ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Eslinda Núñez protagoniza a Lucía. Foto: Archivo de Granma

Luego de 50 años de su estreno, Lucía ha conseguido impactar y conmover al público joven que se adentra en su historia por primera vez, e incluso a quienes compartieron su génesis en 1968. El largometraje, dirigido por Humberto Solás, recorre tres periodos significativos para la formación de nuestra nacionalidad, sin embargo, se mantiene lejos de ser una película historicista o monumental. Fiel a los preceptos de su director, Lucía conserva la frescura y espontaneidad con que fue concebida, razón por la cual mantiene una vigencia extraordinaria. Una de sus protagonistas, la dulce Eslinda Núñez, conversa con Granma y se dispone a revivir a esta segunda Lucía, personaje que se ha convertido en un referente ineludible dentro de la cinematografía cubana y latinoamericana.

–¿Cómo recuerda a la Eslinda que asumió ese reto?

–Disfrutando la película el año pasado a raíz de estrenarse su restauración, tuve muchas emociones encontradas. Por lo general no veo mucho mis trabajos después de terminados, sin embargo, Lucía es la excepción y ahora, a una distancia de 50 años, pues me parecía que no era yo, sino una muchachita que está empezando la vida. Fue como presenciar su estreno. Las imágenes eran muy nítidas y el sonido excepcional, lo que me trajo muchos recuerdos y sensaciones agradables. Lucía es una película que yo no puedo ver por separado, sino como un todo y eso es algo que siempre ha estado en su esencia. Yo recuerdo que cuando Humberto la hizo había personas que le decían que por qué no hacía tres películas y él contestaba que realmente la veía como una unidad. Es la historia de Cuba dentro de la vida de estas tres mujeres.

–¿Por qué cree que el director pensó en usted para interpretar a la segunda Lucía?

–Él siempre me visualizaba en casi todas las cosas que pensaba hacer. Cuando escribió el personaje y me llamó para interpretar a Lucía (1932) yo no le di mucha importancia porque anteriormente me había ofrecido otros muchos trabajos. Sin embargo, cuando leí el guion me fascinó. Era realmente un personaje muy bien armado, que me posibilitaba un trabajo interior tremendo y me exigía desde todo punto de vista.

Aprendí mucho con él, sobre todo a tener más confianza en mí misma. Yo quería dar lo máximo y me parecía que siempre me quedaba corta, pero Humberto me tuvo mucha confianza.

–¿Cómo fue el trabajo entre el director y el elenco?

–Humberto trataba de adaptarse a cada actor, siempre exigiendo lo máximo. Con él había que estar preparado para cualquier cambio porque se le ocurrían ideas de momento. A pesar del rigor, se metía en la piel de cada actor y lo convertía en su cómplice. Estaba abierto al diálogo, a las discusiones o desacuerdos que pudieran surgir en el rodaje y siempre escuchaba al otro.

–¿De qué forma Raquel Revuelta y Adela Legrá contribuyeron con su experiencia a la formación del personaje?

–Trabajamos por separado. Yo de cierta forma participé cuando Humberto escogía a los actores. Recuerdo que a Rogelio Blaín, que encarnó al esposo de Flora, lo fuimos a ver a un campamento del servicio militar y allí descubrimos actores extraordinarios. Con Raquel conversaba mucho porque a veces íbamos a su casa o al grupo Teatro Estudio a hablar sobre los personajes. A Adela la conocí y luego nos hicimos grandes amigas. Ella es una persona fantástica, llena de espontaneidad, muy apasionada, rasgos que le fascinaron a Humberto para el personaje.

–¿Cuál es la escena que recuerda que haya tenido mayor fuerza o trascendencia?

–Hay escenas de mucha trascendencia para mí por su fuerza y contenido, pero quizá la que recuerdo con más agrado es la típica de amor. Humberto había escrito unos diálogos con los que él mismo no estaba muy de acuerdo y nos puso a improvisar. Al ver que la escena no salía, y después de un momento de tensión contenida, nos mandó a recitar un poema de Martí. Estábamos pegados a una pared toda derruida cuando nos dijo: «la cámara va a entrar en los rostros de ustedes y ahí van a demostrar el amor, la compatibilidad y unión que tiene esta pareja». Luego recitamos el texto y fue fantástico.

–¿Cómo cree que el largometraje influyó en la incorporación de la mujer a la sociedad?

–Pienso que debe haber influido mucho, sobre todo con la tercera historia. El último cuento hace que uno revalorice las posibilidades de esta mujer que se encuentra cercada por un esposo machista. Me imagino que muchas deben haberse visto reflejadas en ese momento, mujeres que quizá querían trabajar y sus maridos no las dejaban buscar su derrotero en la sociedad. Por supuesto, la primera historia también hace que el personaje tome conciencia de esto, sin olvidar las limitaciones de la época. Por otro lado, en la segunda parte Lucía ya se incorpora, desde su visión de obrera, a las huelgas y se rebela contra las injusticias que ve en el mundo.

–¿Qué le ha aportado Lucía a su carrera y a su vida personal?

–Me ha aportado mucho. Yo decía hace poco que Lucía siempre me estaba haciendo regalos, a pesar de que es una película ya con tantos años, sobre todo el haber podido trabajar con Humberto por vez primera, la experiencia que eso me dio, y el hecho de trazar mi vida desde un punto de vista más riguroso y serio. Todo ello me obligó a ir mucho más adentro de mí y a buscar siempre lo insólito dentro de lo simple, buscar, buscar, buscar, siempre en cada personaje, no importa si fuese pequeño o grande.

–¿Pudiera visualizar a una Lucía de nuestros tiempos?

–Siempre pensamos eso, que quizá hacía falta un cuarto cuento. Cuando hicimos Un día de noviembre, que inicialmente se iba a llamar Hojas, mi personaje era una muchacha universitaria que, pese a que tenía posibilidades de hacer muchas cosas, se sentía insatisfecha con lo que había logrado. Luego de estudiar al personaje Humberto me decía: «Quizá esta sea la cuarta Lucía». Para mí la cuarta Lucía es la niña que sonríe al final del tercer cuento, la que ve a la pareja peleando por cosas que ella no entiende y encuentra absurdas; la niña que sabe que su vida será diferente. 

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FASV dijo:

1

5 de octubre de 2018

10:17:00


OBRA MAESTRA.ADORO ESA PELICULA...