¿John Wayne llevando nasobuco?
Imposible, así avance sobre él la más feroz pandemia: revólver en mano seguirá disparando contra indios, mexicanos y cualquier carga viral que se interponga a su paso. No hay un solo país donde realidad y ficción se amalgamen de manera tan pasmosa como en Estados Unidos. Lo dijo John Ford, maestro del western: «Lo importante no es filmar la realidad, sino la leyenda». Cuando la leyenda ya está encumbrada, nada mejor que servirse de ella. Ya lo hizo Reagan en los años 80 con su Iniciativa de defensa estratégica, bautizada como Guerra de las galaxias, en alusión al filme de George Lucas: «Si se me permite robar una frase de la película –dijo enfático– la Fuerza está con nosotros».
La secuela del filme también serviría al actual Presidente para retomar el tema de la defensa, pero cobró vigencia hace unos pocos días en un spot de campaña electoral en el cual él mismo aparece como el maestro Yoda enfrentando al muy posible candidato demócrata, Joe Biden. Acto de extrema violencia durante el cual aprovecha para cercenarles las cabezas a dos guardias representativos de la CNN y Msnbc, antes de terminar sonriéndole a la cámara, mientras se despliega en pantalla una frase distintiva de la saga: «Que la Fuerza te acompañe».
Diversos componentes se aúnan en los tintes del «tipo duro» tan caro a Hollywood, y cuyo molde más emblemático habría que rastrearlo en los primeros westerns rodados a principios del pasado siglo. Ley del revólver impuesta en la vida real durante la conquista del oeste y exaltada por el cine en una galería de machos de pelo en pecho y voluntad extrema, que saltarían a otros géneros cinematográficos, y de la llamada industria del ocio, hasta terminar convirtiéndose en la perenne «americanización del héroe» que hoy nos invade con su carga de símbolos.
Superhombres que no necesariamente tienen que volar ni exhibir abultados músculos, y que gradualmente han transmitido conductas y filosofías pragmáticas asociadas a una pretendida superioridad étnica, de género, de inteligencia, de bienestar económico, y de todo aquello que les permita sobresalir por encima de una media.
El trasvase de la ficción a la vida real puede ser desconcertante y dar lugar a seres, supuestamente elegidos, que van por la vida empeñados en que no se les detecte una sola flojera de carácter, o debilidad ante el peligro (principalmente si de imagen pública se trata).
Lo importante es no salirse del cliché de los que mastican el agua e inflan el pecho, mientras ponen oídos sordos y el habla en función del alarde, no importa que con sus conductas arrolladoras y poco ejemplarizantes empujen hacia el barranco a decenas de miles.
Son los que piensan que John Wayne nunca hubiera usado nasobuco.
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Sergio Nuñez González dijo:
1
13 de mayo de 2020
10:32:13
Aslay dijo:
2
13 de mayo de 2020
23:02:30
YVM dijo:
3
15 de mayo de 2020
07:13:38
Leonid dijo:
4
15 de mayo de 2020
14:07:41
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