ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
María Teresa Linares, musicóloga y pedagoga. Foto: Yordanka Almaguer

Vivió sus cien años entre las raíces más genuinas de la música cubana. Incansable en el rescate, la preservación y promoción de la autenticidad sonora de la Mayor de las Antillas, María Teresa Linares Savio dedicó sus días a dotarnos de una historia donde se recogiese el acervo popular y folclórico musical cubano.

«La palabra Gracias se desborda al reconocerla. Sus aportaciones son ricas y vivas, su bregar ha sido intenso, que su recuerdo sea imperecedero», ha dicho el poeta Virgilio López Lemus sobre la magistral musicóloga y pedagoga, quien falleciera este 26 de enero.

Fruto de la Sociedad Coral de La Habana, dirigida entonces por María Muñoz de Quevedo, Teté Linares se forjó allí como una fecunda investigadora de los repertorios, compositores e intérpretes de nuestro país. Además, en la Sociedad Coral conoció a Argeliers León, fundador de la etnomusicología cubana, y con quien compartiese, no solo sus intereses intelectuales y musicales, sino su vida.

La Egrem, el Instituto de Etnología y Folklore de la Academia de Ciencias de Cuba, el Museo Nacional de la Música, la Fundación Fernando Ortiz y los colegios donde impartió docencia, pierden a una acuciosa y comprometida profesional.

Mereció distinciones como el grado de Doctora Honoris Causa en Ciencias del Arte, los premios nacionales de Música y de Investigación Cultural y otros tantos. El Instituto Cubano de la Música ponderó el auténtico valor de su obra para al gremio. 

Marta Bonet, vice presidenta primera de la Uneac, manifestó en Twitter la tristeza inmensa para la musicología y la cultura cubana, que representa la pérdida de María Teresa Linares: «Cuba despide a una gran Maestra».

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