Una tarja dedicada a la memoria de José Antonio Aponte fue develada este miércoles a escasos metros del lugar donde el líder independentista y antiesclavista negro vivió y conspiró en 1812 y las autoridades coloniales exhibieron su cabeza en una jaula para escarmentar a quienes osaran combatir al régimen colonial y abogar por la abolición.
Con ese acto, al que asistieron la vice primera ministra Inés María Chapman y el ministro de Cultura, Alpidio Alonso, junto a autoridades del Partido y del Gobierno en la provincia y el municipio de Centro Habana, se cumplió una iniciativa de la Comisión José Antonio Aponte, de la Uneac, materializada por el Programa Nacional contra el Racismo y la Discriminación Racial, cuyo grupo de trabajo en la capital, coordinado por Tatiana Viera, ha desarrollado un intenso trabajo relacionado con la preservación y promoción de la memoria histórica.
El viceministro de Cultura, Fernando Rojas, en nombre del equipo coordinador del Programa Nacional, resaltó la relevancia, para la formación patriótica y ética de los cubanos del siglo XXI, de conocer qué motivó a Aponte y sus compañeros, no solo en la capital sino en el oriente y centro del país, a una empresa que anticipó el movimiento abolicionista e independentista.
La justicia social, la inclusión, la lucha por la plena igualdad, la participación democrática, y la defensa y ampliación de la obra revolucionaria, valores consustanciales al modelo socialista cubano, cuentan con un fecundo referente en el pensamiento y acción de los involucrados en la sublevación de 1812.
Aponte residió y tejió los hilos conspirativos desde su hogar y taller de ebanistería, ubicado en una parcela limitada por las calles Jesús Peregrino y Pocitos, detrás de donde se erige actualmente el Gran Templo Masónico, en Centro Habana. La tarja se halla ubicada en el patio del círculo infantil Blancas Margaritas.










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