Con más de mil novedades editoriales llegará, en apenas una semana, la 32 Feria Internacional del Libro de La Habana, un evento que no pasa inadvertido por el público lector, y que tiene un valor añadido para la familia cubana.
A la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña, habitual sede de la más populosa cita con la cultura –que, al cerrar su capítulo habanero, llega al resto del país– se unen más de 18 subsedes, a modo de expandir la presencia de los libros y disímiles espacios de aprendizaje.
Dedicada en esta ocasión a la doctora Isabel Monal Rodríguez y al escritor Francisco López Sacha, la presente edición tiene como país invitado de honor, por segunda ocasión, a la República Federativa de Brasil, para la cual el convite representa una verdadera fiesta.
En alusión a la presencia artística que, desde el próximo 15 y hasta el 25, compartirá arte brasileño con el público cubano, el embajador de esa hermana nación en Cuba, Christian Vargas –presente en conferencia de prensa, celebrada ayer en el Centro de Prensa Internacional, junto a Juan Rodríguez Cabrera, presidente del Instituto Cubano del Libro (ICL), y Josué Pérez, director del Programa Académico– dijo que serán días para expresar el cariño que sentimos por la cultura cubana, que tanto influenció la cultura brasileña, y será una manera de retribuir todo lo que Cuba nos dio en las últimas décadas.
El diplomático se refirió a la asistencia a la Feria, entre otras personalidades, de la ministra de cultura de su país, Margareth Menezes, reconocida cantante, ícono de la música popular brasileña, y a la presencia de alrededor de una treintena de escritores, en representación de lo mejor de la literatura contemporánea del país, entre ellas la poeta Conceição Evaristo, con más de 80 años, así como un grupo de historietistas y otro de escritores que hicieron de Cuba su segunda patria, y se han dedicado a promover la literatura cubana en Brasil. Llegan también unos 6 000 libros, en español, y se harán donaciones a instituciones académicas. Una muestra de siete películas se exhibirá en los cines 23 y 12 y en la sala Glauber Rocha, de la Fundación de Nuevo Cine Latinoamericano (FNCL).
Con la certeza de que leer es construir identidad, la Feria –que celebra también el aniversario 150 de la caída en combate de Carlos Manuel de Céspedes, y el 120 del natalicio de Alejo Carpentier– alcanzará, escuelas, centros universitarios y los barrios, en aras de concretar su contacto con el pueblo.
Si bien las principales salas de presentación están en la Cabaña, en el centro histórico de la ciudad, y en un grupo de instituciones, que se suman habitualmente –tales como la Uneac, la Biblioteca Nacional, el Centro de Estudios Martianos, la Casa del Alba Cultural, la Casa de las Américas y la Sociedad Cultural José Martí, por solo citar algunas– constituyen significativos sitios de presencia literaria, de conferencias y de debate. Nuevos centros se incorporan, entre ellos, el Centro de Investigación Cultural Juan Marinello, la FNCL, el Museo de la Música y el Memorial José Martí. La casa Vitier-García Marruz quedará inaugurada en la Feria, que, entre sus novedades, cuenta también con la apertura de dos aulas infantiles, una alianza entre el Mincult, Mined y el ICL.
El ambicioso programa literario, que ya está publicado en el sitio www.filhcuba.cu, será permanentemente actualizado para beneplácito de los amantes del libro, los que esperan con regocijo los próximos días.
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