jugadores en comparación con la década anterior.

Jugar y sobresalir en la liga más competitiva del mundo no ha sido un obstáculo para el club más fuerte de Londres. Los éxitos fueron posibles aun cuando varios entrenadores pasaron por el banquillo de la institución azul con mayor o menor fortuna. Lo importante es que la mentalidad ganadora ya está afianzada en el club.

Los «Blues» pasan merecidamente al cuarto lugar en este listado de los conjuntos más fuertes en el último decenio gracias a su estabilidad en casi todas las campañas. De ocho competiciones en las que participaron se impusieron en cinco de ellas. Solo se les escapó la Súper Copa de Europa, el Mundial de Clubes y la Community Shield.

4- Chelsea: «La revolución azul»

Títulos en la década: (8). Premier League: 2015 y 2017. FA Cup: 2012 y 2018. Capital one Cup: 2015. UEFA Champions League: 2012. UEFA Europa League: 2013 y 2019.

Román Abramóvich es uno de los dueños más exigentes que puede tener un club de fútbol. Si los resultados no se ajustan a sus altas expectativas, cuerpo técnico y algunos jugadores pueden tener los días contados en el estadio Stanford Bridge.

De la primera oleada de grandes jugadores que comenzaron a llegar al plantel en el año 2004 ya no queda nadie. La transición se hizo con futbolistas de un perfil cualitativo más discreto que pronto llegará a su fin. Toca al entrenador Frank Lampard, un hombre de la casa, hacer explotar a las nuevas figuras que empiezan a arribar a la institución.

El trabajo con la cantera es exitoso. Los jóvenes que crecieron en el club tuvieron buen rendimiento en su mayoría, porque Chelsea juega un fútbol sólido, incluso cuando el rival es superior no dejan de atacar.

En los últimos años han apostado por el sistema 4-3-3 o 3-4-3, obteniendo buenos resultados a diferencia de otros adversarios que siguen aferrados a un solo hombre en punta. Sin duda, disponer de un tridente en ataque le da muchas opciones de victoria a esta escuadra y esa filosofía no debe tocarse en los próximos años.

El futuro, ¿qué trae?

El mayor obstáculo que enfrenta Chelsea es la inestabilidad en el puesto del director técnico. Siete hombres pasaron por el cargo en los últimos diez años (Carlo Ancelotti, André Villas-Boas, Roberto di Matteo, Rafael Benítez, José Mourinho, Antonio Conte y Frank Lampard). Milagrosamente, a pesar de esta irregularidad, siguieron llegando coronas a la sala de trofeos.

Abramóvich debe tener un poco más de paciencia cuando los objetivos no salen según lo deseado, a fin de cuentas si se tiene una nómina potente y el trabajo del entrenador es correcto, los títulos no deben demorar en llegar un par de temporadas después.

Para obtener triunfos futuros es lógico dar continuidad a un proyecto y Frank Lampard es la apuesta perfecta. El potencial ha salido de la cantera con Reece James (20 años), Callum Hudson-Odoi (19), Tammy Abraham (22) y Mason Mount (21). Además, Chelsea ya fichó a Thiago Silva, Ben Chilwell, Hakin Ziyech, Kai Havertz, Malang Sarr y Timo Werner, varios de ellos deseados por los grandes de Europa. Con armas así se formaría la «revolución azul» en el fútbol inglés.

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