ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

Lo dijo el gran trompetista norteamericano Louis Armstrong, «Sólo hay dos maneras de resumir la música: o es buena o es mala. Si es buena no le das más vueltas, simplemente la disfrutas».

El público que tuvo la dicha de poder asistir a alguno de los cinco conciertos de jazz que este verano tuvieron lugar en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso pudo sumarse a esa opinión de Amstrong (1901-1971) quien, por cierto, hace unas décadas visitó la isla a propósito del Festival Internacional JazzPlaza.

Gonzalito Rubalcaba es hoy máximo exponente de una de las grandes dinastías musicales cubanas. Foto: Cubadebate

Pero los amantes del jazz no llegaban a ciegas. Lo hicieron con la certeza de que estarían frente a la maestría interpretativa de los concertistas anunciados, cuyos apellidos, si acaso lo necesitasen, representan algunos de los linajes seculares de la música cubana.

El primer concierto fue de esa leyenda del jazz que es Chucho Valdés; lo seguiría, con la osadía de los jóvenes, Alejandro Falcón, antecediendo nada menos que a Gonzalito Rubalcaba, a Zenaida Romeu y su imbatible Camerata y a la familia López Nussa.

DIEZ GRAMMY PARA CHUCHO

Pianistas hay muchos y buenos, pero el sonido particular, el timbre de una persona cuando se sienta en el piano, y cuando se puede cerrar los ojos y decir ese es Chucho Valdés, pues ya no hay tantos.

La técnica se puede aprender, pero hay un extra, esa magia de cada individuo, y es lo que aporta en cada actuación este Valdés, otra columna de una indispensable dinastía de músicos cubanos.

El programa fue magnífico, en algo más de una hora, el intérprete y su piano, regalaron temas como In walked Bud, de Thelonious Monk; Lágrimas negras, de Miguel Matamoros; Bésame mucho, de Consuelo Velázquez, Rhapsody in blue, de George Gershwin, y The giant steps, de John Coltrane, más otras compuestas por el propio Chucho.

Ya en abril pasado Chucho Valdés había tocado en este mismo escenario en ocasión de haber sido La Habana designada por la UNESCO como centro del Día Internacional del Jazz, cuando además visitó la Isla para ese festejo, uno de los grandes del jazz, el pianista y compositor estadounidense Herbie Hancock.

Dos meses antes, en febrero, el maestro había recibido por su álbum Tributo a Irakere: Live en Marsac, su décimo Grammy, tres de ellos Grammy Latino.

EL JOVEN FALCÓN SE ATREVE

Entre los grandes del jazz mundial, el cubano Chucho Valdés. Foto: ACN

Alejandro Falcón, considerado entre los mejores pianistas y compositores cubanos de la más joven generación de jazzistas, con premios en el concurso JoJazz y en el de composición Musicalia, tuvo la responsabilidad del segundo concierto.

El joven jazzista había tenido un entrenamiento singular para esta presentación en abril, cuando en el mencionado Día Internacional del jazz, realizó con su cuarteto Cubadentro una descarga junto a un grupo de estudiantes del Instituto de Jazz Thelonious Monk, de Estados Unidos.

Para el concierto en la sala García Lorca, Falcón se hizo acompañar por Ruy López-Nussa (drums), Arnulfo José Guerra (bajo), Edgar Martínez (tumbadoras), la cantante Beatriz Márquez, el quenista argentino Rodrigo Sosa, y tres de los más relevantes exponentes del joven jazz cubano: Eduardo Sandoval (trombón), Michel Herrera (saxofón) y Jesús Ricardo (trompeta).

Falcón se decidió, como había anunciado, por piezas de su catálogo renovadas en su sonoridad y con arreglos concebidos especialmente para sus invitados, y otras obras de sus discos Claroscuro y Mi monte espiritual, que presentará en el festival de jazz de diciembre próximo.

INTENSO GONZALITO

El 19 de agosto subió a escena Gonzalo Rubalcaba, relevante pianista y una de las figuras cimeras del jazz internacional, a quien todos llaman simplemente Gonzalito. Cuenta entre sus palmarés con 16 nominaciones al Grammy, de las cuales ha alcanzado cuatro.

La Camerata Romeu con su directora, Zenaida Castro Romeu, frente a la Basílica Menor de San Francisco de Asís sede habitual de sus conciertos. Foto: www.radioenciclopedia.cu

El virtuoso instrumentista es parte de otra dinastía musical, desde su abuelo, Jacobo Rubalcaba, autor del emblemático danzón El Cadete Constitucional.

Para el programa el aplaudido pianista se decidió por algunas obras relevantes de la última década de su intensa vida profesional, entre ellas Hermitage, de Pat Metheny, y My love and I, de David Raskin, y composiciones propias, e interpretó por primera vez en un escenario, según dijo en conferencia de prensa, la pieza Gratitud, del compositor Jean Paul Le Pourret.

ROMEU, LINAJE DE UNA CAMERATA

La presencia de la Camerata Romeu en cualquier escenario es sinónimo de buen arte, atrayente además por esa provocativa manera de tocar sin atriles ni partituras.

En el linaje musical de su directora, Zenaida Castro Romeu, están inscritos nombres como Antonio María, Armando, Zenaida y Mario, y el respeto a esas imprescindibles figuras aseguran interpretaciones y repertorio de altísima calidad.

No podría haber habido mejor selección que incluir a la Camerata en los conciertos estivales en la sala García Lorca y en su presentación exhibieron su acostumbrado virtuosismo.

La agrupación partió casi inmediatamente hacia Noruega invitada al prestigioso Festival de Música de Cámara de Oslo por su director y fundador, el afamado violinista, Arve Tellefsen.

El joven Harold López-Nussa siguió los pasos de su tío Ernan en el virtuosismo al piano. Foto: ACN

En breve intercambio vía correo electrónico Zenaida Castro Romeu precisó para nuestra publicación que el programa escogido para La Habana fue casi un ensayo del que llevarán a Oslo.

«Es el repertorio que haremos allá de música cubana y latinoamericana, con una excepción de dos obras. En Oslo en la primera parte haremos dos conciertos dobles con músicos noruegos, la primera es el Doble Concierto para violines de J.S. Bach, donde actuarán tres solistas de nuestra orquesta junto con Tellefsen.Tocaremos además una obra noruega que también es un doble concierto junto a importantes solistas noruegos, el propio compositor quien es bandoneonista, Per Arne Glorvigen y el cellista principal de la multipremiada orquesta noruega Trondheimsolistene Oyvind Gimse. Como le dije, la segunda parte es música cubana y latinoamericana, además del doble de Bach que lo haremos con seis solistas de la Camerata (tres dúos)».

En esa segunda parte la Camerata Romeu interpretó obras más contemporáneas de Astor Piazzola (Argentina), Arturo Márquez (México), de los cubanos Roberto Valera, Carlos Fariñas y Ernán López-Nussa y de una de sus violinistas, Yadira Cobo.
VIRTUOSA LA FAMILIA LÓPEZ-NUSSA

Solo serían posibles adjetivos de elogio superlativo para el cuarteto de virtuosos que integran, en un proyecto que ellos han denominado Familia López-Nussa, los pianistas Ernán y Harold, y los percusionistas Ruy y Ruy Adrián.

Todos poseen una técnica asombrosa y un diapasón amplísimo de expresión dentro de la música popular y el jazz, y así lo mostraron nuevamente en un espectáculo extraordinario, y disfrutable, de punta a cabo.

Como diría Ernán en uno de los ensayos, a la familia de sangre, se unió una musical, pues sumaron al bajista Julio César López y al trompetista Mayquel González.

El programa lo integraron con piezas de Ernán y Harold y algunas creadas para el propio proyecto familiar.

Los cinco conciertos de agosto en la sala García Lorca del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso fueron un triunfo rotundo, para el jazz, para los intérpretes y para el auditorio.

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