ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
La Martha Graham Dance Company actuó por primera vez en La Habana en 1941, en el Teatro Auditórium. Considerada una de las más prestigiosas compañías de danza moderna regresó para el 25 Festival Internacional de Ballet de La Habana el pasado año. Foto: Yailin Alfaro

Cada 22 de enero es celebrado el Día del Teatro Cubano, en recordación de los Sucesos de Villanueva en 1869. Es la ocasión adecuada para la entrega del Premio Nacional de Teatro a una representativa figura de las Artes Escénicas, por la obra de la vida, y los de la crítica a las más relevantes puestas nacionales y extranjeras vistas en los anteriores doce meses.

El jurado que este año otorgó el máximo lauro de las tablas nacionales — presidido por Carlos Celdrán, Premio Nacional de Teatro 2016, e integrado por otras destacadas figuras del panorama teatral cubano— decidió distinguir con el lauro a la actriz, dramaturga y directora teatral Fátima Patterson.

Fátima Patterson, con una sólida trayectoria escénica, obtiene el Premio Nacional de Teatro 2017. Foto: Tomada de La Jiribilla

En sus consideraciones el jurado escribió que Patterson ha llevado durante años a las tablas «los temas de la mujer, la marginalidad y la muerte» y recuerda que fundó en 1992 el «Estudio Teatral Macubá», con sede en la oriental provincia de Santiago de Cuba.

Entre las muchas obras de la ahora Premio Nacional de Teatro se encuentran «Santiaguerías», «Mundo de Muertos», e «Iniciación en blanco y negro para mujeres sin color».

Con respecto a los Premios Villanueva, que entrega la Sección de Crítica e Investigación Teatral de la Asociación de Artistas Escénicos de la UNEAC, fueron seleccionados nueve espectáculos nacionales: «Diez Millones», Argos Teatro; «Los dos príncipes», Teatro de las Estaciones; «Superbandaclown», Teatro Tuyo; «Éxtasis», Teatro Buendía; «Guan Melón, Tu Melón», El Ciervo Encantado; «Harry Potter, se acabó la magia», Teatro El Público; «Baquestribois», Osikán Teatro; «Welcome», DanzAbierta y «Montañeses», Teatro de los Elementos.

Varios fueron los espectáculos extranjeros que se alzaron con los Villanueva: «Mendoza», Compañía Los Colochos, México; «Clean room», de Juan Domínguez, España; «La vida crónica», «Las grandes ciudades bajo la luna», «Memorias» y «Mis niños de escena», del Odin Teatret, Dinamarca; «Cartas del Chimbote» y «Confesiones», de Yuyachkani, Perú; «Otelo», Compañía Viaje Inmóvil, de Chile; «Programa Concierto», Compañía de Martha Graham, Estados Unidos; Gala Ballet Royalty, Estados Unidos; «La Diva», Sofie Krog Teatret, Dinamarca y «Psycho Street-Cut», Dansk Rakkerpak, Dinamarca.

LOS SUCESOS DE VILLANUEVA

Fue en 1980 cuando los teatristas del patio acordaron denominar Día del Teatro Cubano el 22 de enero en recordación al trágico suceso ocurrido en esa fecha de 1869.

El 10 de octubre de 1868, en el ingenio La Demajagua, Carlos Manuel de Céspedes comenzó la lucha por la independencia de Cuba de la colonia española. Se combatía en los campos y en La Habana se vivía entre el entusiasmo y la tensión.

En el habanero Teatro Villanueva, la compañía «Bufos Caricatos» representaba la obra «Perro huevero aunque le quemen el hocico», un típico sainete, pletórico de humor criollo, de Juan Francisco Valerio.

El 21 de enero de 1869, el actor Jacinto Valdés, en medio de la representación, dio un viva a Céspedes, recibido con alborozo y simpatía por el público. Los miembros del Cuerpo español de Voluntarios (órgano paramilitar) presentes no tuvieron tiempo de reaccionar.

A la siguiente noche, el ahora histórico 22 de enero, los voluntarios llegaron alertas. Cuando un actor exclamó: ¡Que viva la tierra que produce la caña! Desde la tertulia respondieron ¡Qué viva Cuba libre!

Fue el comienzo de una masacre. Los voluntarios arremetieron a sablazos y tiros contra el público e incluso continuaron la represión en las calles.

Aquella sangrienta jornada fue reseñada por José Martí, entonces de 15 años, a quien sorprende lo ocurrido en el Villanueva en casa de su maestro Rafael María Mendive. Él y su esposa lo retienen a la fuerza hasta que viene en su busca doña Leonor, la madre del Apóstol de Cuba.

Rinde homenaje Martí posteriormente a Doña Leonor por su firmeza en aquel momento en uno de sus Versos Sencillos:

(...)
Llama una mano a la puerta
En lo negro de la noche
No hay bala que no taladre
El portón: y la mujer
Que llama me ha dado el ser:
Me viene a buscar mi madre
A la boca de la muerte
Los valientes habaneros
Se quitaron los sombreros
Ante la matrona fuerte.
Y después que nos besamos
Como dos locos, me dijo:
“Vamos pronto, vamos hijo:
La niña está sola, vamos”.

Es ya tradición anual. Los Sucesos de Villanueva devienen recuento y homenajes a las tablas y los teatristas cubanos.

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