ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: Ilustración

El busto está frente al edificio central de la Universidad de las Ciencias Pedagógicas que lleva su nombre. La imagen de Enrique José Varona, con su aura de patriota y pedagogo de altura, escuda un recinto que guarda absoluta coherencia con el pensamiento de este insigne intelectual cubano, nacido un día como hoy, hace 175 años.

Junto a otras dos esculturas –la de José Martí, a quien lo unió una probada amistad, y la de Camilo Cienfuegos, gestor de la toma del campamento de la que fuera la mayor fortaleza militar de Batista, y quien el 2 de enero de 1959 derrumbaría la Posta 6 de Columbia para, en acto simbólico, convertirla en Ciudad Escolar– se erige la de Varona, filósofo, periodista, pedagogo ilustre, vicepresidente de la República hacia 1912, presidente de honor de la Academia de Historia y fundador y primer director de la Academia Cubana de la Lengua.

Desde los tiempos en que Martí pronunciaba discursos en el Liceo de Guanabacoa,  el Héroe Nacional y este intelectual fraguaron una amistad a la que solo pondría fin la muerte, si es que puede hablarse de fin cuando la fidelidad a un ideal, y al propio Martí, «compatriota devotísimo», lo convirtió en director del periódico Patria, al caer su fundador en Dos Ríos.

En su crítica a la obra Seis conferencias, Martí aseguró que el lenguaje llega en este escritor «a una lozanía y limpieza que recuerdan la soberana beldad de las mujeres, épicas y sencillas, de la tierra del Camagüey, donde nació Varona». Consideró que en todo el libro se aprecia «aquella paz mental que solo viene del saber seguro, y da a lo escrito autoridad y hechizo». La integridad de este hombre fue altamente valorada por Martí: «Yo no veo en mi tierra, fuera de los afectos naturales de familia, persona a quien deba yo querer más que a usted; por la limpieza de su carácter y la hermosura de su talento».

La postura antimperialista de Varona lo ubicó en pasajes ineludibles de las luchas revolucionarias. Su nombre encabeza la Carta abierta contra el encarcelamiento de Mella, en 1925, dirigida al tirano Gerardo Machado. En la Academia Nacional de Artes y Letras pronunció un discurso eminentemente crítico: El imperialismo yanqui en Cuba, y funge como primer vicepresidente del Consejo Supremo Nacional del Movimiento de Veteranos y Patriotas. Férrea fue su exhortación a los jóvenes cubanos a luchar contra el machadato. En declaraciones públicas, vaticinó el fin del imperialismo y reconoció que el socialismo sustituiría al capitalismo. Fue reconocido como Maestro de la juventud estudiantil e intelectual de la Revolución del 30, y fue nombrado Maestro de Juventudes.

Grandes fueron sus aportes en el orden cultural y educacional. Varona, entre muchas otras contribuciones, enfrentó la Universidad metafísica con su concepción antiespeculativa y experimental del conocimiento; estimuló la investigación científica y se opuso a una universidad que priorizaba los estudios de la literatura y el arte. Condujo la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes en 1900. Instrumentó un nuevo Plan de Estudio para la Enseñanza Media y la Superior, conocidos como Plan Varona. Fue también fundador de la Escuela de Pedagogía en la Universidad de La Habana y contribuyó, con su fe en el futuro, a pensar un país mejor.

El pedagogo entendió que las universidades debían «ser talleres donde se trabaje, no teatros donde se declame. Hay que iniciar a la juventud escolar en las ciencias; las universidades tienen que formar hombres cada vez más aptos… Hay que educar, eduquemos; hay que rescatar la tierra, rescatémosla».

No es casual que nuestra Universidad de Ciencias Pedagógicas, única de su tipo en Cuba, categorizada como Universidad de Excelencia y fundada hace ya 60 años, lleve su nombre admirable, venerado por los jóvenes de su tiempo, que confiaron en él para conspirar contra un tirano que pasó a la historia con el sobrenombre de Asno con garras.

Abatido por el destino funesto de tantos de ellos, empuñó su recto pensamiento contra el Gobierno colonial, y murió a los 84 años, satisfecho de ver derrotada a la dictadura contra la que luchó.

De pupilas insomnes está poblada la historia de Cuba. Las de Varona acompañan hace mucho a ese ejército pedagógico que tiene como misión la enseñanza de toda una Isla, renuente a volver al escenario que el ilustre pedagogo contribuyó a modificar.  Desde su obra inmensa, Enrique José Varona preserva su condición de mentor de juventudes. Los jóvenes del Varona no lo pierden de vista.

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Pablo Guadarrama dijo:

1

13 de abril de 2024

09:07:05


Considero muy valiosas sus reflexiones sobre este ilustre pensador cubano, que no se limitó a pensar, sino que consecuentemente trató de que con su actitud práctica sus ideas se convirtieran en realidad.

Yasser dijo:

2

13 de abril de 2024

22:48:24


Realmente, la universidad que lleva su nombre y cumple 60 años hace honor a este gran pedagogo pues la Junta de Acreditación Nacional reconoció la Excelencia de la cual se han apropiado sus miles de graduados de Cuba y el resto del mundo

Dania del Carmen Fariñas Hernández dijo:

3

14 de abril de 2024

11:47:15


Saludos cordiales, es un artículo que hace un reconocimiento especial a la obra de Varona, y a la de la institución que lleva y hace gala de su nombre por todos los logros alcanzados y su contribución a la Educación en toda Cuba. Además, es un artículo inspirador al estudio de la obra pedagógica, política y social de Enrique José Varona, gracias.