ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
En la Gala de premiación, el cubano Carlos Manuel Ledea tocó la Sonata no. 5 de David del Puerto. Foto: Miriannys Montes de Oca

JESÚS Ortega, presidente del XV Festival y Concurso Internacional de Guitarra de La Habana, aquilató que «cualquier evento que reúna a figuras de nivel universal como Gismonti, Pepe Romero y Eliot Fisk tiene una importancia enorme, porque son modelos a seguir, no a copiarlos, a como se asume una interpretación de alto nivel, aun de las cosas más sencillas».

En diálogo con esta publicación, el instrumentista y pedagogo, añadió que «en segundo lugar permite que esas personalidades que nos visitan como el compositor David del Puerto y el promotor Diego Martínez, se percaten de la importancia que en Cuba tiene la cultura que no es algo suntuario, sino medular para el desarrollo del país».

Su análisis de la repercusión del Festival y Concurso fue más allá. «Incide en los músicos y el público, pues aprender a escuchar música de alta calidad quiere decir que vamos a salir mejores porque nos imbuye una sed de perfección».

Si tenemos un Festival Internacional, ¿quiere decir que la guitarra en Cuba tiene una buena posición nacional e internacional?

«Así es, tiene una excelente posición. Internacionalmente tenemos a nuestro gran maestro, Leo Brouwer,  figura icónica de la cultura guitarrística de todos los tiempos, de siempre. En mi opinión personal es el músico mas grande que ha producido Cuba hasta hoy», afirmó.

 Precisamente, la fiesta de la guitarra fue creada por Brouwer, compositor, director de orquesta y guitarrista, en los años 80 del pasado siglo, y luego de una extensa pausa volvió este año por sus fueros.

EL CONCURSO Y SUS PREMIOS

Según comentó Ortega al compositor cubano Juan Piñera, al Concurso «se presentaron jóvenes de talento impresionante». El jurado estuvo presidido por Jesús Ortega y lo integraron el propio Piñera y el guitarrista Marco Tamayo (Cuba); el compositor David del Puerto, el presidente del Concurso Andrés Segovia, Diego Martínez (ambos de España), y el pedagogo alemán Karl Heinz.

Fueron 16 participantes provenientes de Polonia, España, Francia, Alemania, Rumania, Costa Rica y Cuba, quienes durante tres vueltas, en el Hemiciclo del edificio de Arte Universal y en el teatro del edificio de Arte Cubano del Museo Nacional de Bellas Artes, tuvieron que abordar piezas del barroco, de un autor cubano y uno latinoamericano, un estudio virtuoso y una sonata.

La ceremonia de premiación en la Sala Covarrubias del Teatro Nacional reveló que el jurado otorgó el Segundo Premio y el Isaac Nicola, al cubano Carlos Miguel Ledea, estudiante del Instituto Superior de Arte, quien recibió, entre otros premios, una guitarra construida especialmente por el luthier David Chávez.

El Primer premio fue compartido entre el español Javier García Verdugo (graduado del Conservatorio Superior de Música de Madrid, del Franz Liszt, de Weimar, y actualmente hace una maestría en el Mozarteum, de Salzburgo), y el rumano-alemán, Mircea Stefan Gogoncea (con un currículo que incluye 165 premios y estudios en Dusseldorf y la Royal Academy de Londres).

GISMONTI: FELIZ DE ESTAR EN ESTE FESTIVAL

Luego de su extraordinario concierto en la Sala Covarrubias el compositor, pianista y guitarrista brasileño Egberto Gismonti compartió con esta publicación su felicidad de estar en este Festival.

Utilizó en el concierto su guitarra de diez cuerdas…«Es de diez cuerdas porque originalmente soy pianista. En guitarra necesitamos dos manos para un sonido, presión y pinza. Soy pianista de formación donde cada mano hace una cosa, por eso imaginé que otros acordes serían perfectos y encontré una guitarra de diez cuerdas. Comencé a practicar y fui cambiando la posición de las cuerdas, agudas con graves. La guitarra es compleja. Poco a poco fui transformándola y ella también fue modificando mi manera de tocar piano».

Todas las piezas del concierto son composiciones suyas y añadió voz y piano…«Cada música mía está soportada por una historia. Cada disco que grabé que no son pocos, son 70, tiene un nombre que converge con algo de la cultura brasileña. No hago música porque me guste una combinación de notas, soy compositor para cine (38 filmes), ballet (35), teatro (30 piezas) y en esos 70 discos siempre tengo canciones, con letras de grandes poetas. A esta altura de mi vida vengo a un festival de guitarra y le incluyo voz y piano. Así soy.» 

ROMERO: LA GUITARRA TE LLEVA A ENCONTRAR TU ESPÍRITU

 Pepe Romero a los siete aňos dio su primer concierto junto a su padre, Celedonio Romero, un importante guitarrista y su único maestro. Hoy es reconocido mundialmente como uno de los grandes virtuosos de la guitarra clásica.

  Combinó su concierto, en la Sala Covarrubias, con mucho de lo mejor de su extenso repertorio. Así se pudo disfrutar de composiciones de Ángel Barrios, Granado, Schubert, Schumann, Brahms, Fernando Sor, Joaquín Rodrigo, Joaquín Turina y de su padre Celedonio Romero. 

  Afirmó para estas páginas que este Festival «es una maravilla y me llena de alegría que el maestro Ortega lo haya retomado, porque Cuba y la guitarra van muy unidas y aquí hay grandísimos talentos». 

  Para Romero, «la guitarra es un instrumento que no solamente se escucha sino que se siente cuando lo tocas, lo abrazas, vibra en tus brazos y llega muy profundo, y hoy en día gracias al esfuerzo de tantísimos grandes guitarristas ocupa un lugar céntrico en el mundo de la música».

  ¿Qué importancia le otorga a la guitarra en estos momentos en el universo cultural? «Es que la guitarra más que importancia tiene una misión, porque la guitarra, como dijo García Lorca, es como una araña que teje su tela para capturar suspiros. La guitarra en estos momentos de tanta confusión, de tantos problemas, de tanta tecnología, digitalización, y una vida tan ajetreada, es esa paz y ese sonido tan bello que te profundiza y te lleva a encontrarte a ti mismo con tu propio espíritu».

  EL XV Festival y Concurso Internacional de Guitarra de La Habana incluyó siete conciertos en la Basílica Menor del Convento de San Francisco de Asís y la Covarrubias ofrecidos por el norteamericano Eliot Fisk, el brasileño Egberto Gismonti y el español Pepe Romero, tres glorias de la guitarra universal, y por los cubanos Ariadna Cuellar, Eduardo y Galy Martín, Marco Tamayo, Ali Arango, el Dúo Concuerda, y el conjunto Nuestro Tiempo.

  Los programas dejaron escuchar, por citar solo algunos ejemplos, obras de Fernando Sor, Leo Brouwer, Manuel Ponce, Jesús Ortega, Heitor Villa-Lobos o Radamés Gnatalli. Un precioso evento que, afortunadamente, el maestro Jesús Ortega anunció su edición decimosexta para el 2020.

El rumano-alemán Mircea Stefan Gogoncea, premio compartido del Festival, asumió en la ceremonia de clausura el Concierto Op 99 de Mario Castelnuovo-Tedesco junto a la Sinfónica Nacional dirigida por el maestro Enrique Pérez Mesa. Foto: Miriannys Montes de Oca

 

Los maestros Pepe Romero (izquierda) y Jesús Ortega coincidieron en la relevancia de escuchar buena música, y claro, desde la guitarra Foto: Mireya Castañeda
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