La II Bienal de las Artes Visuales, Fayad Jamís, auspiciada por la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) de Sancti Spíritus, otorgó los premios a las mejores obras en concurso.
El Premio Especial lo mereció No tengo tiempo para ceremonias con la rúbrica de Luisa María Serrano (Lichi), porque muestra elementos conflictuales de la sociedad contemporánea, a partir de valores autorreferenciales que expresan la espiritualidad de la creadora, con una factura muy bien elaborada al tríptico, según el dictamen del jurado citado por el sitio web de la Uneac.
Otro cuadro galardonado resultó Fe, perteneciente a una serie titulada Arte sacro, de la autoría del joven espirituano Alexander Hernández Chang y se reconoció a Laura Vaillant Agramonte, por No toques mi alma.
En Fe se resalta el retomo de la estética de la instalación, del performan, un poco moviendo las ideas en el arte conceptual. Tienen que ver con la necesidad de fe que posee el hombre, sobre todo en estos tiempos. Se hace un intercambio directo con el público, a partir de esa acción de rezar y de visitar una iglesia.
En No toques mi alma, el jurado destacó la visión abarcadora de arquetipos, que ha logrado traducir en una obra de inmensa proporción estética, donde teoría y praxis se unen en una obra artística.
Otro autor premiado fue Juan Carlos Lage por Contemplador de bosques, el cual forma parte de la serie titulada Retiros, que hace alusión al espacio donde las personas se aíslan, quizás para pensar, meditar, apartarse un poco de la muchedumbre, reflexionar o para sentirse bien en armonía con el entorno, reconoce el sitio web de la Uneac.
Obtuvieron menciones Alain Fernández Ferreira, con Free border, Daniel Antón Morera, con el tríptico Pijamada en la terminal, y Moisés Bermúdez, con la instalación Topografía del corazón roto.
En la segunda edición de la Bienal de Artes Visuales, Fayad Jamís, compitieron unas 37 obras de artífices de Cienfuegos, Ciego de Ávila, Villa Clara y la provincia sede, Sancti Spíritus.
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