ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

Santiago de Cuba.–Fueron las grandes cualidades de revolucionario forjadas desde el Moncada, la sensibilidad humana que siempre lo caracterizó, y la infinita lealtad a Fidel y a Raúl, los rasgos que convirtieron al Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque en un ser tan especial para el pueblo cubano.

Al cumplirse este 11 de septiembre el décimo aniversario de su desaparición física, así lo concibe el combatiente del III Frente «Mario Muñoz Monroy», Florencio Saeta Lores, quien de simple soldado incorporado a la guerrilla en marzo de 1958, concluyera la guerra como chofer de Almeida, con quien sostuvo una estrecha relación personal que nunca olvidará.

«Su nombre se escuchaba entre las tropas con singular admiración y respeto –señala a quien todos cariñosamente llaman Cucho Saeta–, de ahí que cuando a escasos días de mi llegada al campamento de La Vallita me dijeron que debía presentarme ante el Comandante Almeida, jamás imaginé que ese hombre tan grande me recibiría con su habitual sonrisa.

Florencio Saeta. Foto: Eduardo Palomares

«Se había enterado de que yo procedía de la mina del Cobre y quería saber dónde estaba el polvorín, cómo llegar a él, cuántos lo cuidaban y la posibilidad de tomarlo para coger dinamita y después volarlo. Luego de darle la información le pregunté cuándo sería y me dijo: “busca a esos otros que dices que son de allá, que la cosa es mañana”».  

Como se conoce, con el capitán Israel Pardo Guerra al frente, el 11 de abril de 1958 el grupo reforzado de fusileros cumple la misión en que Almeida pidiera no disparar en dirección al Santuario de la Virgen de la Caridad. Saeta pensaba que difícilmente volvería a verlo, pero transcurrido un mes lo manda a buscar como chofer de la Comandancia de La Lata.

«Estábamos en plena Sierra Maestra –recuerda–, y yo tendría entonces unos 26 años de edad. Nos movíamos en el jeep por cuantos caminos había, al encuentro con jefes y tropas de la agrupación guerrillera, contactos con Fidel, o ante el problema de algún combatiente o de la población campesina, porque todos tenían para él la máxima importancia.

«Por eso nunca ofendía ni maltrataba a nadie, le hablaba a la tropa con tremenda sencillez, sin aires de gran jefe, y al que tenía que llamarle la atención lo llamaba aparte. Solía hablar de lo duro que tuvo que trabajar en La Habana para ayudar a sus padres, y los ojos le brillaban cuando se refería a Fidel, a Raúl y la seguridad del triunfo revolucionario».

Tras la victoria del 1ro. de enero de 1959, Saeta Lores solicitó a Almeida autorización para volver con su familia en las minas del Cobre, y en los años 70 del pasado siglo tiene lugar el reencuentro con el entonces Delegado del Buró Político del Comité Central del Partido para la provincia de Oriente.

«Fueron numerosas las veces en que me invitó a recorridos por la Sierra Maestra u otro tipo de actividad.

«Para sus combatientes –enfatiza Cucho Saeta– él sigue vivo en nuestros corazones, y así lo ve el pueblo que lo rodeaba y abrazaba cuando bajaba la calle Enramadas, visitaba la Casa de la Trova o se sentaba en el parque Céspedes de su Santiago de Cuba, porque siempre dijo que aunque hubiese nacido en La Habana, él era un santiaguero más».

Con semejante amor, el pueblo santiaguero rindió homenaje hoy al Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque. Especialmente en Cruce de los Baños, poblado cabecera del municipio de Tercer Frente, que acogió el acto central en su memoria, mientras que en Loma la Esperanza, donde descansan sus restos en el mausoleo a los héroes y mártires del iii Frente «Mario Muñoz Monroy», recibió los honores en solemne ceremonia militar.

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El guajiro dijo:

1

13 de septiembre de 2019

00:07:02


Ahora llego después de un día agotador, Anoche encontre más razones para sentirme orgulloso de mi país, para amar más la revolución, primero el presidente y todo su equipo explicandole al pueblo, dando argumento para que no nos dejemos engañar, por la noche el homenaje al COMANDANTE ALMEIDA, ver como vive el Héroe, como se le inmortaliza, sin dejar de ser humano y mortal, cuando el pueblo hace eso, es pueblo no puede ser derrotado por que ellos se convierten en machetes,fusiles, coraje, se cuelan en nuestro espíritu y el pueblo se hace invencible y si ves a tu gobierno unido y buscando soluciones, pensando en mi, en ti, en todos, al tanto del mas minimo detalle, recuerdo entonces lo que me dijo un dia un vecino que vive en el exterior, nosotros los cubanos no siempre sabemos lo que tenemos. cuidemos esas cualidades, no tienen comparación con nadie,ni con ningún otro país. viva cuba y su pueblo, !Aqui no se rinde nadie! . Gracias a mi tierra por enseñarme que vale más que el dinero