ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
El taller quedó inaugurado con una exposión de caricaturas de Jorge Sánchez Armas. Foto: Sergio Enrique Morlán

El cubano es un ser capaz de bromear con sus penas a la vez que asume con seriedad el hacer humor, lo cual se ha convertido en un recurso de comunicación de nuestro pueblo. Los humoristas son vistos por el público como influencias, de ahí la necesidad de ser cuidadosos con la representación de algunos estereotipos y arquetipos que puedan promover la violencia de género o ir en contra de la verdadera peculiaridad del cubano. En torno al tema se mueven los debates del II Taller Nacional: Prensa, Humor e Identidad, que tuvo su primera jornada este viernes en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí, de esta capital.

Foto: Sergio Enrique Morlán

Analizar la relación entre el humor gráfico y escénico y la comunicación con enfoque de género, fueron las metas de las conferencias inaugurales a cargo del actor Kike Quiñones, director del Centro Promotor del Humor, quien se acercó al papel preponderante del humor en los procesos formativos de la identidad cubana y cómo las mujeres han estado insertadas en ellos. El humorista advirtió que «lo más importante para salir adelante como país, es que cada uno entienda su función como ciudadano dentro de la sociedad. Por eso el 10 de octubre de 1868, Céspedes llamó ciudadanos a todos, familia, blancos, negros y esclavos».

Un segundo momento lo protagonizaron la licenciada Maité Díaz, especialista del Centro Oscar Arnulfo Romero, y la periodista Mayra García Cardentey, ambas en representación de la campaña Evoluciona, quienes dirigieron el debate: Género en clave de humor. Una mirada desde la comunicación.

Foto: Sergio Enrique Morlán

García Cardentey propuso llevar a cabo como buenas prácticas, un humor con perspectiva de género, no discriminatorio, transgresor, crítico, como mecanismo para desmontar creencias y prejuicios. Finalmente, la narradora Laidi Fernández de Juan se refirió a la relación entre la literatura, la mujer y el humor.

El encuentro fue propicio para destacar la impronta del teatro bufo y su papel como crítica profunda a lo que sucedía en la época, a través de los tres personajes clásicos de este teatro en el país: el negrito, el gallego y la mulata, pues al decir del reconocido actor Osvaldo Doimeadiós, «el humor es afirmación de la nación cubana».

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