
Es nada menos que la gran intelectual cubana Dulce María Loynaz quien ofrece la mejor apertura para esta nueva página de La Huella de España en Cuba dedicada a las Islas Canarias. En su poema que se inicia con el verso que le da título «La criatura de isla…» hace una definición que enaltece a sus habitantes: «paréceme, no se por qué, una criatura distinta. Más leve, más sutil, más sensitiva».
Dulce María (La Habana 10 de diciembre de 1902 - 27 de abril de 1997) es una de las principales figuras de la poesía lírica cubana y universal. Premio Nacional de Literatura 1986 y Premio Cervantes 1992, tuvo además una estrecha relación con Canarias a través de su esposo, el periodista Pablo Álvarez de Cañas, natural de las islas. Su libro de viaje Un verano en Tenerife, un relato de su estancia allí en 1958, fue calificado por la autora como lo mejor que había escrito, aunque no todos lo acepten.
«Contaré, pues, sencillamente, cómo fue, para mí, un verano en aquella poca tierra asomada a flor de agua; la primera en romper la superficie de un mar que lo era todo, y la última que contemplaron las carabelas de Colón cuando enfilaban ya sus proas al Mundo Ignoto».
Como increíble cicerone, la autora en las crónicas recoge la historia y la realidad de vida de los isleños, realza la belleza de los paisajes, de su geografía, y del alma de sus habitantes, con un lenguaje lleno de amor y poesía.
El amor de Dulce María Loynaz por las Canarias es muy repartido en Cuba, pues resulta que sus emigrantes se convierten en la tercera gran comunidad en la isla caribeña. Están actualmente presentes en casi todas las provincias y la Asociación Canaria tiene hoy 45 mil miembros.
Una de esas emigrantes canarias es especialmente reverenciada por los cubanos, doña Leonor Pérez Cabrera (Santa Cruz de Tenerife, 17 de diciembre de 1828 - La Habana, 19 de junio de 1907) madre del Héroe Nacional José Martí.

Los versos y cartas enviadas por Martí a Doña Leonor hablan de su ardiente amor y respeto por ella desde que con sólo 18 años fue condenado a trabajo forzado en las Canteras de San Lázaro de La Habana hasta su salida hacia la guerra en Cuba en 1895.
A Doña Leonor se le han erigido varios monumentos. En el de La Habana en San Miguel del Padrón, aparece sentada, leyendo la carta que le dirigiera su hijo desde Montecristi en 1895. Con motivo del centenario de su muerte existe un busto en El Vedado habanero y en su natal Tenerife se emplazó uno de la escultora cubana Thelvia Marín.
Como no podría imaginarse de otro modo, la Asociación Canaria de Cuba lleva el nombre de Leonor Pérez, y en esa sede, en La Habana, tuvo lugar la rueda de prensa que anunció la edición 27 de La Huella de España a efectuarse del 2 al 9 de abril.
Presidida por la diva Alicia Alonso, Presidenta de Honor del Festival y Directora General del Ballet Nacional de Cuba, se informó que el evento vuelve a tener, por cuarta vez consecutiva, en la dirección artística a la bailarina y coreógrafa Irene Rodríguez, quien además festeja un lustro de creada su propia Compañía de danzas españolas.
Para celebrar ese acontecimiento, Irene dijo a esta publicación que ha concebido un espectáculo nuevo titulado Amaranto, muy flamenco y contemporáneo, muy renovador.
Precisamente por esas características lo bautizó Amaranto, que es «una planta originaria de América que no se marchita. Le doy ese nombre porque la compañía se sigue renovando».
La inauguración, aunque sigue la tradición de abrir con la Ceremonia del Cañonazo de las nueve de la noche, no será en la explanada del Castillo de la Real Fuerza como en la primera edición de 1988, sino en el teatro Mella, donde tendrá lugar casi toda la programación.
Los Himnos Nacionales de Cuba, España y Canarias serán interpretados por la Jazz Band Juvenil del Conservatorio Amadeo Roldán, y la Coral Hespérides de la Asociación Canaria, dirigidas por Enrique M. Rodríguez y Yasel Castañeda, respectivamente.
Luego se escuchará en off la Balada de los dos abuelos, de Nicolás Guillén, declamada por el «acuarelista de la poesía antillana», Luis Carbonell.
Para revivir el aporte canario en Cuba, especialmente en la música campesina (la tonada, el punto cubano), llegarán varios invitados de esas islas que compartirán escena con sus iguales cubanos.
Destacar entonces en música el grupo folklórico La Vieja Parranda, al guitarrista Marcos del Castillo, el timplista Josele del Pino y el poeta y repentista Eduardo Duque, quienes compartirán con músicos cubanos como el tresero Pancho Amat, la cantante de música campesina Maria Victoria Rodríguez, y el destacado repentista Luis Paz Esquivel.
Participará también en La Huella el escritor canario Manuel Hernández González, quien entre sus más de cincuenta libros tiene el título Los canarios en la Cuba contemporánea.

Con respecto a la literatura, intelectuales cubanos disertaran en varios coloquios, entre ellos uno dedicado a Benito Pérez Galdós, considerado el más universal de los canarios, y su obra, en especial sus Episodios Nacionales, y otro precisamente a Dulce María Loynaz, y en la gala de clausura la actriz Corina Mestre, dirá un fragmento de la mencionada Un verano en Tenerife.
La Huella incluirá una exposición de carteles que han identificado las ediciones del Festival compilada por Evelio Fernández Reyes y varios talleres, ente ellos de cocina canaria.
Por su relevancia, hacia el Festival se vuelca mucho de lo mejor de la cultura cubana: el Ballet Nacional de Cuba, cantantes como Ivette Cepeda y la soprano Johanna Simón y todas las agrupaciones de las Asociaciones españolas, en especial la Canaria, como Rumores del Teide, Rondalla Timanfaya, o la Coral Hespéride.
Pero también La Huella en Cuba es singular para España y así lo expresó para Granma Internacional Guillermo Corral, consejero cultural de la Embajada de España en La Habana.
«Nosotros le concedemos mucha importancia porque es un vínculo que permite reconectar por un lado a las comunidades de descendientes de españoles y por otra al público general cubano con otra de sus herencias culturales fundamentales que es la española. Festivales similares existen en el mundo lo que pasa es que no con un apoyo tan claro de las instituciones públicas. Están más bien organizados por las Casas, sea la canaria, la andaluza, pero éste tiene un apoyo decidido del Ministerio de Cultura, de una personalidad tan destacadísima como es Alicia Alonso y el Ballet Nacional, por lo cual considero que es un Festival único, y también por su tamaño y duración».
Corral, quien lleva año y medio en Cuba, subrayó: «España, como no podía ser de otra manera, mantiene una actividad cultural muy intensa aquí. Desde nuestro punto de vista diríamos que la cultura cubana para nosotros no es extranjera es otra forma, diferente pero común. Entonces intentamos participar en todos los grandes eventos que tienen lugar en Cuba, que son muchos: la propia Huella de España, el Festival de Cine de La Habana, la Bienal, y este año somos el país invitado en el Festival de Cine de Gibara el próximo mes».
La eximia ballerina Alicia Alonso sintetizó uno de los propósitos del Festival en la XXIV edición: «La Huella de España es una fiesta de la tradición y un homenaje a nuestras raíces. Los pueblos tienen el derecho de recibir lo más valioso del patrimonio histórico y cultural, y sobre esta base, avanzar por nuevos caminos».












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