ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: Tomada de Internet

La defensa de la Revolución ha sido una de las convicciones que ha guiado a los cubanos durante más de seis décadas. La resistencia ante las acciones de desestabilización maniobradas por el Gobierno de los Estados Unidos ha sido la respuesta más firme a quienes pretenden crear el caos entre los nacidos en la Mayor de las Antillas. Al respecto, nuestros artistas e intelectuales han manifestado su posición.  

Pablo Menéndez, director del grupo Mezcla, dijo a Granma: «Hemos visto con asombro y tristeza escenas de odio y de vandalismo que me hicieron recordar la violencia contrarrevolucionaria como la de los fascistas chilenos, rompiéndole las manos al trovador Víctor Jara antes de asesinarlo. Cuba, lugar donde he vivido por más de cincuenta años, siempre ha sido para el mundo, un país de paz y entendimiento, libre de violencia. Yo continuaré luchando por una Cuba cada vez mejor, por la paz, por el amor y por el respeto a la vida».

El poeta y promotor cultural Karel Alexei Leyva sostiene que: «La bandera cubana, que no ha sido jamás mercenaria como no lo han sido los hijos dignos de esta patria mambisa, ondea hoy convocando a la defensa de la soberanía de la isla revolucionaria, en medio de una guerra asimétrica incrementada en la redes y medios de comunicación mundial. Seguimos edificando nuestra propuesta social. No convocamos al odio, sino al amor, sabiendo que morir por la patria es vivir. Los escritores y artistas cubanos continuaremos poniendo todo nuestro empeño para erigir un mejor país. Somos y seguiremos siendo un faro para el mundo, porque nos asiste la razón y la verdad».

En una publicación en la UNEAC, el investigador Froilán González calificó los hechos ocurridos el 11 de julio pasado, «a 60 años de la invasión mercenaria por Playa Girón», como «la moderna embestida llena de mentiras y calumnias, derrotada en menos de 24 horas».

«La agresión disfrazada de pacífica mostró su rostro con actos de violencia (…), vulgaridades y anexionismos. Los traidores, mercenarios y confundidos, salieron a las calles, a la misma hora, con las mismas consignas dictadas desde Miami por los organizadores de la agresión, entre ellos los senadores estadounidenses Marcos Rubio, María Elvira Salazar y los hermanos Díaz Balar (...) Para ese tipo de persona, es más importante el odio, las mentiras y la incapacidad de hacer cálculos sin medir las consecuencias, lo único claro es que están logrando que el actual presidente de Estados Unidos, actúe como un subordinado y que los asesores de Donald Trump, ahora son los que mandan en las cuestiones de Cuba». Además, recalcó que esos mismos patrocinadores de los disturbios no calcularon «que producto de esta agresión la Revolución Cubana amante del amor y la tranquilidad salió fortalecida, el sentido de Patria creció y la unidad en torno a sus actuales dirigentes sigue siendo invencible».

Al mismo tiempo, Modesto Caballero, vicepresidente de Ala Décima manifestó en su perfil de Facebook que el objetivo y los promotores de las maniobras injerencistas y de golpe blando contra Cuba desde 1959 en adelante «siguen siendo los mismos: destruir la tranquilidad social que disfruta nuestro pueblo y que tanto mortifica al enemigo de todos los tiempos: el denunciado desde el Siglo XIX por Bolívar y Martí, el imperialismo yanqui», e insistió en que quien agreda a la Patria «tiene que saber que siempre encontrará la firmeza de la mayoría de los cubanos, vivan dentro o fuera del país».

Desde el arte los creadores cubanos han expresado también su sentir en estos momentos de Revolución. Tal es el caso del poeta y periodista Víctor Casaus: No resisto al cambiacasaca/ al figurín al trepa trepa / No resisto el basural de la esquina / ni la furnia en el asfalto / ni al burócrata esquinado y sonriente / No resisto al señor de los dobleces / ni a la vieja (o joven) dama indigna / No resisto al sinuoso al oportuno al complaciente / No resisto / Pero resisto / Todo lo que tengo / y lo que no tengo / lo tengo / y no lo tengo / de pie.

De igual forma, el escritor mayabequense Omar F. Mauri, recalcó: «La lección ha sido clara: se pone junto al enemigo quien atiza odio y violencia entre hermanos. La barbarie tuvo por guía el anexionismo, y ha merecido el rechazo unánime del pueblo. Nadie ignora las aviesas intenciones del imperio yanqui. Ni lluvia de supermercados ni humanidad: antes nos deparan destrucción y muerte. La Patria se une como un puño para defenderse, porque es de quienes la aman y construyen».

El artista de la plástica José Antonio Rodríguez, Fuster, «totalmente de acuerdo con todo lo que ha hecho nuestro gobierno para defender la Revolución», enfatizó en su conversación con periodistas del Granma: «Lo primero es que soy patriota, soy de Fidel, de Raúl y de Díaz Canel y de todo lo que sea Revolución. Ha sido un acto bochornoso de los yanquis de los cuales no se puede esperar nada bueno, han querido confundir a muchas personas. Ahora hay que luchar, hay que rescatar a los jóvenes. Estoy convencido de que el Gobierno estadounidense no tiene para nosotros ningún proyecto que no sea el de hacernos pedazos, desbaratarnos para volver a dominarnos. Con sabiduría vamos a vencer».

A la par, el escritor Nelson Simón, presidente del Comité Provincial de la Uneac en Pinar del Río, advirtió en un encuentro entre artistas y personal médico de Vueltabajo, que «Cuba continúa siendo la posibilidad real de una utopía, de que otro orden es posible, de ahí que muchos se empeñan en hacernos desaparecer. Cuba no es un proyecto conveniente para aquellos que promueven un mundo desigual basado en el poder del dinero y que piensan desde el egoísmo. Cuba es una luz para esas mayorías desprotegidas y nuestros enemigos no cejarán en esfuerzos para apagarla.

«La Patria es lo primero, debe ser nuestro grito (…) La Patria se hace desde aquí, desde su suelo, día a día (…) para hacer la Patria no se puede poner por delante el dolor personal o el beneficio, la Patria es una construcción de cinco siglos de resistencia y de lucha (…) Habrá que saber separar el grano estéril del fecundo, habrá que oír a ese pueblo, empoderarlo para que no se deje confundir o arrebatar aquello que le pertenece. Son tiempos de unir, con fibras muy finas todas las partes sanas de este paño, frondoso y diverso que conforma Cuba. No podemos cansarnos. Las palabras siempre sanarán más que los puños».

A las continuas presiones económicas del Gobierno de los Estados Unidos se suma la compleja situación epidemiológica que vive la Mayor de las Antillas, al respecto, en declaraciones a este diario, el dramaturgo Alberto Curbelo señaló: «El enfrentamiento a la COVID-19 nos trajo pérdidas irreparables, lágrimas, sufrimientos hasta hoy no conocidos en el seno de las familias cubanas. También aunó voluntades políticas y científicas. Las vacunas, cuyos nombres son igualmente una reafirmación identitaria, además de la ansiada cura, tienden puentes de amor entre el personal de la salud, el pueblo y sus líderes. El prolongado aislamiento y las carencias, tanto materiales como anímicas, nos dejó ver, además, fortalezas y hasta flaquezas en nuestro tejido social: hay una sangre indómita, que enardece el corazón, y otra que se empantana en el resentimiento y en el extravío. Pero Cuba ha vivido, y vive, de su honra, imperecedera e irreductible. Honra que integra a todos, aun a los descomedidos y odiadores, porque siempre prevalecerán las ideas, los caminos del entendimiento».

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