ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
La estructura del cuadro es semejante a la de un tríptico, cuyo panel central está ocupado por el caballo agonizante y la mujer portadora de la lámpara. Los laterales serían, a la derecha, la casa en llamas con la mujer gritando, y, a la izquierda, el toro y la mujer con su hijo muerto. Foto: Archivo

«GUERNICA» es el cuadro más célebre del siglo XX. Hace 80 años Pablo Picasso (Málaga, 1881- Mougins, Francia, 1973) realizó el monumental mural y para celebrar tal acontecimiento el Museo Reina Sofía de Madrid concibió la exposición «Piedad y Terror en Picasso. El camino a Guernica».

La muestra habla de la ruta seguida por quien es considerado uno de los mejores artistas de todos los tiempos, genio de la pintura universal y sobre todo gran innovador, hasta una de sus cumbres, el «Guernica».

Pero hay un segundo “camino”, ese que lleva desde un aula universitaria, digamos en La Habana, a una conferencia sobre Picasso, a buscar la estupenda pintura antibelicista en libros de arte hasta llegar, insólitamente, a contemplar el «Guernica» in situ, en su plena y solemne majestuosidad.

La curaduría de «Piedad y Terror…» ha reunido cerca de 180 obras de Picasso, desde los años 20 hasta la elaboración del mural en 1937, y los ha emplazado en la misma gran sala 206 del segundo piso del Reina Sofía, donde reposa el «Guernica» desde 1992, contemplado cada año por dos millones de visitantes.

La tarde está dedicada a Picasso. Resulta improbable que un espectador logre pasar por las ricas colecciones del Museo madrileño, tan solo en el jardín, es un ejemplo, hay esculturas de Calder, Chillida y Miró, para luego llegar al «Guernica». Se va directo.

Abre la muestra una maqueta del Pabellón español para el que fue pintado el inmenso mural y los dibujos preparatorios que fue haciendo Picasso, en brevísimo y febril tiempo de creación. El pintor ejecutó el famoso cuadro entre los meses de mayo y junio de 1937.

Ese proceso de creación está muy documentado y recuerda que fue a principios de enero de 1937 cuando Picasso recibió la visita de una delegación española en su domicilio de la parisina rue la Boëtie.

Le presentan el encargo de la Segunda República para hacer un gran cuadro que seria expuesto en el pabellón español durante la Exposición Universal de ese año en París.

Pueden verse fotos y escritos que indican que para la realización del enorme cuadro, que no cabía en el taller habitual de Picasso, la fotógrafa Dora Maar, con quien él mantenía una relación, consiguió un taller en el nº 7 de la rue des Grandes Augustins. Picasso lo alquiló y empleó su amplio ático como estudio.

Los bocetos que se conservan, con fecha de 18 y 19 de abril, revelan que Picasso no había encontrado todavía la inspiración para su obra, pero llegó el fatídico 26 de abril de 1937.

Ese día la Legión Cóndor de la aviación alemana bombardeó la ciudad vasca de Guernika, carente de interés militar, servia únicamente para probar el alcance y el poder de nuevas armas.

En una vitrina está el periódico L' Humanité del 28 de abril con la noticia del bombardeo y ya el primero de mayo Picasso concibió los primeros esbozos de su cuadro.

Esa sala muestra como en un periodo de seis semanas Picasso hizo un total de 45 bocetos en papel y lienzo, expuestos ahora junto al «Guernica», y en el primero de ellos ya aparecen los personajes principales: el toro, la mujer con la luz, el guerrero derribado en el suelo y el caballo.

Picasso dio por concluido su cuadro el 4 de junio de 1937. Gracias a información agregada por el Museo para el visitante se conoce que Josep Lluis Sert, arquitecto del Pabellón — discípulo de Le Corbusier— años más tarde recordaría la respuesta que le dio el pintor el día que le preguntó cuándo tendría listo el cuadro: “¡Si no me lo quitan y vienen a llevárselo, no lo acabaré nunca!”.

EL GUERNICA AGUARDA UN POCO MÁS ADELANTE

El recorrido está marcado con la leyenda con flecha «continuación de la visita» y no hay nadie entre las decenas presentes que obvie una de las salas y busque el gran mural, más bien un afán de retrasar el momento. Pero este ineludiblemente llega y el impacto es tal que sería quimérico tratar de explicarlo.

Lo primero, las enormes dimensiones del lienzo 3,50 m de alto por 7,80 m de largo. Allí están plasmadas las figuras en el más puro estilo cubista.

Resalta inmediatamente su monocromía. Es evidente que Picasso renunció al color y sólo utilizó la gama de grises, blancos y negros para acentuar el dramatismo de lo que ha devenido en una pintura mítica.

El recorrido se cierra como empezó, con espacios consagrados a la documentación, en este caso sobre el viaje que emprendió el cuadro después de la Exposición de Paris. En 80 años ha visitado 11 países y participado en 40 exposiciones.

Picasso, fotografiado por Dora Maar mientras trabaja en el «Guernica». A instancias del propio artista, Maar realizó un total de siete fotografías, cada una de las cuales muestra el lienzo en un estadio diferente de su ejecución. Foto: www.museoreinasofia.es

En la década de 1940, instaurada en España la dictadura militar del general Franco, Picasso optó por dejar que el cuadro fuese custodiado por el Museo de Arte Moderno de Nueva York, aunque expresó su voluntad de que fuera devuelto a España cuando volviese al país la democracia.

La obra llegó finalmente a España en 1981. Se expuso al público primero en el Casón del Buen Retiro del Museo del Prado y en 1992 pasó al Reina Sofía.

Existe una fábula muy conocida de una conversación entre Picasso y un oficial alemán en el Paris ocupado de 1940. «¿Usted hizo esto?», le preguntó el alemán, ante una fotografía del «Guernica». «No, fueron ustedes», contestó Picasso.

No hay duda, incluso la anécdota anterior lo suscribe, el «Guernica» es una obra maestra ante la cual nadie queda indiferente…, pero si la contempla directamente, frente a frente, casi viendo la mano de Picasso trazando el toro, o la enigmática flecha… deviene en un momento para atesorar toda la vida. El «Guernica» es una inefable emoción.

COMENTAR
  • Mostrar respeto a los criterios en sus comentarios.

  • No ofender, ni usar frases vulgares y/o palabras obscenas.

  • Nos reservaremos el derecho de moderar aquellos comentarios que no cumplan con las reglas de uso.