ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

Cuando le preguntó a su padre, el poeta Roberto Fernández Retamar, qué le gustaría recibir en su cumpleaños 85, la escritora Laidi Fernández de Juan no supuso que a la falta de respuesta precisa —«Ay, hija, lo que yo quiero no se puede comprar»—, consiguiera ella aglutinar un manojo de amor para armar con ellos un libro.

La realidad que a continuación explicamos lleva por título Buena suerte viviendo. Mensajes a un poeta, de Ediciones Matanzas, un cuaderno de 157 páginas que recoge el resultado de una «conspiración» que llevó a cabo Laidi a espaldas de su padre, recopilando para él afectuosos mensajes de muchas partes del mundo, tras solicitarles a amigos entrañables esas ofrendas escritas que pueden llegar a ser las palabras sinceras.

Con tal empeño logró reunir más de 100 textos —poemas,  misivas— acompañadas de dos dibujos del diseñador Umberto Peña, para poner en manos de una de las más altas glorias poéticas del continente, leído en todas partes del mundo,  el valioso obsequio.

Presentado este viernes en Casa de las Américas, institución que dirige el propio Retamar, por Fernández de Juan, y  Alfredo Zaldívar, director de Ediciones Matanzas, el título cuenta —además de con un  prólogo  que brinda simpáticos detalles de las estrategias empleadas— con un epílogo en el que el Poeta agradece «estas cálidas páginas», de amistades, según dice,  de largas y recientes datas, colegas escritores y exalumnos que le permitieron ir, emocionado, de un ámbito a otro,  de una generación a otra, de un país a otro. «Es como volver a experimentar el largo tiempo que me ha correspondido».

Descollantes personalidades cuya lista sería imposible citar,  firman estos mensajes en los que redundan, junto a los buenos deseos, el eterno agradecimiento a la sobrevida que significa haber consumido el jugo de su poesía; el haber sido inspirador de tantas generaciones y la sensación de que «el tiempo pasa y no pasa» debido a la permanente actualidad de su ingente obra.

Cierto es que para saber la talla de tanto amor escrito hay que leerse el libro, que se nos va como el agua entre las manos buscando qué más vendrá después de las honduras que llenan cada página. Pero mientras los que admiran a este hombre inmenso nuestro lo adquieren,   justo es adelantar al menos un fragmento de uno de los más impactantes parlamentos.

«(…) Cuando nos estrechamos las manos por primera vez, yo ya había leído tus poemas —dice el escritor argentino Vicente Battista—. Muchos de ellos (…) me ayudaron a comprender la Revolución Cubana, de la que fuiste, sos y seguirás siendo parte. A través de Calibán me enseñaste a releer La Tempestad, ahora desde los ojos de una América Latina que a partir del 1ro. de Enero de 1959 comenzaba a ser distinta. Y por fin llegó el día en que te vi personalmente. < ¡El Quijote! >, fue lo primero que pensé.

Muy pronto comprendí que no solo te parecías en su figura, también en su accionar, ya que como el hidalgo de La Mancha nunca vacilaste en . Porque con tu acción y con tu obra construiste la alegría, hermosura y verdad, porque asististe a la luz, hoy formas parte del presente y serás parte del futuro para siempre».

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José L. Manriquez dijo:

1

21 de febrero de 2017

20:06:50


Salud... Cada tanto vuelvo a oír el recital que junto con Silvio hicieran en la Casa de las Américas. Viaje a las historias cotidianas y heroicas...