ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
El Palacio del Segundo Cabo, en la Habana Vieja, es la sede de este espacio abierto al público desde el 9 de mayo último. Foto: Yander Zamora

Disfrutar de las olas del mar en el camarote de un barco ingles, bailar contradanza, tocar un grillete o conocer de la arquitectura de la ciudad de La Habana, son algunas de las experiencias que usted puede vivir si visita el Centro para la Interpretación de las Relaciones Cuba-Europa.

El Palacio del Segundo Cabo es la sede de este espacio abierto al público desde el pasado 9 de mayo. La idea surgió en el año 2009 mediante un proyecto de cooperación internacional entre la Oficina del Historiador de la Ciudad, la Unión Europea y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

Diferente a todas las instituciones museables del país, su atractivo reside en el uso de las tecnologías y otros soportes de la comunicación para brindar conocimientos desde la diversión.

LLEGADAS, VIAJEROS E HISTORIA

Más de cinco siglos de relación hay entre ambas culturas. Catorce salas, así lo muestran. Exhiben parte de la historia cubana, el contrapunteo con otras nacionalidades y ese proceso de formación de la identidad de la Mayor de las Antillas.

A la llegada, el encuentro de dos culturas se esboza en un globo terráqueo a gran escala. En él, se pueden ver las diferentes visiones que hacia 1492 tenían las personas sobre el mundo.

Le sigue la línea del tiempo. De un lado Cuba y del otro Europa. Acontecimientos políticos, religiosos y económicos se explican desde 1492 hasta 1962. Destacan figuras importantes de la ciencia, la literatura, el arte, la arquitectura y otros temas; todos enlazados por causas y consecuencias a través de ambas culturas.

Entre los atractivos de la sala, se encuentra una foto de la canoa del doctor Antonio Núñez Jiménez, en la que se probó una de las teorías de la emigración en Cuba. Además un audiovisual que relata las múltiples llegadas de europeos y los aportes que hicieron a la identidad cubana.

En el salón siguiente el sonido es uno de los elementos que destaca. Puede conocer a más de 50 viajeros cubanos, latinoamericanos y europeos. Visiones de ambas partes ponen al descubierto enfrentamientos culturales de las diferentes épocas.

El gabinete propone un acercamiento a lo material. Astrolabios, jarrones, abanicos y otros muchos objetos muestran los aportes que sucedieron entre Cuba y Europa. Mesas multitáctiles permiten ampliar la información a través de imágenes, videos y juegos. A diferencia de otros museos, está permitido tocar, explorar y procurar una experiencia más sensitiva.

MÚSICA, DANZA Y LITERATURA

La sala de música y danza va desde la trova hasta el rock and roll. El recorrido termina frente a una gran pantalla capaz de reconocer los movimientos de las personas a través de un sensor; una manera diferente para enseñar a bailar el son, el chachachá y otros géneros danzarios, símbolos de la identidad nacional.

Con 14 salas, el Centro para la Interpretación de las Relaciones Cuba-Europa muestra más de cinco siglos de relación entre ambas culturas. Foto: Yander Zamora

La aparición de la imprenta se expone en la sala del libro. Tablets con revistas y publicaciones es la singularidad de este espacio. Un contenido que puede llevarse en su dispositivo si así lo desea.

Más adelante, las salas de Cartografía, la Cuba y la de Urbanismo y Arquitectura exponen personalidades importantes relacionadas a estas temáticas, instrumentos utilizados, hábitos de vida, estilos arquitectónicos, y un juego para comprobar lo aprendido.

PRIMERA EXPERIENCIA EN CUBA

«Crear este museo de nuevo tipo en el país, ha sido todo un reto», asegura Yainet Rodríguez Rodríguez, especialista principal del Centro para la Interpretación de las Relaciones Cuba-Europa.

«Queríamos que los objetos no tuvieran el peso protagónico, sino que las personas se centrarán más en los fenómenos históricos, culturales, científicos. Queríamos a través de diferentes aristas esbozar dentro de una exposición permanente cómo se desarrollaron las relaciones entre ambas regiones, qué fue lo que nos dio Europa y qué fue lo que nosotros le dimos”, agrega Yainet Rodríguez.

Las tecnologías ofrecieron múltiples oportunidades de comunicación en el proyecto. Los softwares permiten variar la información y actualizarla constantemente. La interactividad asegura el acercamiento con el usuario y alejarse de la idea de solo consumir información.

«La intención era hacer un museo que creara niveles de participación y un contacto más cercano con los espectadores. Buscamos las maneras para que esa información fuera amena, atractiva y que las personas sintieran que están aprendiendo y disfrutando a la vez», explica Rodríguez.

Durante estos ocho años, el proyecto estuvo dirigido por el doctor Eusebio Leal Spengler y contó con un equipo multidisciplinario. Investigadores, historiadores, historiadores del arte, especialistas en proyectos de cooperación, arquitectos, urbanistas, diseñadores, sociólogos, fueron parte de la creación de este espacio pionero.

Entre las instituciones destacan la Dirección de Patrimonio Cultural de la Oficina del Historiador de la Ciudad, la Dirección de Inversiones, la Dirección de Cooperación Internacional, la empresa Restaura, la Dirección de Informática y Comunicación de la Oficina y la delegación en Cuba de la Unión Europea.

AMBICIONES DEL PROYECTO

Aun cuando los resultados son relevantes, quedan más espacios por inaugurar en los próximos meses. El Palacio del Segundo Cabo contará con una Mediateca, dedicada al ocio y al conocimiento, y dos nuevas salas, una referida a las artes plásticas y otra a los ambientes interiores.

Foto: Yander Zamora

«Se espera que esta última sea muy interactiva. En ella se podrán conocer ambientes específicos representativos de la influencia europea en Cuba, a partir del diseño de mobiliario», asegura Yainet Rodríguez.

«Este tipo de institución es fundamental no solo para quienes nos visitan sino también para los que trabajamos en ella. Pensar estrategias de comunicación en función del patrimonio, y crear la menor cantidad de barreras para que el conocimiento llegue, es para nosotros un reto. La participación es el enlace que te permite aprender de una manera más duradera y eso es lo que buscamos.

«Nos interesa que las personas una vez que salgan del Palacio se lleven conocimientos. Queremos dar referentes culturales y que los cubanos conozcan mejor su historia, cultura e identidad», explica la especialista principal del Palacio del Segundo Cabo.

Cuba es uno de los países con mayor cantidad de museos en Latinoamérica. Hacerlos más cercanos al siglo XXI y acorde con las expectativas de las generaciones más jóvenes, es imprescindible cuando hablamos de enseñar y poner a las personas en contacto con su patrimonio. Visitar el Centro para la Interpretación de las Relaciones Cuba-Europa puede convertirse en una aventura y borrar la idea de que los museos son aburridos.

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maguero dijo:

1

3 de julio de 2017

11:12:54


aburren al que no tiene cultura para valorar las obras

Guillermo Morán Loyola Respondió:


10 de julio de 2017

13:11:15

Por eso es necesario llevar a los niños a los museos, no solo por lo interesante que se oferta, sino porque es una escuela pedagógica para toda la vida, las imágenes no se olvidan.