ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
El cineasta argentino Carlos Sorín. Foto: cortesía de la autora

Como cada año, el Festival de Cine de La Habana recibe producciones argentinas de gran calidad. Esta vez, el experimentado cineasta Carlos Sorín se presenta con el filme Joel, un drama que muestra los conflictos de la adopción tardía de un pequeño de nueve años, proveniente de un ambiente marginal, y sus problemas para insertarse en la sociedad, o, mejor dicho, los problemas de la sociedad para aceptarlo.

-¿Qué busca reflejar en Joel?

La película tiene varios temas: está la adopción tardía, que es mucho más problemática que adoptar a un chico de un año; también la discriminación en el ámbito escolar, que es fuerte y muy actual, por lo menos en Argentina; pero el tema fundamental, y me fui dando cuenta a medida que hacía el guion, es el drama de una mujer que tiene que asumir de un día para otro su papel de madre, sin serlo, y con todo el mundo en contra. Esa lucha contra el medio es al alma de la película. Tanto el padre como la madre tienen argumentos razonables, pero en realidad ambas partes son víctimas de todo un sistema.

-¿Por qué escoge narrar la historia desde el punto de vista femenino?

Hacerlo desde la mirada femenina era una condición, quería hacerlo así porque la adopción está más relacionada con la maternidad, aunque también con la paternidad, pero es menos fuerte el compromiso. Siempre hago mis películas desde el punto de vista masculino, y el universo femenino me es ajeno, por eso me atrae y me seducía la idea de hacerlo desde la perspectiva de una mujer.

Joel Noguera, el niño que encarna al protagonista de la cinta, fue descubierto por Sorín,prácticamente por casualidad, en la Isla de Tierra del Fuego, donde se desarrolla la trama del filme, y enseguida supo que tendría que ser él:

-¿Le parecía necesario que el niño realmente procediera de un ambiente marginal para lograr el personaje?

Sí, aunque tiene sus peligros, en el sentido de que tiene que volver a su vida normal después de hacer la película. Yo quería que fuese un niño con una familia disfuncional, pero con una familia, no de la calle, no de una institución pública. El niño es exactamente igual al que ves, igual al que me imaginaba, al que estaba en el guion.Él es intuitivo, entendía el personaje, yo no se lo expliqué nunca, pero él entendía y muchas tomas salieron de la primera vez.Tuvo escenas soberbias, con una gran sutileza de actuación.

Creo que tiene mucho talento de actor, pero vive en una zona aislada del mundo, en una población muy chiquita de la Tierra del Fuego. Si hubiera nacido en New york sería un futuro Marlon Brando, por eso lo que me deja pensando de Joel es cuantos millones de niños así hay, con talentos desperdiciados.

-¿Por qué presentar sus películas en el Festival de Cine de La Habana?

Por el público, el público cubano es único, su grado de avidez por el cine no se ve en otros lados, el grado de participación. También la afluencia, los cines de La Habana son gigantescos, ya no quedan en el mundo muchos como el Yara o el Chaplin, para más de mil espectadores. Además, las salas llenas, eso para un director es muy atractivo.

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