
Para los cinéfilos, amantes del diseño, el buen gusto y el estilo, la galería Raúl Oliva del Centro Cultural Bertolt Brecht ha abierto sus puertas a la exposición Dueña(s) de la urdimbre, la trama y el estilo, una oportunidad para que el público se acerque a la obra de la reconocida diseñadora cubana Miriam Dueñas (1944-2014)
Bajo la dirección de Nieves Laferté, quien además comparte curaduría con Sara Díaz y Edgar Hechavarría, estará a la vista la muestra donde se exponen bocetos rescatados de carpetas de diseño que guarda Carlos Ballester Dueñas, hijo de la prestigiosa artista, así como algunas piezas de vestuario pertenecientes a la obra Rumbas y comparsas (1991), del Conjunto Folclórico Nacional, con coreografía de Rodolfo Rojas y guion de Rogelio Martínez Furé. También han sido puestas en exposición, piezas utilizadas en el filme Cartas del parque, que bajo la dirección de Tomás Gutiérrez Alea, y con guion de Gabriel García Márquez, se estrenase en 1988.Ambos vestuarios estuvieron a cargo de Miriam Dueñas.
Otro de los elementos que acompañan la exposición, es el audiovisual preparado por la realizadora Alina Morante, que recoge importantes momentos de la trayectoria profesional de Dueñas, con frutos palpable en la cinematografía nacional.
Esta integración de las artes, ofrece la oportunidad al público de reconocer de cerca la obra de esa diseñadora, la que a su haber sumó más de 25 películas cubanas, como Hello Heminguay (1990), La venganza de Don Mendo (1989), Madrigal (2007), José Martí, el ojo del canario (2009), Y sin embargo (2012), entre otras.
No obstante, los contrastes de tonos y texturas, la creatividad, certeza y buen gusto que caracterizaron a Miriam Dueñas, no se limitó solamente al cine, sino que en la escena teatral también los dramaturgos se sirvieron de su sapiencia y capacidad para lograr el balance necesario en sus puestas. Oportunidades, donde sin dudas, Dueñas supo demostrar su magistral dominio de la trama, la urdimbre y el estilo
Graduada de Diseño de Vestuario Escénico en la Escuela de Artes Dramáticas de Cubanacán en 1967, esta artista cubana de las telas, fue profesora de la Escuela Nacional de Arte (ENA) y del Instituto Superior de Diseño (ISDI).
Esa entrega de Miriam Dueñas a su trabajo, siempre minucioso, detallista, preciso, aun cuando no se tratase de personajes principales del montaje, el dramaturgo Gerardo Fulleda León, la define como «una capacidad para poder respirar, asumir y transmutar luego en arte un traje, un corpiño o un pliegue; en un vestuario de época o en la corrección, en color y forma del traje de un magistrado, la toca de un ama de llaves. O la blusa de una esclava». Resalta Fulleda, además, que ello se debe a su «talento, rigor y sensibilidad producto de una innata capacidad para apreciar lo esencial para conformar un diseño, un carácter, un medio y condición social».
El también director teatral añade que como resultado de «su extenso y pródigo quehacer», esta diseñadora nos hacía cercanos a los roles, por «el cuidado de los detalles los contrastes de los tonos, las texturas y la singularidad en la diversidad de las complejas labores que asumió, al acometer, diferentes épocas, categorías y personalidades. Todo siempre con logros de un sostenido nivel de elaboración y eficacia escénica».
Aunque es una muestra muy pequeña, al decir de Sara Díaz, curadora, es de alguna manera la celebración a la vida y obra de esta mujer que con todo estilo fue capaz de contextualizar en tiempo y espacio a puestas icónicas de la cinematografía, la danza y el teatro cubanos.
Esta exposición que se mantendrá en la galería del Bertolt Brecht hasta el 26 de abril, es un merecido homenaje a Miriam Dueñas, quien se atrevió a llevar a cabo una de las profesiones que quedan siempre tras el telón.










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