ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Ernesto Parra: «Quien relega al payaso solo a un animador de fiestas, le está quitando todo su potencial poético, artístico, técnico y humano». Foto: Leidys María Labrador Herrera

Aunque esta vez me recibió vestido como Ernesto Parra, Papote también estaba allí, pues no puede concebirse al uno sin el otro. Durante los últimos 20 años él, a la cabeza de Teatro Tuyo, eligió la piel de un payaso para defender el arte y ahora puede decirse a pecho abierto que junto a su grupo ha reivindicado al milenario personaje del clown, devolviéndole su esencia de actor total.

Esta historia, que arriba ya a sus dos décadas, va mucho más lejos de disímiles premios, de teatros llenos, de reconocimientos internacionales, para insertarse en una dimensión a la que no todos los artistas tienen el privilegio de llegar: la sensibilidad humana. Allí radica la magia de estos hombres y mujeres que merecen obligada mención, siempre que se hable de la cultura tunera.

UN CAMINO QUE SE HIZO AL ANDAR

«El grupo surge el 15 de enero de 1999 a raíz de la política cultural de país y de nuestro Ministerio, que no es más que el desarrollo de la cultura a partir de los propios valores de cada territorio. El Consejo Provincial de las Artes Escénicas ideó un proyecto que se encargara básicamente de animar fiestas infantiles. Ese día, en el centro cultural La Pérgola de Las Tunas, desarrollamos nuestra primera presentación con el espectáculo La fiesta de los payasos, y es válido destacar que no teníamos una formación del sistema de enseñanza artística.

«Nos mantuvimos desarrollando esta actividad por un periodo de tres años, pero paralelo a eso tuvimos la suerte de recibir disímiles cursos y talleres con importantes cultores de este arte que es el teatro, pero el clown siempre era como una necesidad permanente y esa formación contribuyó a la estética que hoy defendemos, que no es más que un actor total.

«Fue por eso que asumimos el nombre de Teatro Tuyo, porque comprendimos esa interacción entre público y espectador, que es una relación natural en el teatro. Eso nos dio el sentido etimológico del nombre del grupo. O sea, tanto tú como espectador y yo como actor, nos fusionamos en el hecho de la puesta en escena».

Así evoca Ernesto los días en que este proyecto era aún incipiente y no existía una verdadera conciencia del lugar que el clown llegaría a ocupar en su vida. Sin embargo, el creador innato, como me atrevo a definirlo, entendió que aquel era solo el comienzo del camino.

«Además de los cursos, nosotros comenzamos a buscar mucha bibliografía acerca del clown, y eso nos ayudó a descubrir que es un arte milenario con mucha riqueza, lo que significa que va mucho más allá de la animación de un cumpleaños. Quien relega al payaso solo a un animador de fiestas, le está quitando todo su potencial poético, artístico, técnico y humano. El clown no es más que una naturaleza que nos habita, que nos posee más allá de nuestras inclinaciones profesionales, es la ingenuidad pura con la que nacemos y que vamos disimulando con el paso de los años producto a los patrones sociales.

«Todo eso nos trajo como resultado que diéramos un salto y comenzaran a surgir, en el 2002, espectáculos como Dos payasos en peligro, que fue nuestra primera puesta en escena con una dramaturgia, donde los payasos no van solamente a jugar o a romper una piñata. Todavía hacemos animaciones de fiestas, pero apostamos por una dimensión teatral que permita que el arte sea un bien social y que el mensaje que transmites en el teatro y los códigos que no puedes utilizar en una fiesta infantil, puedan trascender y calar en los públicos».

Son muchos los espectáculos que gracias a ese crecimiento profesional han podido disfrutar personas de todas las generaciones a lo largo y ancho del país y en diversas regiones del mundo. Más allá de la aceptación o las críticas que cada uno de ellos ha recibido, según el director de Teatro Tuyo, resulta imposible establecer diferencias.

«Para mí como creador cada obra ha llegado en un momento significativo. Cada espectáculo se ha encargado de contar nuestra historia como grupo, quiere decir que eso hace a cada uno de ellos imprescindibles. Es como una cadena que va creciendo gracias a la unión de sus eslabones y cada eslabón es tan importante como el anterior o el que le sigue».

Basta observar las paredes de su centro cultural, para asombrarse por el número de premios y reconocimientos que ostenta el grupo. Los mismos van desde el prestigioso premio de teatro Villanueva, hasta la réplica del machete del Mayor General Vicente García, otorgada por la Asamblea Provincial del Poder Popular.

«Para nosotros todos los premios son fundamentales, pero el más importante es el del día a día. Cuando las instituciones tienen detalles para reconocer nuestro trabajo lo apreciamos mucho, pero si no existe ese reconocimiento, el que nunca falla es el de las personas que te encuentras en la calle para felicitarte y eso valida tu obra. Hemos sido reconocidos no solo en el ámbito artístico, sino en el social, por parte de entidades gubernamentales en Las Tunas y fuera de ella.

«Teatro Tuyo ha abierto un diapasón muy amplio, justamente porque no hacemos otra cosa que reflejar la sociedad desde las tablas. Yo creo que esa labor social ha llevado incluso a que yo hoy pueda ocupar un escaño en el Parlamento, y lo digo con mucho orgullo, porque eso habla también de la democracia que poseemos. No tengo estadísticas, pero no creo que en el mundo haya ningún humilde actor clown en tan elevado escaño, maestros que triplican mi carrera y son de hecho mis referentes, no tienen esa oportunidad».

CON LA MIRA HACIA EL FUTURO…

Defender la visión de la pedagogía desde el clown ha sido un empeño por el que Teatro Tuyo ha batallado de forma incansable. El más hermoso resultado de esa labor será la apertura, en los próximos meses, de la Escuela Nacional de Payasos, una institución soñada para profesionalizar este arte.

«Hay que dividir las cosas. Están las personas que se visten de payaso y rompen una piñata y están los actores que tienen la capacidad técnica de animar un cumpleaños, y de hacer una puesta en escena con todo el contenido estético y la preparación individual que eso implica.

«Estamos apuntando a que el que tenga vocación y deseos de dedicarse profesionalmente al clown tenga una formación de academia. Hemos tenido figuras como Benny Moré y Polo Montañez, pero son excepciones, no son la regla. Si tenemos un sistema de enseñanza artística tan bien organizado, no tenemos por qué permitirnos un intrusismo profesional que lo que hace en muchos casos es demeritar el oficio. Un paso previo muy importante es que, en el reordenamiento del trabajo por cuenta propia, desaparece la figura del animador de fiestas, y eso evita que la realidad sea contraproducente a los esfuerzos y las intenciones con las que pretendemos crear la escuela.

«Vamos a celebrar este aniversario 20 por todo lo alto, aun cuando nuestro teatro sigue cerrado y esa es nuestra mayor insatisfacción. Se están acometiendo algunas acciones de manera muy lenta, porque la reparación que el teatro necesita es básicamente tecnoescénica. De todas maneras siempre hemos tenido la filosofía de no sentarnos a esperar y buscamos alternativas, creando otros espacios, que mantendremos incluso después de que el teatro reabra sus puertas.

«Estamos preparando también una gira por todos los municipios y queremos ir un poco a los inicios del grupo, visitando las escuelas primarias que era lo que hacíamos antes. A veces los ciclos de la vida te llevan una vez más al lugar desde donde partiste y eso para mí no es un retroceso, es sencillamente tener conciencia de todo lo que has hecho sin olvidar tus raíces. Nuestros espectáculos han crecido estéticamente, pero no han perdido la alegría de las fiestas infantiles».

Si hoy puede hablarse de un interés mayor de los jóvenes por el clown, si se muestra más promisorio el futuro del verdadero payaso, despojado de superficialidades, es en gran parte gracias al trabajo de este grupo de soñadores.

«Veo el futuro en una espiral ascendente y no es esta una respuesta triunfalista. El hecho de que en el Taller Internacional de Payasos hayamos abierto espacio a estudiantes y profesores de las escuelas nacionales de arte, el interés manifiesto de los jóvenes por el trabajo del grupo, son una prueba de eso.

«Lo que queremos justamente es que en cada provincia, sin hablar en términos masificadores, sino con un sentido natural, puedan surgir otras compañías que defiendan el arte del clown. Nuestro objetivo, aunque en principio parezca utópico, es que nunca más una persona pueda ofender a otra utilizando el término payaso. Pasarán muchos años para que eso suceda, pero si vamos por el camino correcto, sucederá».

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Etianys Alfonso dijo:

1

30 de enero de 2019

18:13:50


¡Felicidades por el aniversario 20! Muchos matanceros esperamos una puesta en escena de Teatro Tuyo en el Festival Nacional de Teatro Callejero. Éxitos.