Durante toda mi vida escuché a mis amigos remedianos hablando sobre las parrandas, asimismo mi propio padre se la pasaba en diálogo con otros amantes de la tradición, y él mismo desde 1980 hacía carrozas y trabajos de plaza para ambos barrios de la ciudad e, incluso, para muchos pueblos del centro del país. Más de una vez, siendo adolescente, levanté la bandera de mi barrio y organicé pequeñas parrandas.
El anhelo por las fiestas y su magia nos llevaba a hablar de ellas por toda Cuba. Quizá esos mismos sentimientos impulsaron a otro remediano, Rafael Lara González, a emprender un camino que lo acercó a estos fenómenos culturales como Metodólogo de Cultura Popular Tradicional. Ahora que acaban de ser declaradas las Parrandas de la Región Central de Cuba Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, por la Unesco, nos ofrece sus opiniones.
–¿Cuál es el actual estado de las parrandas a nivel de país, en cuanto a conservación de la tradición originaria?
–En Camajuaní, Chambas y Guayos, a pesar de algunos cambios de fecha y del no aseguramiento total de los insumos, el proceso ha sido viable y felizmente no se ha dejado de celebrar. Casualmente han sido en estos sitios donde después de la Declaratoria como patrimonio de la nación se celebran los simposios de parrandas, donde los portadores exponen sus vivencias, experiencias y descontentos, en conjunto con las instituciones culturales y gubernamentales que participan, espacios de diálogo, intercambio y reflexión, con un clímax favorable, iniciativa a imitar por los demás pueblos parrandiles.
«Hemos tomado todas las medidas para que la parranda remediana vuelva a celebrarse como ha sido siempre. En las demás comunidades se ha visto una celebración mucho más viable como parte de su salvaguardia. Posterior a la Declaratoria, los gobiernos han ganado en más conciencia, se ha ganado en la estimulación como proceso, muchas ya cuentan con el Premio Nacional Memoria Viva, que entrega el Ministerio de Cultura, es el caso de la propia Parranda remediana y las de Chambas, que cuentan en su aval con el Premio Nacional de Cultura Comunitaria que auspicia el Consejo Nacional de Casas de Cultura, entre muchos otros reconocimientos.
«Para ganar esta conquista urge en primer lugar determinar los alcances del Estado, sugerimos un estudio profundo, pues existen diversidad de iniciativas que deben quedar reflejadas en las políticas y las normas que las acompañan, se deben rehacer además sobre la marcha, teniendo en cuenta cada una de las particularidades de las localidades donde se celebra cada una de las Parrandas. Es un llamado a la actualización y aprovechamiento de los soportes e iniciativas, imponiendo el diálogo constante y permanente con cada integrante de los barrios parrandiles.
«Para la sostenibilidad resulta imprescindible el proceso de transformación que debe producirse en los gobiernos a escala de lo local, es una necesidad recíproca, por ello, el conocimiento y respeto a la cultura de su territorio, sus raíces, su historia, su identidad y particularidad es esencial, aunque se deben aprovechar mucho más las propias relaciones y conexiones territoriales, la independencia y autonomía de la estructura local, lo que facilitaría dicho proceso.
«Hay necesariamente que socializar las experiencias más viables que se han alcanzado en estas celebraciones. Desbrozar el camino en el orden administrativo puede contribuir, sin duda, a nuevas y eficaces fórmulas de gestión cultural; provocar el debate hacia estas encomiendas en los espacios académicos o simposios ya creados en los territorios sería de gran utilidad; se trata de ganar en cultura económica y jurídica del fenómeno».
–¿Cómo se aseguran las condiciones mínimas para evitar la ocurrencia de accidentes?
–El secreto está en la disciplina que sea capaz de fomentar la directiva de cada barrio. Es sin duda en el elemento de los fuegos artificiales donde encontramos las mayores posibilidades de las ocurrencias de estos lamentables sucesos, en varias ocasiones la Comisión Nacional de Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial del Mincult ha llevado el punto a su agenda, nos reunimos con los gobiernos y autoridades del orden público, en todos los casos se le atribuye a la desorganización del tirado, ¿por qué permitir que en las respectivas áreas de fuego se encuentre personal no identificado como artillero profesional?
«Tengo entendido que se le entrega a las autoridades con tiempo el listado de las personas autorizadas para ejercer esta actividad, identificándolo con una pañoleta o un brazalete, mientras por otro lado no debemos permitir la venta ilícita de fuegos artificiales confeccionados en sitios clandestinos y que en ocasiones no cumplen las normas químicas adecuadas para su eficaz funcionamiento, son las entidades autorizadas (pirotecnias) las únicas que deben propiciarle el fuego a cada barrio, en bien del hecho cultural y por el bien de la cultura cubana».
–¿Por qué las Parrandas merecen un reconocimiento como Patrimonio Intangible de la Humanidad por la Unesco?
–Es un fenómeno netamente popular y raigal, reconocido por diversas comunidades, constituyendo una necesidad vital de tipo familiar, vecinal, social y comunitario para cada uno de sus habitantes, es una expresión auténtica del Patrimonio Cultural Vivo; solo de Cuba, no lo encontramos en otro sitio de la geografía mundial. Es único, además, por su lucidez, dinamismo, por su diversidad temática y etnodemográfica, oficios y elementos identitarios, por sus valores agregados, por facilitar el sentido de continuidad en las nuevas generaciones, por su sentido de colectividad e inclusión, por su resistencia y perdurabilidad por casi 200 años, por mantener viva una tradición.
El fenómeno Parrandas de la Región Central de Cuba acaba de ser declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, en la 13 Sesión del Comité de Patrimonio Inmaterial de la Unesco.
Las Parrandas (en referencia al fenómeno) fueron seleccionadas junto a otros procesos culturales de entre 40 propuestas.
En el 2013 fueron declaradas Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación, en declaratoria que contempla 18 poblados de diez municipios de Villa Clara, Sancti Spíritus y Ciego de Ávila, en el contexto de la Asamblea solemne, acaecida en el atrio de la Iglesia Parroquial Mayor de San Juan Bautista, en Remedios.
Las Parrandas surgieron hacia 1820 y gozan de perfecta salud.










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EDUARDO CAIBARIEN dijo:
1
29 de noviembre de 2018
08:39:32
Capiro Cubanacan dijo:
2
29 de noviembre de 2018
08:41:13
Rubén dijo:
3
29 de noviembre de 2018
09:18:36
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