«Habrá que organizar un concierto con todas las de la ley para presentar aquí Tronco Viejo, con todos los que participaron en el disco. Así que voy a tener que seguir viniendo a esta Isla que amo tanto, y que si sigo visitando, hasta me voy a quedar a vivir en ella».
Así nos dijo entre risas y agradecimientos el cantante y compositor dominicano Johnny Ventura, en mayo de 2016 en la presentación de su disco Tronco Viejo, editado por Juan Nelson Entertainment y licenciado por la Egrem, el cual alcanzó Premio Especial Cubadisco 2016. Este fue el último disco publicado del destacado artista.
Hoy, la noticia de su muerte, a sus 81 años de edad, ha conmocionado al mundo y a Cuba. Y no puedo menos que recordar mi encuentro con el legendario merenguero, toda una cátedra no solo en este género sino también en el bolero y otros ritmos latinoamericanos y Caribeños.
Mi encuentro con este gran músico fue corto. Compartimos solo en dos ocasiones durante su última visita a la Isla, y lamento que no haya podido nunca cumplir su deseo de presentar en concierto Tronco Viejo, un disco en el que están presentes varios artistas cubanos como Omara Portuondo, Silvio Rodríguez, Tony Ávila y Edesio Alejandro. La primera, fue precisamente en la presentación del disco, la segunda, ocurrió en la Gala donde se dieron a conocer los discos premiados en Cubadisco 2016, celebrada en Arcos de Cristal, en La Tropical.
En ambas oportunidades pude calar el hondo sentimiento de amor, respeto y admiración que Johnny Ventura sentía por Cuba, su música y sus músicos. La emoción con que hablaba se le salía por todo su cuerpo, en especial, en su rostro en el cual brillaban sus ojos y su inmensa risa.
Johny, un «tronco viejo», con muchos años de experiencia en el mundo de la música, con una carrera discográfica inmensa, con premios relevantes como el de los Grammy Latino y un Grammy a la Excelencia por su trayectoria, mostraba su humildad y buen corazón, reverenciando la historia musical de esta Isla pequeña, de la cual bebió para llegar a ser lo que fue. Él que sin dudas, había conquistado al mundo, se sentía contento entre nosotros.
Y así queremos recordarlo en estos momentos en que nos dijo adiós físicamente, y hasta nos imaginamos cuánto hubiera disfrutado de ese concierto que quiso dar y que por cosas de la vida no llegó a materializar. Luego de conocer este fatal desenlace, solo me queda la seguridad de que sus canciones no serán olvidadas, y que muchos cubanos, entre los que me incluyo, no lo olvidaremos. Ha caído un tronco, pero sus raíces están ahí, para seguir iluminando a la música.
COMENTAR
Responder comentario