
PINAR DEL RÍO.–A un costado del salón, un piano de cola evoca al maestro Chucho Valdés y junto a él, en un tocadiscos en el que se lee: «la novia del feeling», resalta la figura de Omara Portuondo.
Del otro lado, al pie de la fachada de la fábrica Partagás, hay un camión con las insignias de esa legendaria industria y más allá, en medio de una vega, dos hombres cosechan las hojas que luego cargarán en una carreta tirada por bueyes.
Todas son piezas de madera que asombran por su realismo, y lo hacen mucho más cuando se descubre que se trata de humidores para almacenar y conservar tabacos.
El artesano Jorge Luis Milán explica que esta es apenas una muestra del trabajo de Decuba, Arte en Maderas, un proyecto fundado en 1995, cuyas obras han sido comercializadas en más de 80 países.
«El objetivo ha sido elaborar envases que, además de su función utilitaria, expresen la cultura del tabaco y también la cubanía», señala Milán.
Graduado de Agronomía, cuenta que al principio eran apenas tres personas, las cuales a mediados de los 90’ decidieron unirse para confeccionar estuches de tabaco, afiliadas al Fondo Cubano de Bienes Culturales (FCBC).
«Comenzamos haciendo cosas muy elementales, sin embargo, nos dimos cuenta de que existía un campo de trabajo amplio, así que empezamos a superarnos y a formar nuevos artesanos».
Con la ayuda de un profesor retirado de la escuela provincial de arte, se inició un proceso de capacitación que se mantiene hasta hoy.
«Gracias a ello, tenemos compañeros especializados en técnicas, que estaban casi extintas, como la marquetería», dice.
DECUBA POR EL MUNDO
Poco tiempo después, las producciones de Decuba… comenzaron a ganar renombre. En 1997, se iniciaron las exportaciones a través de la corporación Habanos S.A. y luego lo harían también mediante el FCBC.
En el 2004, por la calidad de su trabajo, Habanos le concedió la licencia para el uso de sus marcas tabacaleras en los diseños.

Más que simples envases de madera para conservar los tabacos por periodos prolongados –con dispositivos que regulan la temperatura y la humedad–, los humidores salidos de su taller constituyen verdaderas obras de arte.
«El hecho de unir diseñadores, marqueteros, talladores, carpinteros ebanistas y pintores, entre otras especialidades, nos ha permitido llegar a un resultado de alta calidad», comenta Milán.
«Si un renglón como el tabaco cubano, reconocido como el mejor del mundo, se une con la artesanía, adquiere un valor agregado».
Es por ello que durante las últimas dos décadas las obras de este proyecto pinareño han llegado a más de 150 ciudades de América Latina, Europa, Oriente Medio y Asia, acompañando a un producto que distingue a su provincia y al país.
Piezas alegóricas al cultivo del tabaco en las vegas de Vueltabajo, o que semejan edificios patrimoniales de La Habana Vieja o Trinidad, o inspiradas en importantes personalidades del mundo del arte, forman parte del extenso catálogo que se ha ido enriqueciendo a través de los años.
Incluso hay una línea de humidores decorados por las principales figuras de la plástica de Pinar del Río.
«Hemos realizado piezas de hasta dos metros de altura, con capacidad para entre 800 y mil tabacos», detalla el fundador y director de Decuba, Arte en Maderas.
«Cada diseño es resultado de un trabajo de equipo, y el intercambio constante de ideas entre los más de 20 creadores que aglutina el proyecto», agrega.
ARTE EN MADERA
Premios y reconocimientos en eventos como la Feria Internacional de Artesanía (Fiart), y decenas de series especiales exclusivas para Habanos S.A., avalan el desempeño de Decuba, además del hecho de haber donado al Ministerio de Salud Pública el dinero recaudado por decenas de piezas en subastas de eventos internacionales.
Sin embargo, Milán lamenta que aunque su proyecto –y otras iniciativas similares que existen en el país–, ha sabido abrirse camino en mercados muy difíciles de penetrar en Europa, Asia y Oriente Medio, en Cuba año tras año se importan humidores y envases, para después exportarlos con tabaco.
«Incluso uno puede encontrarlos, si da un recorrido por las tiendas especializadas de algunas provincias como La Habana», afirma el artesano, y advierte que se trata de algo carente de lógica: traer artículos del exterior para volverlos a exportar, cuando pudieran obtenerse en nuestro país, de contar con los suministros necesarios.
«Hace falta buscar formas más ágiles de integración y complementación entre organismos y ministerios, porque a pesar de que existe una política para evitar las importaciones, en la práctica se mantienen», agrega.
Convencido de que los artesanos cubanos tienen las habilidades y el talento para asumir cualquier encargo por complejo que sea, explica que en la actualidad, Decuba y el Fondo de Bienes Culturales trabajan en la habilitación de un nuevo local, en las afueras de la ciudad de Pinar del Río.
Con él, se podrá incursionar en otras producciones y mejorarán las condiciones de trabajo de los creadores, pero sobre todo, aumentará la capacidad de confeccionar humidores que ayuden a conservar el tabaco cubano en climas muy distintos al nuestro, y a difundir la cultura cubana por el mundo.
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Jose A Cuervo dijo:
1
17 de febrero de 2018
23:56:25
Antonio Vera Blanco dijo:
2
18 de febrero de 2018
08:13:24
Gustavo Garcia dijo:
3
22 de julio de 2020
13:21:02
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