ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

Gismy conoce muy bien la importancia de estar cerca siempre del pueblo. Foto: Leidys María Labrador Herrera

Sus años de experiencia como dirigente de la Federación de Mujeres Cubanas le enseñaron la importancia de estar siempre pegada a la base, a las personas. Aprendió a escuchar, a sensibilizarse, a aunar voluntades desde el ejemplo, y de eso pueden dar fe quienes la conocen.

Hoy, aunque sigue siendo federada de corazón, cumple otra tarea igual de importante en la que, como nos cuenta, también aplica esa máxima.

Gismy Inés Peña Rodríguez es, desde hace varios mandatos, delegada de la circunscripción 7, perteneciente a la demarcación del Consejo Popular 13, en la zona urbana del municipio de Puerto Padre, al norte de Las Tunas. Ante la inminencia de un proceso exigente y retador como lo es la rendición de cuenta, compartió con Granma los criterios que son para ella inviolables.

Les debemos respeto a cada uno de los electores, porque depositaron su confianza en nosotros, nos eligieron como sus representantes y, por lo tanto, tenemos el deber de rendirles cuenta de nuestra gestión. Mostrarles con transparencia lo que hemos logrado y lo que falta por lograr, pero siempre dejando claro que cada cosa se hace con el apoyo de ellos.

«Eso no es algo que yo diga porque es lógico o porque debe ser así, sino por mi experiencia personal. Porque yo sí puedo decir que cada día, desde el momento en el que me eligieron, he contado con el apoyo incondicional de mi comunidad».

Es por eso que esta mujer, de trato afable, cuya sinceridad salta a la vista en cada uno de sus gestos y palabras, sabe reconocer muy bien dónde radica la esencia de un proceso de esta índole.

«Este es un proceso para intercambiar, para dialogar con nuestros electores, y eso no es nada nuevo, es algo que hacemos siempre, como parte de nuestra labor. Es un momento para escucharnos, de ambas partes, para conversar tal  como ellos lo necesitan y lo merecen».

Para eso, dijo, hay que crear una cultura que nos permita esa comunicación. «Como delegados y delegadas, siempre estamos en disposición de escuchar sus preocupaciones, pero también buscamos la manera de que comprendan la realidad que afrontamos. De que asumamos que existen muchos problemas que no dependen solo de voluntad y de ganas de hacer, pero que sí necesitan del concurso de todos. Cuando existe esa comunicación, es posible conversar y razonar juntos.

«Es importante escuchar sus preocupaciones también, prepararnos para explicarles todo lo que podamos, y cumplir con nuestra labor de darles el curso correspondiente a sus planteamientos».

Cuando existe la costumbre de estar siempre al tanto de las personas, de visitar sus casas, de dedicarles tiempo, un proceso como este que enfrentarán es otra oportunidad para estrechar esos lazos.

Gismy conoce su comunidad, conoce a su gente, es parte familiar de ellos; por lo tanto, nada le es ajeno y, difícilmente, algo la tome por sorpresa.

«Cuando se cumple con los despachos programados, cuando se tramita un planteamiento de forma adecuada, cuando se les lleva de inmediato la respuesta a los electores, un delegado está preparado para responder a su pueblo. Eso significa que los directivos de uno o varios organismos pueden estar presentes o no, pero el delegado tiene suficientes elementos para satisfacer las dudas o preocupaciones de su pueblo.

«Es verdad que no tenemos recursos para darles, pero el principal recurso es la sensibilidad ante sus problemas, el esfuerzo que dedicamos a cumplir nuestra labor».

Claro, el delegado solo no puede. «Tener un Grupo de Trabajo Comunitario que nos acompañe en nuestra gestión es una fortaleza increíble. De la unidad de todos los factores depende el éxito de cada tarea que nos propongamos».

Un proceso por y para el pueblo. Así lo define ella, así, de cierta manera, lo sentimos todos.

«A este proceso hay que darle toda la connotación que merece, pero no tiene por qué ser algo tan formal. Podemos verlo como un momento de alegría. Todo espacio de reunión, de convocatoria popular, tiene que ser para nosotros un momento especial, y podemos enriquecerlo con las iniciativas que queramos. Es un proceso de pueblo, y los delegados somos, en definitiva, parte de ese pueblo».

Ella confía plenamente en que la rendición de cuenta cumplirá sus objetivos y, más aún, nos ayudará a fortalecer la unidad de la que tan orgullosos vivimos los cubanos. Lo sabe, ante todo, por una razón.

«Yo siento que me he ganado la confianza de mis electores, y eso me da mucha confianza también a mí».

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