ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Alicia Alonso y Rudolf Nureyev en un ensayo de Poema de Amor y el mar en la isla Li Galli, en el Mediterráneo, propiedad del excepcional bailarín. Foto: Cortesía BNC

Desde lo más sencillo hasta un ballet de toda una noche, el coreógrafo cubano Alberto Méndez entrega su admirable buen gusto para su creación. Para el 25 Festival Internacional de Ballet de La Habana, que lleva ahora el nombre de la excelsa Alicia Alonso, le han pedido, luego de varios años sin participar, el montaje del siempre emocionante desfile inaugural.

Ese hecho, — ¿una suerte de regreso a su entorno natural?— simple y magnifico, propició una conversación en la sede del Ballet Nacional de Cuba (BNC) con el Premio Nacional de Danza.

La mas reciente conversación con Alberto Méndez, Premio Nacional de Danza, tuvo lugar en una de las terrazas de la sede del Ballet Nacional de Cuba en El Vedado de La Habana. Foto: Cortesía BNC

Nadie pone en duda que el maestro Méndez (San Luis, provincia de Pinar del Río, 1939) pasará a la historia de la danza como uno de los más importantes coreógrafos de Cuba con una obra que trasciende los marcos de los estilos y transita por lo contemporáneo.

Con la riqueza de su técnica coreográfica y su amplio vocabulario es el creador de coreografías imprescindibles en el repertorio del BNC y compañías de Ballet de Varsovia, Budapest, del Rhin, Panamá, España, Puerto Rico, Venezuela, de la Opera de Roma, México, Colombia o Santo Domingo.

Un brevísimo recordatorio de su carrera solamente como coreógrafo del BNC, donde comenzó con Plásmasis, en 1970 (Primer Premio de Coreografía Moderna del V Concurso Internacional de Ballet de Varna) tiene que incluir títulos definitivos como Nos Veremos Ayer Noche, Margarita; Tarde en la Siesta, Rara Avis, Suite Géneris, El Río y el Bosque, La Bella Cubana, Paso a Tres, y Muñecos.

Méndez, coreógrafo residente del BNC por más de dos décadas, concibió varias obras específicamente para la prima ballerina assoluta Alicia Alonso, entre ellas Roberto el diablo, La Péri, La diva: María Callas in memoriam, La viuda alegre, Ad libitum (Alicia y el gran bailaor español Antonio Gades) y Poema del amor y del mar (creada para el único encuentro escénico entre la Alonso y uno de los bailarines más extraordinarios del siglo XX, Rudolf Nureyev, y la soprano española Victoria de los Ángeles) .

—¿Vuelve a dirigir el desfile?

Me pidieron que lo hiciera y yo con mucho gusto volver a trabajar con el ballet. Voy a montar el desfile inaugural con la Cátedra de ballet que funciona aquí en la sede, más todos los estudiantes de la Escuela Nacional de Prado, elemental y medio, y todo el elenco de la compañía. Creo que es un tour de force porque son alrededor de 500 personas, entre ellos niños y adolescentes.

—¿Lo nuevo?

No hay nada exactamente nuevo. Algunos cambios, ajustes, ideas nuevas. No quiero que sea una repetición de los desfiles anteriores que yo he hecho. La música me fue ofrecida, una marcha de la opera Tannhauser de Wagner, dura alrededor de seis minutos y la voy a utilizar tal cual.

—En la Gala se incluye una pieza suya…

Una de las mas recientes puestas de Tarde en la siesta por el Ballet Nacional de Cuba. Con música del compositor Ernesto Lecuona es uno de los mejores trabajos coreográficos de Méndez. Cuatro hermanas con nombres definitorios de carácter (Consuelo, Dulce, Esperanza y Soledad) interactúan en secuencias llenas de sutilezas dramáticas. Foto: Cortesía BNC

Vamos a reponer Vals, con música de Gounod, una obra que monté con (los primeros bailarines) Maria Elena Llorente y Lázaro Carreño, después hice una segunda versión con Lorena Feijoo y Rolando Sarabia, y ahora una tercera con Gretel Morejón y Rafael Quenedit.

—El año pasado hizo una Gala para la compañía…

Si, hace menos de un año hice la gala por el 95 aniversario de Alicia. Hice algunos ajustes en las coreografías originales porque utilice fragmentos de los clásicos, La fille mal garde, Coppelia, segundo acto de El lago, Giselle, y algunas pequeñas coreografías, muy simples, para unir todo aquello.

—Pero no una obra…

Ya hace 16 años que no estoy con la compañía. Claro yo no he dejado de trabajar. Me han invitado a México, Estados Unidos y hecho algunas piezas, pero esencialmente remontando obras mías. Por ejemplo ahora monte en Arts Ballet Theatre de la Floridauna coreografía mía que tiene bastantes años, Suite Géneris (1988). Cambié el nombre y algunos pasos, aunque básicamente es lo mismo, le puse Eros Game. Como primicia te digo que la bailarina que lo interpretó allá, la venezolana, Mari Carmen Catoya, lo va a bailar en el Festival con dos bailarines cubanos.

Le montó ademásTarde en la siesta, esa obra estremecedora…

«Si, hace menos de un año, para un programa que el director de Arts Ballet, Vladimir Isaaev, llamó Ballets With Latin Flavor»

¿Satisfacciones conTarde en la siesta?

Pues muchas porque realmente lo he montado en varias compañías en la Teresa Carreño de Venezuela, en la compañía Nacional de Danza en Polonia, también en Puerto Rico. Ha sido un ballet que ha recorrido el mundo entero.

—¿Cuantas obras tiene montada con Lecuona?

Creo que la primera fue Tarde en la siesta, después En la noche azul, con arreglos del maestro Félix Guerrero, y después hice otra con obras de Lecuona con él al piano que se llamó In the middle of the subset, se estrenó aquí, pero fue hecha específicamente para United we dance en San Francisco California con motivo del 50 aniversario de la ONU.

—¿Lecuona le parece muy danzario?

«Si mucho y siempre he insistido en no hacer versiones con otros pianistas cubanos que lo tocan muy bien, como es el caso de Huberal herrera que se ha especializado, pero indiscutiblemente el maestro es el maestro. Se han hecho nuevas grabaciones que tienen muy buena calidad.

«Cuando monté Tarde en la siesta fue con discos de placa, pero ahora se han hecho ediciones de obras de Lecuona, casi toda la pianística, en CD. Para mi siempre la interpretación de Lecuona es única porque además, una cosa muy simpática, él no siempre tocaba lo que había escrito, pero era su obra y él hacia lo que quería. De eso me entere después».

—¿Que lo provoca para hacer una pieza?

De Alberto Méndez y música de Sergio Vitier, Ad libitum fue interpretada por la prima ballerina assoluta Alicia Alonso y el gran bailaor español Antonio Gades. Foto: Cortesía BNC

No hay algo especifico. En el caso de Tarde en la siesta no fue que me bajaron las musas. Yo estaba en mi casa acostado y oía (la emisora) Radio Enciclopedia y oí un pieza de Lecuona y yo vi algo en aquel momento, y empecé a elaborar, a buscar. Ese fue el inicio. No ha sido así en todos los casos. Muchas veces son obras por encargo. Por ejemplo la segunda coreografía que yo hice Nos veremos ayer noche Margarita, fue hecha específicamente para un evento, el Mayo Teatral de Burdeos.

«Ellos querían hacerle un homenaje a Henry Sauguet, el compositor de la ciudad. Pidieron a la dirección del Ballet si con una música de Sauguet podríamos hacer una obra y me la pidieron a mi. Otro ejemplo es Paso a tres. La música de Mauri la descubrí en un disco y me divertía mucho. Mi amiga Mirta Plá (una de las cuatro joyas del ballet cubano ya fallecida) quería que le montara algo para ella y Aurora (Bosch, otra de las cuatro joyas). Pensé en esa pieza que tenía a mano y resultó gracioso. Hice un pas de trois con Mirta, Aurora y Jorge Esquivel»

—Hace piezas que le nacen, otras por encargo, y ¿cuando es para una bailarina en especial?

Generalmente soy yo quien escoge la bailarina o bailarín, por lo que me imagino como seria el personaje, claro conozco los bailarines.

«Cuando estoy en otras compañías es diferente, ahí necesito alguna orientación. Tengo que ver las posibilidades técnicas y las interpretativas, ambas van juntas. El ballet es ambas cosas.

«A la hora del montaje es un intercambio entre el coreógrafo y la bailarina, hay que dar y recibir. Hay que contar con el intérprete en todo momento.

«A mi me gusta mostrar algo. Acepto sugerencias. De hecho en mi carrera a muchas de las bailarinas y bailarines, algunos ya no están, siempre les pedía que se acercaran y miraran lo que estaba montando y les preguntaba su opinión, si algo les molestaba. O sea, me gusta confrontar y eso me dio resultado».

—¿Un recuerdo de Poema del amor y el mar?

A mi me hubiera gustado escribir esta experiencia y de hecho lo empecé a hacer pero todo se me borró de la computadora, y dije, se acabó. Lo tengo muy presente. Fue una gran experiencia, nos pasamos Alicia, el esposo y dos o tres más, en una isla del Mediterráneo, cerca de la costa amalfitana (Italia). Fue inolvidable, en todos los aspectos. Sobre todo el dueño, Rudolf Nureyev, un personaje peculiar, me lleve muy bien con él.

—Va inaugurar una exposición para el Festival…

Se llama La danza imaginada y estará en el vestíbulo del Gran Teatro Alicia Alonso. La pintura fue una de mis ambiciones. Estudié arquitectura, me gustaba la parte artística, pero las matemáticas, la física, no eran para mi. Salté a la danza, pero siempre he pintado, es una afición. Todo lo he guardado, tengo unas 500 obras. Nunca me había arriesgado. De pronto dije voy a lanzarme.

«Ricardo Reymena (diseñador del BNC) me ha ayudado como curador y ha seleccionado unas 30 obras. La quiero hacer diferente porque no soy pintor, quiero hacer un performance con bailarines que ayudan a dar otro sabor».

—Volvamos a la coreografía ¿Alguna obra preferida?

No, no. no. yo no me enamoro ni de los bailarines, ni de las obras, ni de la música. Me gustan los bailarines, la musica, las obras, me gusta lo que he hecho toda la vida durante muchos años. Aunque sea lo más sencillo a eso yo le pongo el 100 por ciento de mis esfuerzos físicos y mentales. No tengo una obra de mi predilección. Se que hay obras que han tenido mas éxito que otras. Es así.

«Alberto Méndez es un coreógrafo de gran madurez, de estilo personalísimo, con un armonioso y coherente lenguaje balletístico. Los numerosos seguidores de su obra, de admirable buen gusto y profesionalismo, esperan algo mas allá de un desfile inaugural».

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Valerie Sera dijo:

1

29 de octubre de 2016

13:49:30


¡Muchas gracias maestro por todo o que me ha dado, a mí y a muchos, en todos estos años.