
La Habana también tiene su Semana de la Moda. Está lejos de las pasarelas de fantasía de Paris, Roma o Nueva York y sus industrias pret a porter. Muestra los diseños de sus mejores artesanos, con los pies en la tierra.
Algunos están aun sorprendidos, y hasta incrédulos, de un evento, que sin embargo llega a su segunda edición (12 y 16 de octubre) y lo hace por todo lo alto, nada menos que los salones del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso.
La aprensión viene, porque no hace tantos años la sola expresión «la moda» resultaba casi una herejía, el colmo de la frivolidad.
Y sin embargo, las cubanas, y los cubanos, siempre han sentido la necesidad del buen vestir, a contrapelo de carencias que necesariamente lo arrojaban a oscuras esquinas ante el apremio de otros problemas, mayores y mas importantes, sin duda.
Ahora, a pesar de la continuada crisis económica mundial, y del innegable bloqueo económico, comercial y financiero norteamericano, se aprecia que la moda, retoma sus justos espacios.
DESDE LOS INICIOS…EL «BUEN» VESTIR
No hay que anatemizar un concepto. Vestirse comenzó siendo una necesidad básica para el ser humano, protegerse del clima, ante todo. A partir de ahí, con el paso del tiempo, el vestido fue adquiriendo un carácter estético, un adorno más de la persona.
En la prehistoria, los seres humanos vestían pieles de animales, pero la arqueología ha demostrado que también utilizaban los dientes y uñas para formar collares.
Con un salto en la historia, de los egipcios llegan prendas muy elaboradas, con el lino como su principal materia para confeccionar telas, sin olvidar su gusto por los perfumes.
Mas adelante se incorporan sedas de la India o de la China y la moda se fue poniendo cada vez más refinada. Se considera que en el Renacimiento surgió el concepto de moda tal como lo entendemos hoy día, introduciéndose nuevos géneros y adquiriendo la costura un alto grado de profesionalización.
Para el siglo XVIII, la moda era aun lo que vestía la aristocracia y llegaba de Paris, pero en su segunda mitad comienza en Inglaterra la Revolución Industrial y entonces ya los burgueses pudieron vestir «a la moda».
Al siglo siguiente aparece la figura del modisto como creador de tendencias, así como la modelo para el pase de ropas, y lo más relevante, la máquina de coser. En el XX llegan las grandes casas, los grandes modistos, los mas afamados diseñadores.
SEMANA DE LA MODA A LA CUBANA
Pero la moda no es solamente lo que se está usando en un momento dado, es un gusto, a veces impuesto, que puede hacerse personal y reflejar la cultura de un país.
Tampoco la moda es igual en todas partes, la geografía el clima y factores sociales son poderosos aspectos a considerar y es precisamente ahí donde los artesanos cubanos intentan llegar con su segunda Semana de la Moda. Con el tema del encuentro, Artesanía e Identidad, querían darlo todo por sentado.
Fueron 40 desfiles, entre ellos cuatro temáticos dedicados a trajes de baño, infantiles, novias y peluquería y uno especial del «Proyecto Guayza» y los joyeros Pauyet acompañados por el reconocido artista de la plástica Nelson Domínguez. Allí pudo apreciarse la multiplicidad de técnicas que se utilizan y los más diferentes estilos.
María Salomé Morales, artesana y miembro del Comité Organizador de la Semana, reiteró para esta publicación, que a su entender es un momento importante «para que se conozcan lo que están haciendo los artesanos y diseñadores cubanos, para mostrar lo que se está haciendo en todas las provincias».
Queremos descubrirle al público como con tejidos nacionales se pueden crear vestuarios hermosos, apropiados y modernos y por eso nuestros desfiles no son de fantasía, son de ropas que se pueden llevar a distintas horas, al trabajo, a la escuela, a una reunión, y a salir por la noche, explicó la artesana.
¿Cuál ha sido su participación en la Semana? «En el 2015 presenté la colección Sueño, ropa de dormir, de satín, de hecho fue controversial, pero la he comercializado muy bien, y ahora llego con vestidos de fiestas».
En cuanto a las características y estilos en el diseñó cubano actual, María Salomé apuntó: «Nosotros proponemos una ropa con diseños fáciles de llevar en nuestro clima y que puedan ser adquiridos por la población. Seguimos las tendencias internacionales, no nos podemos separar de ellas, nos insertamos pero con nuestras características».
También opinó el diseñador Mario Freixas, y para él, la Semana les permite «soñar con una renovación de la industria para que la población encuentre piezas que representen nuestra moda de pensar y de se».
Por su parte, Mercedes Oviedo, que tiene como especialidad la joyería artesanal, presentó la Colección Arcoiris, tesoros para ti, un trabajo de collares, pulsas, pasadores, anillos, como su nombre indica, muy colorido.
Oviedo trabaja con perlas de cultivo, madreperlas, piedras semi preciosas, combinadas con materiales recuperados «para lograr un impacto en las piezas, donde busco combinaciones de contrastes».
Tanto Morales como Oviedo han mostrado piezas para utilizar en cualquier horario, y ellas comercializan en sus talleres, en galería de hoteles como Cohiba, Nacional, Meliá Habana, del propio Fondo Cubano de Bienes Culturales y la Asociación Cubana de Artesanos Artistas, instituciones que auspician la Semana.
A la hora de la verdad, quienes llevan la moda son las personas. Lo importante a tener siempre en cuenta es el estilo personal, que sea una expresión individual, el reflejo de una identidad y una forma de ser.
La segunda Semana de la moda en La Habana llevó a las pasarelas una muestra artesanal, vestuario, accesorios, pieles, zapatos, cada vez de mayor rigor y exquisitez.
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Leandra dijo:
1
29 de octubre de 2016
10:52:52
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