Compartir cualquier espectáculo de la compañía Lizt Alfonso Dance Cuba es una experiencia total. En ellos sus bailarinas logran comunicar su desbordada pasión y alegría de bailar. Se apropian del público y transforman una tarde en imborrable deleite.
Este 2017 la compañía está celebrando 26 años de éxitos y entre los festejos ha estado la reposición de una pieza estupenda, Fuerza y compás, que se ha podido disfrutar (3 de diciembre) en la Sala García Lorca del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso.
Lizt Alfonso Dance Cuba tiene su sede en un hermoso edificio en la plazoleta del antiguo Convento de Belén, y allí, hace más de diez años, en una entrevista a su directora, hablamos de lo que ya se perfilaba como su «estilo fusión».
En aquel momento la directora general de la compañía precisó que desde los inicios estudiaron todo el folklore español, siempre comprendiendo que la influencia principal es del flamenco por su fortaleza, su poder, pero además profundizaron en las raíces de los bailes cubanos y afrocubanos, y con igual énfasis trabajaron el teatro, la danza contemporánea y el ballet clásico, lo que los llevó a esa fusión que hoy la distingue.
Ese rigor que caracteriza a Lizt Alfonso Dance Cuba se encuentra también en lo teatral, y su búsqueda de un histrionismo intenso en cada gesto, seguramente hace que sus coreografías sean tan plásticas que por momentos parecen cuadros.

Con 26 años de experiencia, Lizt Alfonso es una coreógrafa que ya tiene su vocabulario propio, su estilo. Su compañía es diferente a otras. Está claro, no es de flamenco, ni de rumba cubana, no es ballet, no es danza contemporánea. Tiene de todos ellos. Su personal fusión.
En sus creaciones, la artista logra una uniformidad, una precisión que va desde una mirada, a la posición de los brazos, a la fuerza del taconeo, y con esos elementos logra una intensa comunicación con los espectadores.
LA REPOSICIÓN DEL EXITOSO ESPECTÁCULO FUERZA Y COMPÁS
Fuerza y compás es un espectáculo muy dinámico, de gran efectividad y belleza coreográfica y musical, este aspecto bien subrayado gracias a la presencia en escena del grupo musical (piano, guitarra, bajo, chelo, percusión cubana y flamenca y un cantante) propio de la compañía.
Este show se estrenó en La Habana en 1999 con el nombre Siluetas y ha sido visto en Estados Unidos, Canadá, Alemania, Holanda, Bahrein, Qatar, Egipto, Nueva Zelanda, México, China, Turquía e Israel, pero sería en la puesta en Nueva York (2001) cuando incluyen el número Fuerza y Compás de Novo, que toma este título.
Luego de varios años sin subir a escena en Cuba, ahora ha sido repuesto completo, con sus dos actos y nueve cuadros, ocho de ellos firmados por su directora general, que van desde lo clásico, al flamenco, hasta el guaguancó: Suite ibérica; Tango del tiempo, Alas para existir; De novo; Fuerza y compás, Hombre; Elogio; Pa Cuba me voy y De tierra y aire.
De la música, en vivo ya dijimos, se escuchan piezas inolvidables del maestro Ernesto Lecuona, y composiciones originales para la compañía del gran guitarrista del flamenco Reynier Mariño, y de Denis Peralta, Yuniel Rascón, Yordanis O´Relly y Juan Pablo Solás.
Otro elemento valioso de Fuerza y compás, y hay que decir igual en todos los espectáculos de esta agrupación, es el diseño de vestuario, que firman en esta ocasión Eduardo Arrocha, Premio Nacional de Diseño; Ricardo Reymena, Premio de Diseño Escénico Eduardo Muñoz Bachs; Erick Grass y la propia directora-coreógrafa.
En la función que comentamos no pudimos disfrutar del juego de luces que evidentemente influye mucho en cada cuadro, porque la Sala Lorca se mantuvo encendida, según conocimos después porque el espectáculo se grababa, pero esto atentó contra el espectador.
Fuerza y compás es una puesta en escena magnífica, muy apropiadamente seleccionado para celebrar el nuevo aniversario de la compañía que dirige la maestra Lizt Alfonso.
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