
En estas mismas páginas, el periodista Pedro de la Hoz, recientemente fallecido, escribió sobre Oswaldo Guayasamín: «Fidel siempre sintió curiosidad por la insistencia del pintor en reflejarlo con las manos agigantadas en primer plano y el aura romántica del Quijote.
«A lo largo de 35 años posó más de una vez para el artista y no olvidó jamás la impresión titánica del trabajo creador. “Nunca vi a alguien moverse a tal velocidad, mezclar pinturas que venían en tubos de aluminio como pasta de dientes, revolver, añadir líquidos, mirar persistente con ojos de águila, dar brochazos a diestra y siniestra sobre un lienzo en lo que dura un relámpago, y volver sus ojos sobre el asombrado objeto viviente de su febril actividad, respirando fuerte como un atleta sobre la pista en una carrera de velocidad”, contó el líder de la Revolución Cubana el día que fue inaugurada en Quito la Capilla del Hombre».
En aquel entonces, De la Hoz, en ocasión de cumplirse un aniversario del natalicio del ecuatoriano –hace hoy, 6 de julio, 105 años– afirmaba que Guayasamín «lo estará festejando en su obra prodigiosa, una de las más vitales y comprometidas con la redención del género humano en la historia contemporánea de las artes visuales.
«Sus mayores reconocimientos son los que recibe de los hombres y mujeres de todas las latitudes que se sobrecogen tanto ante los frescos de la Capilla del Hombre, la sede parisina de la Unesco, el Parlamento Latinoamericano de Sao Paulo, como al contemplar sus cuadros de las series La edad de la ira y La edad de la ternura.
«De modo especial sintió la necesidad de retratar a Fidel. Quien esto escribe fue testigo de lo que respondió el pintor al colega Toni Piñera cuando este indagó por esa vocación: “Cuando pinto a Fidel siento como si Bolívar o Rumiñahui me hubieran convocado. Pero también siento que estoy pintando el futuro”».
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Nani Muntanya dijo:
1
6 de julio de 2024
09:42:19
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