ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Alicia Alonso, inspiradora del Festival, recibe una estruendosa ovación cada vez que llega a la sala García Lorca para presenciar una función. Foto: Yander Zamora

Alicia Alonso, leyenda del ballet mundial, volvió a emocionar a los cientos de espectadores que colmaron la Sala García Lorca del Gran Teatro de La Habana. Como al inicio del Festival (28 de octubre) la excelsa ballerina acompañó en la escena el saludo final a las dos decenas de bailarines de ocho compañías invitadas, y del propio Ballet Nacional de Cuba (BNC) que ella dirige, que participaron el la Gala de clausura (6 de noviembre).

Clausura del 25 Festival Internacional de Ballet. En la foto Adiós Nonino, del Ballet de Buenos Aires, Argentina. Foto: Yander Zamora

Fue una función cumbre que reflejó a cabalidad lo acontecido durante esos diez días en tres teatros habaneros, el ahora Gran Teatro Alicia Alonso, el Mella y el Nacional, en sus dos salas, Avellaneda y Covarrubias.

Soberbio no es un adjetivo gratuito. Cada función, de los clásicos seleccionados («El lago de los cisnes» y «Don Quijote») o de los programas-conciertos de los invitados, y los bailarines cubanos, alcanzó altas temperaturas, de bravura y arte, de nuevas visiones, nuevos lenguajes.

Un brevísimo vistazo a invitados de lujo; María Kochetkova, del Ballet de San Francisco; Joaquín de Luz y Asley Bouder, del New York City Ballet; el primer bailarín del Ballet de Washington, Brooklyn Mack; Micaela De Prince, del Dutch National Ballet, la Compañía Dance Americana, la Martha Graham.

A lo largo del Festival, los miles de amantes del ballet, de la isla y extranjeros, pudieron disfrutar de novedosas coreografías, incluso varios estrenos mundiales y muchos en Cuba.

Para la misma Gala de clausura se reservaron algunos. Sobresalió entre los estrenos mundiales «La danza comienza con tus pasos», dedicada a la eximia Alonso por el coreógrafo y director del Art Ballet Theatre of Florida, Valdimir Issaev e interpretada por la primera bailarina de esa compañía, Mary Carmen Catoya, con gran delicadeza y precisión.

De la coreógrafa española María Rovira fue el segundo estreno mundial. Ella montó «Alas» para Viengsay Valdés, primera bailarina del BNC, quien, como ya tiene acostumbrado, lo hizo de manera brillante (y a menos de dos horas después de haber bailado un espectacular «Don Quijote» —todavía se habla de sus balances interminable— en la Sala Avellaneda).

La función cerró con el tercer estreno mundial, «Invierno», de la joven bailarina y coreógrafa cubana Ely Regina, una pieza inspirada en el clásico «Cascanueces», defendida por los primeros bailarines del BNC Anette Delgado y Dani Hernández, siempre perfectos.

El lago de los cisnes, del Ballet Nacional de Cuba, en la Sala Avellaneda y como parte de esta gran fiesta de la danza. Bailó la cubana Viengsay Valdés, (Odette), del Ballet Nacional de Cuba, y Moisés Martin (Siegfried), del Ballet Nacional de España. Foto: Yander Zamora

Los invitados propusieron para la última función del Festival piezas de sus repertorios no vistas en la Habana que fueron muy agradecidas: Daniel Proietto (Ballet Nacional de Noruega), trajo «Réplica», con música de David Bowie; Laura Valentín ( Balleteatro de Puerto Rico), «Lo que no fue», música de Astor Pizzola; el ballet Universal de Corea del Sur presentó «Claro de luna»; Beckanne Sisk y Christopher Ruud (Ballet West), «Rubíes», coreografía de Balanchine y música de Stravinsky, y Lucía Solari y Javier Torres (Northern Ballet), «A su tiempo», musica Edvard Grieg.

Concluyó el Festival Internacional de Ballet Alicia Alonso que aglutina a tantos bailarines estrellas, compañía de primera línea y tanta gente apasionada de la danza clásica.

Es una verdad irrefutable, cada dos años, La Habana se llena de danza.

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