Los últimos compases del Festival Internacional Jazz Plaza 2016 en el teatro Mella permitieron al público cubano relacionarse con expresiones diversas que enriquecen el género tanto desde la perspectiva de las llamadas músicas del mundo como a partir de la experimentación tímbrica instrumental.
El pianista y compositor Roberto Fonseca, quien cuenta en la actualidad con una muy visible carrera internacional, trajo a La Habana a una de las más sorprendentes voces africanas, Fatoumata Diawara, nacida en Costa de Marfil de padres malienses.
Este dato es importante puesto que, si bien la muchacha se mueve en el entorno del pop y el jazz, no deja de responder a la tradición musical de la región de Wassoulou.
La autenticidad con que Fatoumata interpreta piezas como Sowa y Clandestin habla de una sensibilidad artística y social apuntalada mediante la labor que Fonseca desde hace algún tiempo acomete con la artista.
Si tuviera que escoger un solo momento de los tantos en que el cubano y la africana se juntaron, me quedaría con la canción dedicada a Nelson Mandela.
Acerca de su filosofía, declara: «Ser mujer y africana no es fácil en Mali, donde la sociedad es conservadora respecto a la mujer. Soy responsable de mis propias decisiones y mi escuela ha sido la vida. Mi sonido es universal, pero también una mezcla de ritmos que se cantan con el alma. Canto la música de mis ancestros y el sonido wassoulou está muy presente.
Yo canto en bámbara, mi lengua, y mi sonido es una fusión de lo que quiero transmitir y la melodía».
Antes, Snarky Puppy fue harina de otro costal. Esta agrupación, liderada por el bajista, compositor y productor Michael League, lleva algo más de diez años en la escena neoyorquina.
Alguna vez le preguntaron a League cómo definiría la banda y respondió. «Es pop, pero sin voces, los instrumentistas improvisan».
De la porosidad del colectivo para asimilar otras experiencias dio cuenta la participación estelar de Eliades Ochoa, voz y tres de puro gozo, y luego una inteligente y chispeante improvisación de Orlando Valle (Maraca). ¿Habrá que decir que se trata de un flautista de otra galaxia?












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