ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Tomás recibió el saludo de Omara y Miguel Barnet en la ceremonia de entrega del premio nacional. Foto: Archivo de Granma

Aún resuenan en el Cementerio de Colón los toques de tambor que, interpretados por integrantes del Conjunto Folclórico Nacional de Cuba, despidieron ayer al connotado bailarín, cantante, coreógrafo y director artístico cubano Tomás Morales Villena, premio nacional de Danza 2010, quien falleció en La Habana el pasado jueves. Nuevamente la danza cubana siente la partida de uno de sus más renombrados hijos.

Y precisamente, a otro hijo de nuestra danza, el también premio nacional 2006, Santiago Alfonso Fernández, quien se declaró públicamente deudor del arte y talento de Morales Villena, le correspondió decir las palabras que le abrieron todavía más el camino el recuerdo, el respeto y del agradecimiento entre nosotros, al haber sido capaz de regalarnos en sus años de trabajo espectáculos como  el Carnaval de Lecuona, Son y ritmo, Tropicana canta y baila para usted, Barcelona y Cuba y Los romanos eran así. En el cabaret Tropicana fungió como coreógrafo y codirector de ese centro nocturno, función que desempeñó, durante 16 años, junto a Joaquín Riviera y Joaquín M. Condal.

«Tuve la gran satisfacción de dirigir la gala de entrega de su merecidísimo premio nacional y hoy tengo el triste honor de despedirlo a nombre a todos los que, por muchos años, recibimos de él su  ejemplo y quehacer como bailarín, maestro, vocalista y showman, porque si en nuestro país ha habido alguien que ha sabido hacerlo todo, y muy bien, en un escenario, se llamó Tomás Morales», dijo Santiago Alfonso, al tiempo que le agradeció la oportunidad de haber hecho realidad sus sueños de convertir el cabaret en un sitio imprescindible para la familia de la cultura cubana.

Galardonado con la Distinción Nicolás Guillén y la Medalla Raúl Gómez García, natural de la provincia de Matanzas, donde nació el 21 de diciembre de 1936, este hombre de la danza tuvo sus inicios como bailarín aficionado en la Escuela de Televisión, donde luego amplió sus estudios de danza, ballet y jazz bajo la égida de Luis Trápaga, quien fuera para él «su maestro» y lo llevara a ser protagonista de programas musicales de elevada audiencia en los años 50 del siglo pasado, como Casino de la Alegría y Jueves de Partagás.

Fue fundador del Conjunto Experimental de Danza y comediante musical, labor que consolidó en esa agrupación, de la cual fue profesor, bailarín y director.

Hijo, hermano, esposo y padre ejemplar, que amó a los suyos sin alardes ni ruidos, como también amó a su patria, como afirmó Santiago Alfonso ante la tumba que hoy guarda sus restos, Tomás Morales Villena fue despedido entre aplausos, como los que recibió siempre en todos los escenarios donde actuó con profesionalidad y una gran cubanía. (RC)

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